Entregaron reconocimientos a Vidal y Corts

Plaqueta en mano, Corts es rodeado por los integrantes de la Comisión de Deportes de la Junta Departamental.
Claudina Vidal también fue reconocida pro haber sido la primera mujer futbolista en un equipo de hombres.

Doble reconocimiento realizó la Comisión de Deportes de la Junta Departamental, que cumplió con la entrega de plaquetas a Héctor Corts y Claudina Vidal. Mauro Valiente, presidente de la Comisión, dijo que el reconocimiento debió hacerse el pasado año pero la Junta entró en receso y posteriormente surgió la emergencia sanitaria ante la pandemia de coronavirus. “Ahora quisimos cumplir con estos reconocimientos que fueron solicitados entre varias mociones”, dijo.
En primer lugar se concurrió al domicilio de Corts, que fue reconocido por su labor en el deporte y por la revista Todo Deportes que se edita desde hace 23 años.
“No creo ser merecedor de tanto”, dijo el “Bocha”, exjugador y entrenador de fútbol. “Nací dentro del fútbol. Cumplí 77 años y desde los cuatro estoy metido en el fútbol: primero como mascota, luego como jugador, entrenador y dirigente”, remarcó, para luego hacer un repaso de su carrera.
Luego, fue tiempo de que la delegación de la Comisión de Deportes se trasladara al domicilio de Claudina Vidal, la primera mujer en jugar al fútbol en un equipo de hombres, allá por 1970 en Sud América.
“En 1970 estaba jugando en un equipo de mujeres de Midland, fueron a verme y un muchacho me dijo si no quería ir a jugar a Sud América. Le dije que sí”, recordó Vidal.
“En la Liga preguntaron los delegados y dijeron que no, y el muchacho estaba malísimo. Pero después la Liga aceptó. Jugué en la Primera de Sud América y de 9, pero después no me dejaron jugar los jueces, no querían actuar porque decían que no sabían qué iban a cobrar”, relató.
Vidal aseguró que jugó dos partidos: contra Estudiantil en cancha de Wanderers, y en el Estadio Artigas. Con respecto a quienes fueron sus compañeros, remarcó que “me daba rabia porque tenía la posibilidad de hacer un gol, pedía la pelota, pero no me la daban. Me daba bronca. Les decía que me la dieran”.
Y recordó que “me quisieron llevar varios cuadros, como Sud América de Montevideo, y hasta vinieron de Italia a buscarme, pero tenía a mis padres y no quería irme”.