Rams, El valle de los carneros

Desde un tiempo a esta parte, el cine y la televisión del norte europeo han aparecido en las pantallas grandes o chicas del mundo entero.
Series y películas que trajeron un viento (frío) y nuevo al panorama cinematográfico mundial. Y si bien países como Noruega, Dinamarca, Suecia y hasta Finlandia aportaron con sus obras todo un universo particular, el país aún más original de tal zona a la hora de aportar producciones audiovisuales, es Islandia.
Precisamente de ahí viene la película que se proyecta hoy en la sala 1º de Julio de EL TELEGRAFO. Y si aquellos que han visto algún filme o serie islandesa les ha parecido que la poca gente que habita ahí lo hace en un territorio agreste y solitario, prepárese para ver una expericencia límite sobre el tema.
Porque todo se desarrolla en el interior del país, o sea, en los hermosos pero desolados campos donde vive alguna persona cada cientos de kilómetros. Esa distancia no es la que separa a los dos personajes principales. Sino otra de carácter más íntimo.
Son dos hermanos que no se hablan hace mucho tiempo, hasta que un problema con las cabras que crían comenzará a acercarlos.
De ahí el valor humano de este filme de Grímur Hákonarson, aunque, no hay que esperar una historia sentimental al uso, sino algo bastante diferente.
Más que nada por el retrato de la dura vida rural y también por las actitudes de los personajes, que no enfrentan los problemas como lo podría hacer cualquiera, sino que siempre buscan una salida alternativa y a veces, hasta salvaje.
Por supuesto que de nada vale todo ésto si ciertos aspectos fundamentales que salen a luz no fuesen universales para contactar a los personajes con el público.
Porque, al final, es ahí donde siempre radica el que un filme sea recordable o no. Sin dudas, este es uno de los que no se olvidan fácilmente. Y sin tener que recurrir a ciertas oscuridades o tragedias existenciales que el cine de aquellas latitudes también ha sabido mostrar tan bien.
Como siempre, el notable trabajo de sus protagonistas llama a preguntarse sobre si esa naturalidad proviene del hecho de que no sean actores sino que están representando lo que realmente son. Pero no es así, son intérpretes de larga trayectoria a los que, por supuesto, valdría la pena conocer mucho más. Y, para empezar, nada mejor que una película como ésta.
La sala se habilita a las 19:30 con cortos y sinopsis. La entrada es libre y gratuita.