Los trabajadores del vivero Santana, en Guichón, paralizaron sus actividaes durante dos días en reclamo de “licencias mal liquidadas y quea correspondían a una deuda entre 2013 al 2020.
La empresa reconoció tantos años, pero no efectivizaba el pago”, dijo a EL TELEGRAFO el prosecretario general a nivel nacional del sindicato de la madera (Soima), José Sena.
Luego de “intensas gestiones, se comprometió a pagarlo todo junto el 1º de agosto y se levantó el conflicto. La empresa proponía el pago en cinco cuotas, pero eso no fue aceptado por los trabajadores. Las deudas por cada uno van entre unos $3.000 a $12.000”, agregó.
