Un centenar de estudiantes de Secundaria recibieron canastas alimenticias

La campaña de recolección se inició en el local de Afempay y se llevó adelante junto a integrantes de Compromiso Educativo.

Los docentes de enseñanza secundaria nucleados en Afempay, junto a integrantes del programa Compromiso Educativo, entregaron un centenar de canastas de alimentos a estudiantes con altas vulnerabilidades, luego de constatar que perdían sus vínculos con los centros educativos por la carencia de servicios básicos.
“Fue una decisión que tomamos al comienzo de la emergencia sanitaria y cuando vimos que perdíamos el vínculo con nuestros estudiantes en los liceos, que de alguna forma son una garantía de sostén para la alimentación”, dijo a EL TELEGRAFO el presidente de Afempay, Horacio Acuña.
Explicó que se presentaron alternativas para resolver lo pedagógico, “pero había que buscar una forma para no dejar a esos estudiantes sin alimentación. La sala de directores nos dio la información en forma inmediata, sobre los casos de estudiantes que vivían situaciones de vulnerabilidad”.
En principio, la lista “era mucho más importante de lo que podíamos cubrir. Volvimos a pedir que ajustaran esos números y así fue que detectamos los casos más vulnerables y llegamos a un total aproximado de 80 en la ciudad de Paysandú y otros que corresponden a una localidad del interior”.
En el local sindical, ubicado frente al Liceo Nº1, comenzó una campaña de recolección de alimentos, “donde también recibimos una muy importante donación solidaria del sindicato de los trabajadores de Mevir. Con eso y lo que aportó nuestro sindicato, elaboramos unas cien canastas solidarias de las cuales se hizo cargo el programa Compromiso Educativo”.

SIN RECURSOS BÁSICOS

Sus integrantes “resolvieron llevar los alimentos y no ocurrió al revés. Esto fue importante porque se pudo visualizar la situación que viven los estudiantes que ni siquiera se mantenían en contacto con su institución educativa porque no tenían recursos. Es decir, no tenían un teléfono, no tenían luz o no tenían una mesa donde hacer las tareas”, relató Acuña.
El docente agregó que el recorrido, “nos permitió entender que la situación no se soluciona solamente con subir las clases a una determinada plataforma, sino que es mucho más complejo”.
Acuña ejemplificó que “si en un grupo tengo treinta alumnos, yo tengo que decir que casi la mitad tiene dificultades para mantener el vínculo y de ese 50 por ciento, hay un porcentaje importante de estudiantes que no tiene ninguna clase de recursos como para atender o asistir a esas clases virtuales”.