Cuando pensamos en arenales y río, generalmente se nos viene a la mente los hermosos paisajes del río Uruguay, ya sea en balnearios desde Las Cañas hasta Paysandú, como sus islas El Varillal, San Francisco, La Caridad, Almería, Cambacuá, etcétera.
Pero cortando al medio nuestro país hay otro gran río, ese sí “uruguayo” y no compartido, que esconde extraordinarios rincones de indescriptible belleza: el río Negro.
Hace pocos días tuvimos la oportunidad de conocer algunos de estos lugares, a sólo 12 kilómetros aguas arriba de Mercedes. Con la excusa de un paseo organizado por el grupo Kayaks y Canoas del Hum –nombre del curso de agua en guaraní–, concurrimos a la Isla de las Tropas, un inmenso banco de arena fina y blanca rodeada de agua límpida y aunque bastante oscura, muy diferente a la de nuestro paterno (ver código QR adjunto). Eso se debe a que no tiene la carga de tierra rojiza del Brasil que sí acarrea el Uruguay.
Llegar hasta allí no resulta complicado incluso para hacerlo a remo, más allá de que el río puede correr muy fuerte, quizás hasta con el doble de velocidad que lo que se aprecia frente a Paysandú. Pero el esfuerzo vale la pena. No solo por la Isla de las Tropas, sino porque el Negro oculta arenales en toda la costa. No debe sorprender entonces que sea frecuente encontrar en Mercedes varios “cruceritos” –grandes lanchas cerradas con camarotes y demás comodidades– amarrados en el puerto, que salen a recorrer el río todos los días.
Según nos comentaron conocedores, el río es perfectamente navegable hasta unos kilómetros más al Este de la Isla de las Tropas. Sin embargo resultó evidente que no se pasa por cualquier lado en un crucerito de mediano porte para arriba, porque los bancos de arena afloran por doquier. El río se ve ancho y caudaloso; de hecho el caudal medio es algo así como la quinta parte del Uruguay a la altura de Salto Grande. Pero en general es poco profundo con nivel normal. Al ser más “chico”, la operativa de la represa que se encuentra aguas arriba, Palmar, produce rápidas e importantes variaciones de nivel. Esto lo notamos en la propia isla, cuando durante la noche el río bajó probablemente 80 centímetros o un metro, dejando embarcaciones de algunos campamentistas en seco que hubo que arrastrar a pulso hasta el cauce para ponerlas a flotar.
La Isla de las Tropas es una gran superficie de arena, de playas de suave pendiente y bosque nativo al medio. Son muchos quienes la visitan diariamente, aunque los que no son de la zona o conocedores no saben de su existencia.
Visitar estos lugares nos abre la cabeza sobre el potencial turístico que alberga. Cambia la forma de ver a Mercedes, ciudad conocida desde tiempos inmemoriales como una de las capitales más calurosas del país, con temperaturas que rozaron los 43ºC según registro histórico.
