¿Y si Todos a la Cancha fuera obligatorio?

Todos a la Cancha sigue funcionando en el Estadio Cerrado.

Escuchar frases como “la importancia del deporte”, “el sacar de las drogas a los jóvenes”, el “inculcar valores” a la hora de hablar de deporte infantil y juvenil es moneda corriente.
Por eso cuesta asimilar que el programa que lleva adelante la Intendencia, “Todos a la Cancha”, no tenga la respuesta debida por parte de los clubes del fútbol sanducero.
Hasta el momento están inmersos en la propuesta Centenario, Independencia, Bohemios, Wanderers, Estudiantil, Huracán, Nuevo Paysandú, Barrio Obrero, Amanecer y Sud América.
¿Cuál es esa propuesta? Que los planteles Sub 14, Sub 15 y Sub 18 concurran al Estadio Cerrado para ser controlados por el médico deportólogo, se le realicen diferentes controles médicos incluyendo electrocardiogramas, que tienen como objetivo reducir la posibilidad de muerte súbita. El programa abarca, en realidad, un montón de otros aspectos fundamentales, que este año se incrementarán, para la formación integral de los jugadores.
Pero el simple hecho de que se realicen estudios médicos y se concreten las posteriores derivaciones cuando sea necesario, intentando disminuir la posibilidad de muerte súbita, hace que el programa tenga una importancia clave.
Pero en 2019 se atendieron solo 415 de los seguramente más de 600 jugadores que podrían haber sido controlados.
Es decir que no todos los jugadores de los clubes que están inmersos en el programa son controlados, pese a que el programa es totalmente gratuito.
Por eso la pregunta, teniendo en cuenta la importancia del objetivo de Todos a la Cancha, es qué pasaría si fuera obligatorio. Quizás, en una de esas, sería más importante que repetir las frases a veces faltas de contenido real, que la asistencia de los futbolistas fuera obligatoria para poder jugar los fines de semana, extendiendo el programa a todos los clubes.
La responsabilidad debería pasar por las instituciones y la Liga de Fútbol, y tendría que ser tomado por la Intendencia, permanente colaboradora del fútbol sanducero, como una contrapartida.
Porque intentar prevenir la muerte súbita es el punto de partida: salvarle la vida a un chico no tiene precio. STB