“Multa por morder personas y no por alimentar perros de la calle”

La presencia en Quebracho, del Gerente de Cotryba, Técnico Agopecuario Julio Pintos, para un taller sobre tenencia responsable de mascotas, fue propicia para conocer detalles de un hecho que viene dando lugar a consideraciones contradictorias por parte de la población en relación con un ciudadano que, en Montevideo, habría sido multado, en principio, por alimentar perros de la calle.
Al respecto Pintos expresó a EL TELEGRAFO que “cuando se da una noticia expresando sólo una parte del problema y con ese grado de sensibilidad, obviamente que mucha gente se va a sensibilizar”
“En realidad” dijo, “aquí lo que hay es un problema entre vecinos. Existe un tenedor de perros que vive en un tercer piso y tiene sus perros en un espacio común de un complejo de viviendas y desde hace un año, la otra parte, o sea los vecinos lo han denunciado varias veces por mordeduras a personas, incluso una diabética que le costó muchísimo poder recuperarse y hay también denuncias por ataques de los perros a niños, motos, bicicletas generando temor en el barrio” por estos animales “que son cinco o seis en total, incluyendo algunos de tamaño importante, o sea que la capacidad de daño si esos perros muerden es grande”. Puntualizó que “son perros de esa persona” aunque cabe la posibilidad “que él los haya traído de la calle o se los hayan regalado” lo que no quita que “ahora son perro de su propiedad y él los cuida, atiende y alimenta desde hace tiempo”. Pero el problema, insistió “es que vive en un tercer piso y no los puede tener en la casa”.
Respecto de la multa, confirma “que sí, existió y el motivo por mordeduras, por ataques de los perros a personas. Primero le hicimos notificaciones, después una intimación para que cambiara esta situación. Esto fue en mayo de 2018, en agosto volvió a llegar una denuncia por mordedura a una señora de 70 años”.
Según Pintos, el propietario de estos perros “admite en una entrevista que se le hiciera en televisión que sus perros atacan a los niños y a las motos pero, culpa a los niños porque andan con palos y a las motos porque aceleran”.
Esto desconcierta, “y uno no sabe. Podría yo decir que los niños van con palos porque están cansados de ir a la escuela y que los perros los ataquen, y las motos aceleran cuando los perros se les vienen encima. Hay una situación conflictiva y Cotryba está en medio de un conflicto social. La multa en realidad es un instrumento que utilizamos dentro de los pocos que tenemos para tratar que esta persona cambie esta situación”.
Relató que ha pasado que “en otros casos se han puesto multas importantes, por ejemplo a una señora que tenía tres cimarrones que asolaban un barrio entero le aplicaron una multa de $ 50.000 y cuando esa persona hizo todo un cerramiento en su casa con lugar adecuado para sus perros, presentó los descargos y le levantamos la multa”.
“La multa no es un instrumento para recaudar, sino para despertar a esas personas sobre el problema que genera en su entorno con sus vecinos y los problemas de convivencia que se producen por esta situación. No es nuestro objetivo cobrar una multa para recaudar” recalcó.
Respecto de la situación puntual mencionada al principio de la nota, ratifica que “la multa aplicada fue porque sus perros mordían a la gente en el barrio. No fue por alimentar animales de la calle como se ha dicho, esa es la realidad” confirmó Pintos.