ATRU reclama cambios a Uruguay Trabaja y canastas solidarias

Fabiana Córdoba, activista de ATRU.

En el departamento de Paysandú hay un total de 36 mujeres trans, algunas de las cuales reciben el beneficio de la Tarjeta Uruguay Social por un monto de $1.200 en el marco de la contingencia sanitaria por el coronavirus, y también obtuvieron canastas solidarias. Sin embargo, no acceden a puestos laborales y el programa Uruguay Trabaja presenta escollos al momento de su inscripción, en tanto exige Ciclo Básico y que se presenten por única vez. Fabiana Córdoba, activista y referente de la Asociación Trans del Uruguay (ATRU), explicó a EL TELEGRAFO que el cupo no se cumple, por lo tanto, existen dificultades para dejar el ejercicio del trabajo sexual.
A Paysandú “llegan en semana de turismo desde Argentina y algunas provincias, como Buenos Aires o Tucumán al ejercicio de la prostitución. Es una población que siempre fue víctima de la trata de personas, incluso de inmigrantes. Porque las mujeres trans, muchas veces para salir de su situación se ven sometidas a la inmigración. Es una población por debajo de la línea de pobreza y no tienen estudios”.
La situación socioeconómica ubica a las mujeres trans en un lugar de mayor vulneración, en comparación a las mujeres biológicas. Ejemplificó que transitar por el siglo XXI les permitió ganar derechos, “y esperemos no perderlos. Pero es una situación mejor que cuando yo me travestí”.
Córdoba tiene 46 años, salió de su casa en Tacuarembó con 13 años de edad y hace 18 que vive en Paysandú. En más de treinta años, Uruguay tuvo un incremento en las coberturas médicas y económicas por parte del Estado, además de otras notorias que “se lograron en los últimos quince años, como el cambio registral, o en los últimos años en Paysandú, con la instalación de la policlínica de hormonización, que trabaja muy bien con la población residente al norte del río Negro”.

CONTINGENCIA

La emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 agravó la situación económica del país, pero particularmente de este colectivo quienes, en su mayoría, no lograron nuevos ingresos. En algunos casos específicos resolvieron comenzar pequeños emprendimientos, pero con resultados dispares. En otros, reciben la Tarjeta Uruguay Social (TUS) que les permite acceder a comestibles por un monto de $1.200, pero ATRU gestiona para extenderlo a toda la población trans. “Hoy tenemos mujeres mayores que no pueden trabajar y en otras situaciones, donde la policía las levanta porque no tienen la libreta al día”.
Incluso los controles sanitarios se flexibilizaron con los años en el hospital local. “Ahora se hacen al mediodía, pero antes, daban turno a las 7 de la mañana para pasar al médico. Y ahora con la pandemia, tampoco hay médicos que firmen la libreta”.
La referente obtuvo canastas otorgadas en forma solidaria por el Pit Cnt, Fucvam, Soen y Afempay a través de la Intersocial. “Pero son más mujeres trans, algunas de las cuales se quedan en los boliches y otras trabajan en la calle. En Paysandú son 26 y al sumar el interior departamental con sus localidades, la cifra totaliza 37. Somos más de 2.000 a nivel nacional, pero se deben contabilizar los ingresos por la frontera Rivera-Livramento, a trabajar del lado uruguayo”, precisó.
La realidad es diferente en función del entorno cercano. “Algunas tienen una pareja, pero otras ni siquiera familia. Como el caso de una chica que trabaja con un cliente y se queda allí, a vivir en la casa del cliente, porque no tiene donde estar. De otra forma pasaría a una situación de calle”.

MODIFICAR LA LEY

Anualmente, en los llamados para participar en el Programa Uruguay Trabaja del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), los interesados deben cumplir con las disposiciones habituales, como tener entre 18 y 64 años, encontrarse desocupados por más de dos años y en situación de vulnerabilidad socioeconómica.
El programa del Mides ofrece un cupo de 8% para afrodescendientes, 4% para personas con discapacidad y 2% para trans. Córdoba enfatizó que sus gestiones actuales están centralizadas en la ley y los requisitos para acceder a los cupos. “Exigen tercer año de Ciclo Básico y algunas personas no tienen terminada la Primaria y otras la finalizaron con el programa Uruguay Trabaja. Es una ley que podemos decir que para nosotros es obsoleta porque no se puede aplicar el cupo”, aclaró.
La activista especificó que el programa de trabajo “establece un cupo para las mujeres trans, pero participan una vez y no pueden participar más. Esos cupos quedan libres y la población no varió. Las mujeres trans solo trabajan una vez en el programa, pero pertenecen a una población con otras realidades”.

PENSIÓN REPARATORIA

La población trans nacida antes del 31 de diciembre de 1975 que fueron víctimas del abuso institucional del Estado o privadas de libertad por su identidad de género, acceden a una reparación económica de 3 BPC, que corresponden a unos $ 13.000, en el marco de la Ley Integral para Personas Trans, aprobada en octubre de 2018.
Desde que la norma fue reglamentada, unas 140 personas completaron el formulario para acceder a esta prestación del Banco de Previsión Social. “Es un grupo específico que cumple con las características de la ley, pero tampoco cobrarán las cifras que se difundieron. Llegaron a hablar de hasta $30.000, cuando no llega a 13.000 pesos”, dijo.

CAMBIOS

Córdoba resumió que en los últimos años, “los cambios trascendentales ocurren en la salud. Hemos realizado talleres de sensibilización en el hospital, que cambió mucho desde la dirección anterior con Ángela Almeida y Cecilia Sánchez. Fueron profesionalmente abiertas a ver nuestra problemática”.
Ejemplificó que las situaciones se reiteraban “cuando una mujer trans iba a una policlínica, donde la miraban como un bicho raro de la sociedad. Otras situaciones se daban con el llamado por su nombre masculino, a pesar del cambio registral. En la base de datos del laboratorio no se habían hecho los cambios, por lo tanto, mientras estaban en un pasillo de espera, en vez de citarla por su nombre anterior, lo correcto era que lo hicieran por su apellido”.
En este sentido, opinó que “la partida de nacimiento con el nombre masculino debería desaparecer porque es un trámite discriminatorio. Al costado de la partida escriben el cambio registral. En realidad tendría que hacerse una nueva partida”.