Buen régimen de lluvias en el litoral ha emparejado los cultivos de verano

Ingeniero agrónomo Luis Simean.

“El muy buen régimen de lluvias desde mediados de diciembre y lo que va de enero, ha emparejado los cultivos que arrancaron en situaciones muy diferentes”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Simean. “En diciembre había cultivos muy bien implantados y muy buen desarrollo, pero con los cultivos de segunda, presentaban algunos problemas de implantación y falta de plantas”, precisó el técnico.
El gerente de la filial Paysandú de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), explicó que “el régimen de lluvias de mediados de diciembre para adelante y todo enero, ha generado buen desarrollo de los cultivos, y en los de segunda sobre todo, ese desarrollo compensó la falta de plantas. Hoy se ven cultivos de primera bien desarrollados y florecidos y cultivos de segundas lindos a la vista, que se ven ya emparejados y que están próximos a ingresar a la etapa de floración”, dijo.
Reconoció que la soja “sigue siendo el cultivo de mayor área en el país y la locomotora que cincha del vagón, pero en esta zona se está viendo un desarrollo muy fuerte del área del maíz, en tanto viene decreciendo el área de sorgo, sobre todo asociado a problemas de rendimiento y la presencia de plagas”.
El profesional sanducero expresó que “los problemas con pájaros en esta zona, afectan directamente a los rendimientos, y generan que se haya relegado el área de sorgo”. En cambio, aclaró que “la consolidación del maíz es mayor, de la mano del buen momento de la ganadería y de los encierros fundamentalmente”, puntualizando que “demanda comercial más buenos rendimientos, hace que la cuenta del maíz cierre, y uno ve que los números cierran”.

MALEZAS

La situación de las malezas “fue un problema bastante importante a principios de la implantación de los cultivos”, señaló Simean. “Sucedió con el exceso de lluvias durante el mes de octubre, cuando los cultivos recién se están desarrollando y no llegan a cubrir la totalidad del surco, y es algo natural que la competencia de la maleza sea más fuerte”.
“Se tuvieron que hacer muchas aplicaciones por el tema específico de las malezas. A medida que se hacen las aplicaciones en tiempo y forma, es que se permite controlar el empuje inicial de las malezas”, dijo el técnico.
Luego que comienza a desarrollarse el cultivo, “deja de tener tanta incidencia, porque el mismo desarrollo comienza a cubrir el surco, y la soja compite de otra manera con la maleza”.
Respecto a hongos y plagas, expresó que “estamos frente a un año normal. Se ha tenido que hacer alguna aplicación, pero dentro de lo normal. El hecho que tengamos un verano con noches frías, ayuda a que el desarrollo de las plagas no sea tan severo”.
Entiende que es clave el agua de febrero y de marzo y es muy importante que en esos meses no se corte. “Está bueno llegar en esta fecha con plantas fuertes y vigorosas como sucede en esta región, ya que el primer capítulo de esta historia está muy bueno que se cierre de esta manera”, acota Simean. “Pero se debe ser cauteloso sobre las expectativas en el futuro, porque la clave y una etapa elemental de la consolidación de los buenos rendimientos, es la que se da de acá para adelante. El cuajado de las flores primero, lograr un buen número de chauchas y posteriormente el llenado”, agregó.

ALTERNATIVAS PARA CONTROL

Cercospora sojina es un hongo que causa la enfermedad conocida como mancha ojo de rana, una de las de mayor importancia en la historia de la soja debido a las pérdidas que puede ocasionar. Por esto, desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, estudian la sensibilidad del patógeno a las mezclas químicas en busca de alternativas para su control.
María Belén Bravo, especialista en protección vegetal del INTA, expresó que la investigación –desarrollada durante cuatro años–, proporciona información sobre la sensibilidad in vitro de cercospora sojina a mezclas de fungicidas utilizados para su control.
“Pudimos determinar una posible vía de respiración alternativa como escape al modo de acción de un grupo químico de fungicidas comúnmente utilizado para frenar el avance de la enfermedad”, señaló la investigadora.
Sin embargo, la investigación liderada por Bravo demuestra la variabilidad del hongo y que su resistencia puede quebrarse. “Aunque en la actualidad no haya epidemias severas como las registradas en otras épocas, esta enfermedad constituye un peligro permanente por los daños que ocasiona”, enfatizó.
La investigadora destacó que los resultados obtenidos en este ensayo son un aporte inédito en el país, debido a que demuestran los posibles mecanismos de respiración alternativa in vitro en aislados de C. sojina y representan un avance que servirá de herramienta para conocer cambios de sensibilidad del fitopatógeno en el tiempo.