Alexis Bourgeois participó en Le Marché du Film, en el Festival de Cannes 2020

El realizador sanducero integró la delegación uruguaya que participó en el célebre festival de Cannes, de manera virtual.

El productor y realizador sanducero Alexis Bourgeois integró la delegación que representó a nuestro país en Le Marché du Film (El Mercado de Películas) que se realizó en el marco del prestigioso Festival de Cannes 2020.
Este año, a raíz del problema por todos conocido, el festival tuvo características muy particulares, ya que se realizó de forma virtual.
La delegación uruguaya fue liderada por el Instituto del Cine y Audiovisual (ICAU) del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y la integraron más de 30 productores, empresas e instituciones, que trabajaron de manera coordinada, a través de Uruguay Audiovisual, para representar al país.
Entre ellos estuvo Bourgeois, quien indicó que la posibilidad de integrar el grupo se dio “estando en contacto con ICAU, surgió una solicitud a productores que quisieran participar del Festival, de integrar este comité de productores. Me postulé, había que postular con los proyectos de cada uno, plantear qué podía ir a buscar, y por suerte me dijeron que había quedado”.
El responsable de Papo Studios, indicó a EL TELEGRAFO que él pensaba participar de todos modos, “es algo en lo que hay que estar; en este rubro Cannes es una referencia, yo me iba a inscribir igual, pero ser parte del grupo de productores e ir como ‘esponsoreado’ de alguna manera por ICAU, da otro valor agregado”.

MERCADO

Le Marché du Film, como su nombre lo indica, es un mercado, un lugar donde buscar negocios. “Ese era mi objetivo, es un mercado tan grande al que vas a vender tus proyectos, o ir a mostrarlos, o a presentar lo que hacés”, dijo.
El participar de manera virtual tuvo sus ventajas y sus desventajas, explicó. “Como en todo mercado hay un montón de cosas que se pueden hacer, tenía una serie de plataformas, 4 o 5 plataformas: una para asistir a charlas, otra para conectarte con productores, otra para participar de focus group, otra para mirar, porque eran como dos festivales en paralelo”, describió.
Además de eso, había otra plataforma “de cuestiones prácticas; había productores que llevaban sus proyectos, los presentaban para ver si los podían colocar, para ver si conseguían un posproductor, que les terminara la película, pero eran 4 o 5 plataformas que días antes tuve que investigar, mirar, saber cómo funcionaba cada una. La verdad que fue una locura, y en los días del festival eran 12 horas, yo que tengo dos pantallas, en una hacía una cosa y en otra, otra cosa”.
Quienes iban en busca de contactar posibles contrapartes para sus proyectos contaban con algunos recursos adicionales. “Tenía un software que te ‘enganchaba’ según tus características, y tus necesidades. Te vinculaba con otras personas. Había un momento en el día que se activaba como un relojito, entonces te iba poniendo en reuniones, te ponía con un productor, ahí tenías ocho minutos, se llaman flash meetings, tenés ocho minutos para contar todo, para vender la idea, para quedar en contacto y ahí se cortaba y se te enganchaba con otro, y ahí estabas media hora, cuarenta minutos, podías salirte cuando quisieras”, relató.
Lo que faltó fue el cuerpo a cuerpo irreemplazable. “El hecho de estar solamente frente a la pantalla le quita calidez y eso de que estás ahí entre la gente, a ver cuál te puede servir o cuál no, entrar a una sala para mirar algo y salís, tomás un café, te encontraste con éste, conociste a aquél, te presentó a aquél, esa dinámica de festival no la tenías, que es lo más lindo del festival. En ese sentido te ahorrabas tiempo quizás, pero no pasabas de estar frente a la pantalla”, dijo.

PROYECTO

Bourgeois considera que le fue muy bien. “Estoy con un proyecto, compré los derechos de esta historia, que es de la pionera del paracaidismo deportivo en Bélgica, en los años 60, cuando empezaba todo, y estoy escribiendo el guión de esta historia”, señaló.
El propósito, dijo, es generar una coproducción entre Uruguay y Bélgica, al amparo de un acuerdo que se celebró en 2018. “Eso te permite acceder a ciertos beneficios, más que nada, o básicamente, para un productor uruguayo, permite coproducir con un productor belga, y que este puede acceder a unos fondos que en Uruguay no existen”, destacó.
El proyecto que lleva adelante es una producción cara para Uruguay, “es una producción de época que va a valer dos millones de dólares por lo menos. Sería imposible hacerlo acá, aparte esta historia transcurre toda en Bélgica, entonces el productor belga se asocia conmigo, que tengo la historia, y pone el 80% de los recursos, porque los gastos van a ser hechos en Bélgica”.

CONTACTO

Bourgeois accedió el año pasado a un fondo de Uruguay XXI para ir a Bélgica en busca de un coproductor.
“Ahí conocí a Philippe Reynaert al director de Wallimage, es un fondo de producción audiovisual de Wallony, la región del sur de Bélgica, y me dijo que le encantaba el proyecto y quería ayudar. Antes del festival le escribí y él hizo una publicación en el Facebook de Wallimage. Anunciaba que iba a estar durante el festival de Cannes. Ahí me entraron a contactar una cantidad de productores ‘pesados’ de Bélgica”, indicó el sanducero.
El próximo paso es terminar de desarrollar el guión. “Vengo bastante avanzado, porque empecé en enero. Un guión de cine se reescribe ‘n’ veces, es muy complejo, pero igual, viene bastante bien, y la idea es terminar el guión y presentarlo a estos productores que se interesaron”, dijo.
“El ‘gol’ es entrar en esa máquina de empezar a coproducir con Bélgica. Esto es un primer proyecto. Uruguay tradicionalmente siempre coprodujo con otros países: España, Italia, Francia, pero con Bélgica todavía no, a partir de este convenio y de este proyecto puede ser que surja algo”, agregó.
Si bien el deseo y la vocación de Bourgeois es dirigir, en este momento su principal desvelo es que se concrete esta película. “Por algún lado hay que empezar y quiero que esta película se haga”, afirmó.