La Comisión de Seguimiento de la Intendencia y la Junta Departamental de Durazno visitó el vivero de UPM en Guichón, con el objetivo de observar cómo será el que se instalará en Sarandí del Yí, la segunda ciudad del departamento de Durazno, según publicó la página duraznodigital.uy. En la nota se recuerda que UPM Forestal Oriental tiene dos viveros ubicados en el departamento de Paysandú: el San Francisco, en el camino a la autobalsa, y Santana, en Guichón. Estos viveros pueden producir más de 30 millones de plantines de eucaliptos por año. La empresa ya confirmó que instalará uno similar en Sarandí del Yí, por lo que la Comisión de Seguimiento integrada por Ediles y la Intendencia estuvo conociendo cómo será este nuevo emprendimiento. En la oportunidad viajaron a Guichón los ediles Santiago Icasuriaga, Raúl Licandro y Wilson Barité, y por parte de la Intendencia, la maestra Anabela Prieto.
VIVEROS DE ÚLTIMA GENERACIÓN
En 1990, UPM inició su programa de reproducción de árboles y, desde 2013, tiene un laboratorio de I + D en la planta de celulosa de Fray Bentos. El objetivo principal es analizar, seleccionar y proporcionar a la empresa los mejores árboles para mejorar la productividad forestal, la procesabilidad en la planta y las propiedades de fabricación de productos, asegurando así operaciones eficientes. La producción de plantines puede ser a través de semillas o propagación vegetativa (esquejes enraizados), que es una técnica probada. UPM no utiliza materiales transgénicos. Los dos viveros de UPM utilizan los invernaderos de última generación, el control computarizado de entornos administrados y los sistemas de riego de alta precisión, entre otras tecnologías modernas para permitir operaciones sostenibles. La producción de viveros se utiliza para establecer plantaciones en tierras propiedad de UPM, o de productores rurales asociados al Programa Fomento.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
El vivero Santana fue construido en 2012, con una inversión de 18,5 millones de dólares a unos 15 kilómetros al norte de Guichón. Durante la obra trabajaron entre 160 y 200 personas. Tiene una capacidad de producción de 15 millones de plantines por año y genera 150 puestos permanentes, de los cuales un 55% están ocupados por mujeres.
Está desarrollado bajo invernaderos metálicos, con control inteligente del ambiente computarizado y sistema de calefacción de invernadero a base de biomasa. Mesas móviles de acero galvanizado para sostener las bandejas de las plantas y transportarlas internamente desde diferentes invernaderos. Sistema de fertirrigación de precisión centralizada para suministrar agua y nutrientes según las necesidades de la planta, y el riego de la planta se basa en un ciclo cerrado de agua (recuperación del exceso de riego sin descarga de efluentes). El uso diario de agua es de aproximadamente 550 metros cúbicos por día, incluido el 25% del agua reciclada. La fuente principal de agua de riego es un tajamar que almacena agua de lluvia.
