Diego Drexler: “Esto afecta el corazón del trabajo artístico”

Para Diego Drexler, todavía no hay una dimensión real de cuanto afecta a los trabajadores del arte y la cultura la crisis generada por el coronavirus. “Lo primero que podemos decir es que esto afecta el corazón del trabajo artístico”, dice Diego, quien conversó con EL TELEGRAFO desde su profesión de músico y desde su rol como secretario general de la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu). Para el sector artístico, afirma, la crisis actual “es más importante y más grave” que la de 2002, ya que aquella, aunque “pegó durísimo”, también generó oportunidades para los artistas nacionales. “Como el dólar subió increíblemente, dejaron de venir artistas internacionales y los nacionales tuvieron más trabajo, en algún aspecto”. Además, “como los discos internacionales estaban en dólares, los discos nacionales se empezaron a vender el doble”.
El músico vivió personalmente los hechos que relata, ya que 2002 fue el año de edición de “Del 2 al 70”, de Cursi, la banda que integró durante 15 años. “Empezó a sonar por todos lados, y se vendía el disco, y a la banda la llamaban para tocar”. En la crisis actual, en cambio, “el artista no toca, no tiene esa fuente de trabajo. Y no sabemos cuánto va a durar esto, cuánto tiempo vamos a estar en esta cuarentena, y qué impacto real va a tener, en términos económicos”. Buscando medir ese impacto, dice, el músico y economista Diego Traverso, de la banda Sante Les Amis, y que fuera coordinador del Departamento de Industrias Creativas del Ministerio de Cultura y Educación, viene haciendo un estudio, junto al Claeh.

INTERCONECTADOS

No es nuevo que la humanidad se enfrente a la amenaza de una pandemia, pero sí es la primera vez “que estamos todos tan interconectados. Eso también es algo bueno, porque la reacción está siendo mucho más rápida, y creo que la salida va a ser mucho antes”. Esa interconexión permite también que se abran nuevos caminos, “como todo lo que tiene que ver con el teletrabajo. Por suerte, hay una gran cantidad de trabajadores que pueden seguir desempañando sus actividades de forma virtual, desde su casa”.
En el caso de los músicos, de forma natural surgió una nueva tendencia: “empezaron a tocar desde sus casas, transmitiendo live desde Facebook, o desde Instagram”. No descarta que en el futuro esta modalidad pueda llegar a ser una fuente laboral, pero por ahora “el problema es que los músicos que hacemos un live no cobramos por eso. Lo que se paga de derechos es muy poco, por ahora, y el espectador no paga un tique, como capaz pagaría por Netflix. Estamos saliendo todos a tocar, teniendo un contacto increíble con el público, hay una interacción, un feedback buenísimo. Pero yendo a los pingos, para hablar en criollo, no cobramos nada. Con eso no pagás la olla”.
En el caso de los artistas, a la falta de oportunidades de trabajo se suman otras realidades que agravan la situación: muchos trabajan de manera informal, o no se los reconoce como trabajadores. “El artista es bohemio por naturaleza”, dice Drexler, y recuerda que en nuestro país existe la Ley 18.384 de Artistas y Oficios Conexos. “Por suerte, empezamos a tener estructuras que nos permiten formalizar nuestro trabajo, a través de las cooperativas, para aportar al BPS, tener Fonasa, poder tener una jubilación, en la medida que aportemos. Pero estas son cosas muy nuevas, y quienes tienen más de 50 o 60 años no las tienen. Y es ahí donde hay que trabajar, también a nivel gubernamental, en coordinación con el Mides, con el Ministerio de Trabajo, con el de Educación y Cultura… Porque hay una realidad ahí: quien está más desprotegido hoy en día es el músico, el autor, el intérprete, que tiene 70 años y que no tiene nada. En este momento, está dependiendo de la colaboración”.
Ante la actual situación, Agadu instrumentó una plan de asistencia a través del cual se entregan canastas a aquellos socios –activos y vitalicios, principalmente– en situación de crisis. “Hay una línea de socios que está necesitando ayuda real, gente que no tiene nada. Y ahí fue donde nosotros salimos rápidamente con este tema de las canastas básicas, que en realidad son dos: una de comida, para un mes, y otra de artículos de limpieza y personales”. Entre los socios de Agadu “hay muchos que tienen más de 80 años, y que están solos en sus casas. Detectamos esa necesidad y actuamos rápidamente”. Esta ayuda se suma “a todo el plan que siempre tiene Agadu de adelantos, de reconocimientos autorales –que es una especie de pensión que tiene el socio después de ciertos años, de cierta recaudación–, y a todo el plan de ayudas solidarias que tenemos”.

FUTURO CON SIGNOS DE INTERROGACIÓN

En su caso particular, se proponía seguir presentando su segundo disco solista, “Pampero”. Editado a fines de setiembre, el disco se presentó el 16 de noviembre, “entre las elecciones y el balotaje. O sea que quedó inmerso en una situación donde todo estaba tomado por la elecciones”. Para el 19 de junio tiene programada una fecha en la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del Sodre, que será además el lanzamiento de una gira nacional. Pero hay incertidumbre sobre lo que pueda pasar. “No sé hasta cuándo van a seguir las restricciones. Por un lado está la cuarentena, pero también puede ser que levanten la cuarentena y empiecen las clases, pero que no haya espectáculos públicos ni bailes, a modo de paliar esta situación. La verdad que yo estoy parado, en este momento”.