Cianobacterias, el peligro verde que nos espera en el agua

Cada verano, y a veces también en otras estaciones si hace calor, la presencia de las cianobacterias en la costa del río Uruguay, del río Negro y ahora también del Río de la Plata despierta alerta en todo el país. Lo más común, si uno se baña en aguas con verdín, es asociarla con reacciones a nivel de la piel. Pero puede ser mucho más grave, según se destaca en un informe de la Universidad de la República, afectando a personas tanto por tragar agua contaminada como por aspirar aire en zonas donde hay verdín.
Lo que en principio se pensó que era un problema generado en el embalse de Salto Grande, ahora se generalizó a casi todos los ríos y arroyos, según dijo a EL TELEGRAFO el subsecretario de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks.
Esto se vio científicamente confirmado en un reciente informe realizado por Carla Kruk, Alexandra Bozzo y Elena Alvareda, presentado en noviembre en la sede Salto del Cenur Litoral Norte en base a trabajos de investigadores de la Universidad de la República (Udelar) y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama).
AL PRINCIPIO FUERON BUENAS
Allí se establece que las cianobacterias son bacterias fotosintéticas que habitan los ecosistemas acuáticos y terrestres. Fueron esenciales para la formación de la atmósfera actual y el desarrollo de la vida como hoy la conocemos, produciendo el oxígeno que respiramos como producto la fotosíntesis.
Sin embargo, y producto de esta época, las cianobacterias responden rápidamente a los cambios ambientales, acumulando biomasa y formando floraciones productoras de toxinas, que se ven favorecidas por el aumento de los nutrientes en los cursos de agua y son un problema que afecta la salud humana y los servicios ecosistémicos.
Las floraciones son grandes acumulaciones de cianobacterias que se producen cuando hay una explosión en su crecimiento debido al aumento de niveles de nutrientes (fósforo y nitrógeno), elevadas temperaturas, disponibilidad de luz y estancamiento del agua. Son el síntoma del proceso denominado “eutrofización”, es decir la acumulación de estos organismos, la disminución del oxígeno disuelto, la potencial liberación de toxinas, y la muerte de flora y fauna hídrica, provoca la alterando los ecosistemas hídricos.
DESARROLLO PRODUCTIVO Y PELIGROSO
Los investigadores pusieron como ejemplo –porque es más visto ya que afecta al turismo esteño– lo que está sucediendo a la salida del Arroyo de Valizas, porque hay un sistema de producción asociado al uso intensivo de herbicidas y fertilizantes que favorece que haya nutrientes; estos nutrientes favorecen el incremento de estos organismos que aumentan las floraciones, y las floraciones corren aguas abajo hacia el mar. En el informe mencionado, los investigadores del Este señalan que en la cuenca del Plata la frecuencia e intensidad de floraciones de cianobacterias ha aumentado en las últimas décadas como consecuencia del exceso de nutrientes en los cuerpos de agua promovidos por la producción agropecuaria intensiva y la construcción de cientos de embalses en los ríos y arroyos.
Por primera vez en la historia de Uruguay, en el verano de 2019, fueron observadas floraciones en las playas Oceánicas de Rocha, indicaron los investigadores del CURE.
“Los fertilizantes son los que generan las floraciones junto con la entrada de desechos de las ciudades. A más fósforo va a haber más cianobacterias”, explicó Kruk.
IMPACTOS SOBRE LA SALUD
Según explicaron Alexandra Bozzo y Elena Alvareda, las toxinas producidas por las cianobacterias son nocivas para los animales terrestres y para el hombre, siendo las más frecuentes las hepatotoxinas y neurotoxinas, generando daños hepáticos y neuronales respectivamente. También generan irritaciones en la piel y en las mucosas siendo los niños muy vulnerables.
En este sentido, los efectos genotóxicos producen alteraciones en la información genética de las células (características y rasgos humanos) pudiendo dar lugar a la muerte celular, efectos en la producción de energía provocando un inadecuado funcionamiento celular, mutaciones, y las células al mutar presentan alta probabilidad de la transformación maligna.
Citó el caso de una niña en la playa de Montevideo que tuvo un trasplante de hígado porque estuvo dos o tres días en contacto y tragando agua y arena con cianobacterias, con microcistinas. Ese es un efecto agudo. También señaló que hay efectos agudos moderados porque la gente no se da cuenta que está teniendo un impacto, por ejemplo, una persona tiene problemas gastrointestinales pero no se da cuenta que es por las toxinas ya que son difíciles de identificar. Y hay efectos crónicos que es la exposición continuada y muy bajas concentraciones.
Por ejemplo, en el embalse de Salto, una persona que estuvo haciendo deportes náuticos y no tragó agua sino que estuvo expuesta un rato largo a vapores y en contacto con la piel y estuvo en CTI, comentó.
En cuanto a las recomendaciones, Kruk señaló que es imperioso no bañarse ni dejar bañar a los niños ni dejarles jugar en la arena en lugares donde hay manchas de cianobacterias, manchas verdes.