El déficit habitacional alcanza al 26% de la población rural; unas 1.200 familias viven en asentamientos, según Mevir

El déficit habitacional en el ámbito rural es de unos 45.000 hogares, según el último informe de Mevir.

(RADIO URUGUAY)
“Uno de los ejes clave del quinquenio, para integrar a familias de alta vulnerabilidad, ha sido el trabajo interinstitucional”, señaló Yamila Meseguez, responsable de Evaluación y Monitoreo del plan Mevir, en el marco de la presentación del informe “Memoria para el futuro. Mevir, el camino recorrido 2015-2020”.
Mevir es una persona pública de derecho privado creada por ley en 1967 con el objetivo de erradicar la vivienda insalubre del asalariado rural. Con los años amplió su alcance a pequeños productores familiares de bajos recursos, facilitando no solo la construcción o refacción de viviendas sino también edificaciones productivas, servicios comunitarios e infraestructura.
En ese marco, Meseguez señaló que se debe profundizar en la coordinación interinstitucional para mejorar la atención, al tiempo que marcó algunos de los desafíos del programa, como la ampliación de su cobertura, difusión de algunos productos de refacción y conexión a saneamiento y atención a los asentamientos irregulares.
Explicó que hay alrededor de 1200 asentamientos rurales y se necesita una metodología de trabajo especial para atenderlos. Respecto a la situación del medio rural, Meseguez advirtió que los últimos datos oficiales son del censo de 2011. Según estas estadísticas, el déficit habitacional alcanza al 26% de la población rural o 45.000 hogares, que en los últimos 10 años ha envejecido y disminuido sus niveles de pobreza.

DETERIORO DE INDUSTRIA MANUFACTURERA

(EL OBSERVADOR)
La actividad en el núcleo duro industrial se contrajo durante 2019 por segundo año consecutivo. Se trata del mayor ritmo de deterioro de los últimos 10 años, con una caída prácticamente generalizada a nivel de las distintas ramas manufactureras. Los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran una caída de 3,9% en el promedio del último año en el núcleo duro industrial. Ese deterioro fue mayor al retroceso de 1,2% de 2018.
A diferencia del indicador de actividad en la totalidad del sector, el núcleo duro industrial excluye los grandes actores manufactureros, como la refinería de Ancap en La Teja, UPM, Montes del Plata y la planta de Pepsi en la zona franca de Colonia. Si se toma la totalidad de las industrias manufactureras, la caída fue más moderada, de 1,5% respecto a 2018. Este indicador global había mostrado un crecimiento de 11,6% el año anterior.
Ese incremento se explicó prácticamente por la reactivación de la refinería de La Teja por tareas de mantenimiento, en tanto en 2017 había tenido una caída de 11,1%. La caída del último año de la actividad industrial fue prácticamente generalizada entre las distintas ramas que conforman el sector. De las 19 ramas que releva el INE, solo cuatro aumentaron su nivel de actividad respecto al año pasado mientras que el resto tuvo una contracción. El sector que más se expandió fue maquinaria no eléctrica, con un ritmo de 13,8% respecto al año pasado y lleva cuatro años consecutivos de crecimiento de dos dígitos o cinco, en total, de expansión consecutiva.

FISCAL ADVIRTIÓ POSIBLES CASOS DE SICARIATO

(MONTEVIDEO PORTAL)
El fiscal general Jorge Díaz dijo en rueda de prensa que, en el año 2007, desde la Fiscalía General de la Nación advirtieron sobre la posibilidad de que surja el sicariato.
“Nosotros hace mucho tiempo que advertimos cuando no existía el sicariato en Uruguay por el año 2007. Dijimos que en Uruguay no existía el sicariato porque no se había juntado la oferta con la demanda, pero que cuando ello sucediera iba a haber sicariato”, aseguró Díaz. Sin embargo, en ese momento se los trató de “alarmistas”, de que “querían sembrar alarma” y que querían la “profecía autocumplida”.
“La realidad es que poco tiempo después apareció el sicariato en Uruguay”, indicó el fiscal. Agregó que advirtieron sobre el comienzo de las manifestaciones violentas entre las propias organizaciones criminales, algo que en nuestro país anteriormente no pasaba, según sostuvo Díaz.
“Dijimos que el segundo paso iba a ser la dirección de la violencia de estos grupos respecto de los funcionarios policiales y el tercer paso era lamentablemente, esperemos no llegar a eso y estamos convencidos de que no vamos a llegar, son a los operadores del sistema de justicia”, explicó. Según Díaz, “no es porque tenemos la bola de cristal. Es simplemente porque es lo que ha pasado en el resto de América Latina. Entonces lo que tenemos que tratar es de trabajar todos los uruguayos para que eso no suceda y revertir este proceso”.