Desde el gobierno estiman que “Uruguay tiene sin vender entre 3.000 y 3.500 toneladas de miel”

“No son nuestras cuentas. Vi un titular en EL TELEGRAFO y no es así”, enfatizó el presidente de la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola (CHDA) Julio Pintos, al ser consultado sobre la cifra difundida por el directivo de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU), Alfredo Aguilera, quien dijo que Uruguay tiene sin vender alrededor de 12.000 toneladas de miel.
“Estimamos que hay en Uruguay actualmente entre 3.000 y 3.500 toneladas sin vender”, remarcó el exintendente de Paysandú. “Una empresa tiene 1.500 toneladas sin colocar, pero desde hace 2 años, y no las ha vendido por otros temas que no tienen que ver con el mercado, pero esa miel está pagada a los productores”, sostuvo.
Y remarcó: “tirar bombas y exagerar no ayuda ni contribuye a que la población entienda lo que le está pasando a la apicultura. Porque también se habla de contaminación cuando tenemos las mejores mieles del mundo, y lo que tenemos son trazas de residuos. Nuestras mieles son buenas para el consumo humano sin ningún tipo de problemas”, dijo.
Pintos entiende que “confundimos al consumidor de acá, porque las empresas que venden miel en Uruguay empiezan a tener problemas porque la gente se asusta y no se les da correctamente los mensajes”. Al tiempo de afirmar que “lo que hacemos desde la CHDA, en donde está el gobierno, los exportadores, los productores, es trabajar para encontrar salidas a los problemas”.
“Podemos hacer dos cosas: rezongar y pensar que el mundo va a cambiar y vuelve para atrás, o prepararnos para nuevos desafíos. Nuestra obligación como integrantes del gobierno, es prepararnos para nuevos desafíos y aportar en esa línea”, agregó Pintos.
SITUACIÓN MUY DIFÍCIL
“El sector apícola vive una situación muy difícil y eso el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) lo tiene muy claro”, sostiene el titular de la CHDA, quien participó este viernes de una actividad promovida por la citada comisión en Paysandú.
“Si no tenemos mercado internacional, no podemos sobrevivir”, explica. “La apicultura durante 40 años tuvo mercado seguro y hoy tenemos un problema muy importante que es el cambio en el mercado mundial de mieles, a partir de la producción de un símil miel con fluctuosas vegetales y mieles mezcladas que se producen en una fábrica que no tiene techo y que ha inundado los mercados a un precio a mitad de lo que nosotros vendíamos la miel pura”.
“Este es el principal problema que tenemos y eso trae aparejado que los mercados cuando están abastecidos empiezan a poner distintas trabas”, acota. “En el 2012 comenzó lo del polen transgénico que luego se superó; después las mediciones de alcaloides, sustancias que producen las plantas y que las abejas trasladan a la miel y ahora es el glifosato en el mercado de Alemania para la Unión Europea”.
Para Julio Pintos “en el resto del mundo compran la miel sin problemas. Pero tampoco se puede vender, porque tenemos la miel de eucalipto que tiene niveles muy bajos de glifosato, y tampoco se puede comercializar, y si se hace, a precios muy bajos”.
El presidente de la CHDA está convencido que “seguir vendiendo la miel en tambores como lo hicimos durante 40 años va a ser muy difícil a precios buenos. Será muy posible a precios malos, pero debemos buscar nuevas alternativas”.
Reconoció que en el país hay problemas “de tipo productivo. No es lo mismo producir miel hoy en el año 2019-2020 que años atrás cuando todos hacíamos apicultura y sacábamos 40 kilos por colmena. Se debe al cambio climático y cómo influyó en los sistemas productivos, la baja siembra de praderas, la menor duración de éstas, veranos sumamente calurosos que aportan mucho menos néctar y las abejas trabajan menos horas, las inundaciones permanentes y el exceso hídrico”.
También atribuyó a la expansión agrícola, que ha hecho que “el uso de glifosato y agroquímicos reduzca la población de las colmenas y se produzca menos”.