Elencos teatrales aguardan respuesta a los protocolos enviados al MEC

Manuel Caraballo.

Los grupos de teatro a nivel nacional presentaron sus protocolos ante el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) en mayo, y aguardan una respuesta para reabrir las salas a fin de retomar el trabajo suspendido el 13 de marzo, con el comienzo de la emergencia sanitaria provocado por el COVID-19. La situación de los trabajadores que no tienen una dependencia laboral o cobertura social, se complica con el paso de los meses.
El actor sanducero Manuel Caraballo, egresado de la Escuela Municipal de Arte Dramático, se encontraba ensayando en El Circular, “Ricardo III” de William Shakespeare. Consultado sobre el perjuicio provocado a los trabajadores en diversas áreas como escenógrafos o vestuaristas, quienes a su vez se desempeñaban en otros servicios, también suspendidos como fiestas particulares, explicó que el panorama tiende a complicarse.
“Se abren las iglesias y permiten los cultos, pero no es posible que habiliten las salas públicas, por lo menos las más grandes. Es una tomadura de pelo que se permita congregar a una cantidad de gente, a pesar de que adopten todas las medidas de higiene. Pero no lo permiten para los teatros, y es exactamente lo mismo, porque son espectadores que se juntan”, dijo a EL TELEGRAFO.
Explicó que con la habilitación de los cultos religiosos, “hay un doble criterio y juegan los aspectos políticos enfocados desde los prejuicios. Nos juntamos con la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI), la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) y la Asociación de Teatros del Interior (ATI) para hacer propuestas. Por ejemplo, El Galpón propuso un protocolo muy exigente en mayo y no fue aprobado”.
Las salas más chicas elaboraron otro protocolo, “con materiales enviados por teatros de Alemania y Portugal y tampoco fueron aprobados. Por otro lado, parecería que esperan abrir las salas públicas, como el Sodre, para después habilitar a las demás. Pero no hay ninguna señal en ese sentido”.
Explicó que “hasta lo que conozco, el elenco del Sodre ensaya para presentarse en agosto. Pero todo está a la espera de que no haya un rebrote. En el teatro, no tenemos ninguna forma de presionar. Aparte, nos importa solo a nosotros que estén cerrados los teatros”.

SITUACIÓN ECONÓMICA

La situación económica y social de los trabajadores de los teatros “es grave, muy grave. Hay distintos sectores, como por ejemplo los jornaleros del Sodre o de los teatros independientes –vestuaristas, peinadores y asistentes– que es su único trabajo”. Sin embargo, “algunos de ellos no accedieron a los apoyos que dio el ministerio. SUA gestionó fondos con la Intendencia de Montevideo y los entregó a estas personas que no tienen nada”, dijo Caraballo.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, anunció la extensión de un subsidio de 6.800 pesos durante dos meses para actores y músicos, identificados a través de un listado que elaborarán las instituciones vinculadas a la cultura. Los posibles beneficiarios deberán presentar, además, una declaración jurada donde aclaren que no reciben ingresos por otros conceptos. Los sindicatos de actores calificaron como “insuficiente” el monto anunciado.
Desde el 13 de marzo, las salas independientes y estatales se encuentran cerradas. “Pero la diferencia es que, por ejemplo, el elenco de la Comedia Nacional cobra su salario porque son funcionarios. Los actores independientes cobran por los ensayos a partir de los fondos que destina el Cofonte y después con las entradas. Pero todo eso se cortó”.
Sin embargo, las directivas de los teatros deben enfrentar el pago de los impuestos respectivos. “El gobierno hizo una rebaja del 25% de UTE, pero no recibieron exoneraciones como en otras áreas. Además, hay salas que son construcciones que tienen más de cien años, y estar cerradas ya le provoca daños al edificio. Se humedecen paredes y se cae el yeso, o los equipos no se prenden. Pero lejos de no gastar porque no están en uso, hay otros que se dañan por estar apagados, como los equipos de calefacción y hay que ir a prenderlos cada tanto para que eso no ocurra”, precisa el actor sanducero.
Todos los trabajadores dependientes de los teatros fueron enviados al Seguro por Desempleo. “Ahora tendremos el problema para reagendar las funciones porque en los lugares no solamente actuamos los actores, sino que hay contratos con personas que alquilan las salas”.
El día de la declaración de emergencia sanitaria, había estrenado “Shejitá”, en el teatro Victoria, dirigida por Analía Torres y premiado en Madrid por Cofonte y Fortalecimiento de las Artes. “Tenían vendidas todas las funciones siguientes y ese día hubo que cerrar. Es producido por la Intendencia de Montevideo, entonces cuando se reabra la sala, ellos deben ir primero porque deben cumplir con el programa. Al igual que la sala”.
Explicó que “cada mes que pasa, las directivas de los teatros gastan menos plata para ver si pueden seguir por otro mes. No tenemos una fecha, siquiera estimativa, como manejan otros rubros, para retomar la logística y por ejemplo, reparar lo que pudo haberse roto en este tiempo. Incluso los actores tienen que ensayar. En el teatro estamos acostumbrados a perder o a empatar, pero no a no hacer”, aclaró.

NUEVAS TECNOLOGÍAS

Caraballo destacó la utilización de las nuevas plataformas para presentar obras o recitales musicales, e incluso talleres. “Pude ver las presentaciones del Royal Shakespeare Company de Londres, o del teatro San Martín de Buenos Aires. Así como lo pudo hacer la Comedia Nacional, con propuestas interesantes de obras y creaciones con diálogos y poesía. Pero pasaron los meses –y esto ha sido tan largo–, que llegó un momento que no quería ver más, aunque fueran los mejores elencos del mundo. Porque el teatro es la interacción con el otro, tanto como ocurre con los ritos religiosos. El encuentro es entre el actor y el espectador que viven lo mismo. Como registro es válido, pero no es teatro”, concluyó.