El que vaya si llegó

Recibiendo a Aníbal en Plaza Artigas. Homenaje popular el día de su 80 cumpleaños, el 6 de agosto de 2006.

(RADAR MUSICAL)

Aníbal Sampayo partía el 9 de mayo de 2007. Y claro: 13 años sin su presencia física en los escenarios de América –o quizás más tiempo considerando el período de enfermedad– instalaron el silencio de su arte en festivales, fiestas criollas, grabaciones, nuevas creaciones e incluso sus propias giras. Son tantos años refiriéndonos a la obra de Aníbal y por ende de sus aportes a la cultura popular de la región, que la reiteración aparece sin que la convoquemos… Es así que, ante este nuevo 9 de mayo, preferimos la evocación, el homenaje. Él quería mucho esta sección y nos estimulaba; hasta en ocasiones nos corrigió algún concepto vertido, con gran altura y respeto; “vo’ dale pa’ delante”, solía expresarnos.
Desde el lugar donde se encontraba actuando, generalmente recibíamos una postal o una carta. Y lo confesamos: cada envío del “cacique” era un verdadero poema; por lo menos así lo sentíamos.
El Aníbal campechano, vecino común, cordial, sencillo. La humildad de los grandes o la grandeza de los humildes. A pesar del reconocimiento a nivel internacional como investigador, historiador, conferencista, poeta, compositor, cantor, guitarrista, arpista. Y profundamente artiguista: baste señalar una vez más, su célebre y preciosa cantata.
Como pensamos debe citarse también “El Sitio Heroico”, sobre la histórica gesta de Leandro Gómez, también en formato de cantata y que musicalizara el talentoso Hugo Merlo.
Un párrafo aparte para el humor de Sampayo: peculiar, ingenioso. Una suerte de género que no solía utilizar con asiduidad en los escenarios, aunque vivirlo en rueda de amigos se convertía en momentos plenamente disfutables.
En algún lugar del firmamento celeste de los duendes y las musas andará Aníbal Sampayo. El hombre-artista que cuando nos dejó… también dejó un legado. Valiosísimo, claro.

EN EL CORAZÓN NO SE MODIFICA

Alguna determinación basada en elementos que no nos corresponde analizar, ha resuelto que el “Día de la Madre” no sea como está establecido internacional y tradicionalmente, el segundo domingo de mayo. En los hechos y este año: mañana. Pero como no existe intento de ninguna índole, capaz de modificar los mandatos del corazón, destinamos este segmento a celebrar el, seguramente, “día especial” más importante y pleno de sensibilidad.
La madre ha sido en los tiempos y lo sigue siendo, fuente de inspiración para poetas; literatura que con el acople de musicalidad se convierte en bellísimas canciones. Es comprensible entonces que en el día de las mamás (reiteramos lo de “especial”), los medios emitan temas que proponen los más variados estilos. Hace algunos años y procurando una canción –breve, muy sencilla– para que los más chiquitos de Escuela Padre Lamas le regalaran a sus madres, modestamente se nos ocurrió: (Diálogo) “Vamos a construir una mamá./ ¿Y cómo lo vamos a hacer?” (Canto) “Con cuatro rayos de sol/ y un pedazo de cielo,/ un ramillete de amor/ y ese beso tan tierno”. (Dicho) “¿Y qué le vamos a regalar?” (Canto) “Un abrazo… un ‘te quiero’/ y la promesa de ser buenos”. Título: “Un canto a mamá”. Con gusto la compartimos.
Si el “Día de la Madre” tuvo su origen en 1910, estableciéndose en Estados Unidos e incluso como “fiesta nacional” el segundo domingo del mes de mayo, traspasando las fronteras, pues estamos ante ¡110 años! de tan buena idea la que, evidentemente, permanece latiendo en los corazones de infinidad de hijos cariñosos.

HASTA EL SÁBADO

“Junto al negro pentagrama/ acoplado a los durmientes,/ vive Pedro./ Sin resignación, sin odio,/ mastica filosofando/ la longitud de un recuerdo./ Conjuga en el horizonte/ gaviotas atardecidas/ y ese es su verbo./ Su canto le presta al río/ y con el violín de un grillo/ se va durmiendo./ Es noche de cantegril,/ dos ángeles de cristal/ velan su sueño.” “El botellero” (Aníbal Sampayo). José María Brunini