Por reducir asimetrías en atención a la salud

A solo dos semanas de la asunción del poder por las nuevas autoridades del gobierno nacional, uno de los temas que ha estado en la agenda de contactos en el período de transición refiere nada menos que a las políticas de salud, sobre todo en cuanto a evaluación de resultados de la reforma de la salud, y el saldo del costo-beneficio en cuanto a su financiación.
En este contexto el futuro ministro de Salud Pública Daniel Salinas, junto al designado subsecretario José Luis Satdjian, entre otros integrantes del nuevo equipo, recibieron a las principales gremiales vinculadas al área de la salud, como es el caso del Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ), la Federación Médica del Interior (FEMI), la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) y la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina.
Salinas manifestó que considera fundamental instrumentar políticas de descentralización y anunció que el gobierno electo es partidario de estimular la radicación de más médicos y especialistas en el Interior. Los datos indican que menos del 30% de los médicos están en el Interior, y del río Negro hacia el norte, menos del 6%, según comentó la presidenta de FEMI, Patricia Nava, durante el encuentro con el futuro secretario de Estado.
Salinas agregó que en el Interior faltan algunas especialidades y aseguró que hay una distribución “inequitativa de los médicos especialistas”.
En ese sentido, dijo que ve con buenos ojos la decisión de Tabaré Vázquez de extender el Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en cardiología del Hospital de Clínicas al Hospital de Tacuarembó porque “está en línea con la política de descentralización y nos congratulamos de que este tipo de tecnología llegue al norte del país”, aunque en filas del gobierno electo se formulan reparos porque se dispuso su creación sobre el fin del gobierno actual, pero no se ha dispuesto personal y otros recursos para un cercano funcionamiento.
El designado ministro consideró que con la descentralización “nos interesa llegar a una política de cercanía y desplegar a los recursos humanos de manera más eficiente y de la manera más humana”.
Puntualizó que Uruguay padece también en el área de la salud aún de un “macrocefalismo montevideano y nos interesa mucho llegar a todos los puntos del país y que todos tengan las mismas posibilidades como ciudadanos de atención”, a la vez de abogar por motivar “la radicación en el Interior de médicos y especialistas”.
“Este es un tema importante, por eso estaba aquí también la escuela de graduados, porque lo que hay que generar es un sistema de incentivos y que esto se enganche con la educación y la radicación posterior pero no de forma compulsiva sino por un sistema de incentivos”.
En tren de realidades, intenciones y proyectos, entre estos puntos no hay cosa que no se haya dicho antes, y por cierto que la experiencia revela que del dicho al hecho ha quedado mucha distancia en la gestión de los sucesivos gobiernos, más allá de la impronta que se le haya intentado dar.
Mientras tanto el presidente de la FUS, Martín Pereira, dijo que entre otros aspectos “nosotros planteamos que con la plata que hay dentro del sistema se podría tener un sistema de salud mucho mejor. Con lo que se destina para el sistema de salud en Uruguay deberíamos tener un sistema 10 veces mejor que el que tenemos hoy en día”, en tanto la directiva de la Federación Médica del Interior, Patricia Nava, afirmó que en la reunión con el ministro se consideró una gran cantidad de temas, uno de los cuales tiene que ver con la escasez de médicos especializados en el Interior, precisamente.
“En ese sentido, estuvimos intercambiando opiniones, sobre cómo estimular la radicación de médicos en el Interior, e incentivar sobre todo la formación. Uno de los caminos sería estimular que el médico se radique en el Interior, la mejor manera es que se vaya formando en el lugar, o en la región”, señaló.
Mientras tanto hay números igualmente positivos, como es el hecho de que Uruguay está en el séptimo lugar en el mundo en cantidad de médicos por habitantes, según el Informe Anual de Estadísticas Sanitarias 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así presentadas las cifras, en forma global, se tiene la pauta de que la cobertura sanitaria del país en gran medida estaría a tono con las necesidades de la población, aún con restricciones en materia de acceso de acuerdo a la situación socioeconómica, aunque paralelamente los datos del organismo sin embargo dan cuenta de que el Uruguay cuenta con una baja tasa de enfermeros en base a lo recomendado, que es de la misma cantidad de médicos por cada mil habitantes.
El informe refiere asimismo entre sus consideraciones que en la mayoría de los países, la concentración de profesionales en áreas urbanas y en los servicios de atención terciaria de salud resultan en una fragilidad en la atención primaria a la salud como policlínicas en la Red de Atención Primaria (RAP) y puede estar relacionada con la mala distribución de la fuerza de trabajo y la migración de los recursos humanos en salud que afectan, sobre todo, a las regiones más pobres y remotas.
Si bien los números tomados globalmente para el Uruguay reflejan un escenario positivo en esta área en el comparativo mundial, la realidad indica que la distribución geográfica condiciona severamente el acceso a los servicios de salud y en este caso concreto, a la disponibilidad de médicos cercanos, así como a centros de salud.
En concreto, en nuestro país, la mejor situación de acceso corresponde a quienes residen en la capital y en la zona metropolitana, así como en departamentos del sur, en tanto la relación decrece sustancialmente a medida que nos alejamos de Montevideo hacia el norte, con datos que se deterioran ostensiblemente para quienes viven al norte del río Negro.
Precisamente desde gremiales médicas del Interior desde hace tiempo se pone énfasis en trabajar como incentivo la creación, formación y mantenimiento de la transformación de las instituciones en centros docentes, vinculados a la Escuela de Graduados de la Universidad de la República, entre otros ingredientes de una problemática muy compleja y cuyo común denominador o consecuencia más manifiesta es la menor disponibilidad de médicos y personal técnico en el Interior como un problema crónico del Uruguay.
Así, el país se divide claramente en dos grandes áreas, que son la del norte del río Negro, con una notoria discriminación negativa respecto al sur en cuanto a la radicación y disponibilidad de médicos y dentro del propio sur, la prevalencia del área metropolitana como el foco de captación de profesionales, cualquiera sea el origen del estudiante, porque el punto crucial en esta problemática radica en que gran parte del estudiantado del Interior que estudia y se recibe en Montevideo opta por radicarse en la capital, donde tiene las oportunidades y considera es el mejor horizonte de formación profesional ya desde el inicio de su actividad.
Bueno, en este tema complejo y tan profundamente arraigado desde hace décadas, es preciso trabajar con creatividad y convencimiento desde el nuevo gobierno, con sentido común y en conjunto con las gremiales del sector, pero sobre todo recibiendo los planteos que provienen desde un Interior eternamente postergado, para que por encima de eslóganes, no siga habiendo hijos y entenados en la atención médica dentro de un mismo país.