Reparan a nuevo locomotora de Ancap en talleres AFE Paysandú

Los talleres de AFE Paysandú se destacan por el valor patrimonial de sus instalaciones edificadas para la empresa de capitales británicos Midland, pero además se encuentran plenamente operativos a pesar de la permanente pérdida de recursos humanos que han sufrido.
Recientemente EL TELEGRAFO daba cuenta de la completa recuperación que se realizó de un conjunto de vagones que cumplían el servicio de pasajeros en la zona metropolitana, antes del inicio de las obras del Ferrocarril Central, aparte del mantenimiento permanente de las tolvas que transportan la piedra caliza de Ancap, desde la cantera (en el empalme de rutas 3 y 26) hasta la fábrica de cemento portland en Nuevo Paysandú.
Ahora le tocó el turno a la máquina que opera en la playa de maniobras de esa fábrica, la que está siendo sometida a una recuperación completa, indicó José Luis Álvarez, uno de los funcionarios de los talleres de AFE.
“Es una máquina adquirida por Ancap, del año 1956; Ancap la necesitaba en su playa de maniobras para transportar la caliza que llevan los trenes desde la cantera de Queguay y ahí, dentro de la planta, esta máquina se encarga de distribuir las tolvas y las lleva al lugar donde se muele la caliza con la que se hace el cemento”, resumió.
“Ahora, con la renovación de las vías, no hay acarreo, Ancap aprovechó para hacerle un arreglo general, y en realidad va a quedar cero kilómetro, porque se le va a colocar hasta el motor nuevo, se compró un motor nuevo. Se le colocó además una cadena de tracción, que hacía años no se utilizaba. Va a durar unos cuantos años más seguramente”, agregó.
Álvarez indicó que se trata de una máquina fabricada por la empresa General Electric, en su planta de Erie, en Pennsylvania. “Es estadounidense; ahora cambió la característica del motor, el anterior también era diesel, pero éstos ahora con turbo son mucho más modernos y tienen mucho más fuerza. Tienen unos 250 caballos de fuerza. Arrastra unas 70 toneladas, la tolva que pesa unas 25 y las 45 que carga”.
El trabajo en la máquina se encuentra en su fase final después de unos 6 meses. “Prácticamente está todo pronto para que vengan los compañeros de Salto a ensamblar el motor, después se le hacen pruebas y quedaría”.
Básicamente se repintó, se hizo toda la electricidad a nuevo y hubo que adaptarla para el motor nuevo, “hubo que hacerle diversas adaptaciones, porque ya al ser más moderno, es más chico y tiene más potencia que el anterior. El otro era más grande, ocupaba más espacio, entonces no eran los mismos los puntos de anclaje del motor”.
En esta refacción trabajaron unas 10 personas, indicó Álvarez. “En esto hay dos pintores, dos mecánicos salteños, el electricista, el tornero, que ha tenido que hacer diferentes cosas. Antes pertenecíamos cada uno a una sección diferente, pero ahora hay un trabajo y vamos todos a ese trabajo, porque somos tan pocos que vamos todos”.
“Es la forma de ir sobrellevando y sacando trabajo, haciendo cosas”, dijo.
La mayor parte del trabajo que se hace hoy en los talleres es el mantenimiento de las tolvas que llevan la piedra desde la cantera hasta la fábrica de Ancap. Álvarez dice que el panorama hacia adelante es poco alentador y que la situación actual de los talleres, por el poco personal que queda, hace acordar a cuando todos se iban con licencia y quedaba un pequeño grupo de guardia. “Quedamos muy poquitos. Nosotros estábamos sacando la cuenta que dentro de un año y medio no quedaría ninguno de nosotros acá, porque ya estaríamos todos cumpliendo la edad de retiro. Yo por ejemplo ya tengo 40 años de trabajo y dentro de un año y medio cumpliría los 60”, dijo.
De llegar a ese extremo la pérdida más importante sería la del conocimiento, porque históricamente han sido los operarios más antiguos en la planta los encargados de enseñar los diferentes oficios a los nuevos. Pero los más nuevos ingresaron hace ya 15 años, son “dos muchachos que vinieron de la UTU, vinieron como pasantes y quedaron. Son los únicos dos que tienen perspectivas de quedar acá, pero seguramente que algo van a tener que hacer, van a tener que contratar más gente o algo”.
Pese a este panorama, Álvarez afirmó que la empresa es consciente de la importancia de los talleres.
“Ellos lo ven como una necesidad en el Interior de este taller que está muy bien ubicado, en un lugar estratégico, que estaba bueno seguir manteniéndolo. Está plenamente operativo, funciona todo, todas las maquinarias que están acá están funcionando”, aseguró.