Cultivar las singularidades

La realización el pasado domingo de las elecciones departamentales y municipales provocó que pasara casi sin repercusión prácticamente la celebración del Día Mundial del Turismo. Una fecha que se conmemora cada año el 27 de setiembre desde 1980, es decir, que este 2020 cumplió sus 40 años.
Además, este año tuvo la particularidad de que por primera vez la celebración oficial no estuvo auspiciada por un único Estado Miembro de la Organización Mundial del Turismo, OMT, sino que fue el bloque de Mercosur quien asumió la responsabilidad: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Chile como observador. Con esto se pretendió dar un mensaje sobre “el espíritu de solidaridad internacional que recorre el turismo y que la OMT ha reconocido como esencial para la recuperación”, en un año que está siendo el peor de este sector de la economía, desde que se lo asumió como tal.
El lema del Día Mundial del Turismo 2020 fue “Turismo y desarrollo rural” y encuadra perfectamente con las premisas que rodean las actuales circunstancias en las que se puede desarrollar la actividad en el contexto de pandemia, favoreciendo la vida al aire libre y sin aglomeraciones, en una modalidad en la que se ha trabajado mucho pero que, tal vez por falta de masividad, quizás en el imaginario de la comunidad no se equipare al turismo de los grandes números, como el que convoca la temporada estival en las zonas costeras de nuestro país y alrededor del mundo.
Enfatiza la OMT en que durante estas 4 décadas, el Día Mundial del Turismo ha puesto en relieve el poder del turismo para llegar “prácticamente a todos los lugares de nuestra sociedad. Hoy, este mensaje es más importante que nunca. Cuando nos enfrentamos a una crisis sin precedentes, el lema del Día Mundial del Turismo de 2020, ‘Turismo y desarrollo rural’, resulta especialmente pertinente”.
Se asume que el turismo ha demostrado ser vital para muchas comunidades, aunque “su verdadera fuerza está aún por terminar de desplegarse”. En este sentido se considera que el sector no es solamente una fuente principal de empleo, especialmente para las mujeres y los jóvenes, sino que ofrece también oportunidades de cohesión territorial e inclusión socioeconómica para las regiones más vulnerables. “El turismo ayuda a las comunidades rurales a conservar su singular patrimonio natural y cultural, apoyando proyectos de conservación, muchos de los cuales protegen especies en peligro o tradiciones y sabores perdidos”, afirmó en su mensaje el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
En nuestro país el turismo rural tiene andado un buen camino. Ya no se trata de experiencias incipientes, hay muy buenos productos turísticos rurales, orientados a públicos exigentes; de hecho hay una organización que los nuclea, la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural, Sutur, que es un ejemplo en el desarrollo de productos, así como en la tarea de difusión y comercialización.
El turismo rural tiene una lógica muy diferente a la del turismo masivo, de hecho el turista rural parte de una premisa distinta, busca cosas diferentes, usa los recursos de otra forma y se preocupa por la conservación y por entender la lógica de un medio que no conoce y que quiere conocer. Es muy distinto a quien simplemente va unos días a la playa. Culturalmente es muy diferente y su consumo y su impacto son distintos.
La OMT se plantea esta crisis como “una oportunidad de repensar el sector turístico y su contribución a las personas y al planeta, una oportunidad para que el turismo se reconstruya como un sector más inclusivo y resiliente. Convertir el desarrollo rural en uno de los ejes de las políticas turísticas, a través de la educación, la inversión, la innovación y la tecnología, puede transformar la vida de millones de personas y preservar nuestro medio ambiente y nuestra cultura”.
Incluso el turismo es una actividad con potencial para ayudar en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprovechado “como motor del desarrollo rural”.
“El turismo en espacios rurales es un gran impulso para el desarrollo interno de Uruguay, y en el actual contexto de posición del sector, se posiciona como una oferta atractiva, alejada de propuestas masivas, e innovadora en experiencias sensitivas y emocionales”, expresó en su mensaje con motivo de este día, el ministro de Turismo, Germán Cardoso, que además enfatizó en el buen posicionamiento de la marca país Uruguay Natural y en la captación de inversiones que pretende el actual gobierno en el sector, aunque en específico los anuncios han aludido a proyectos hoteleros asociados a la industria del juego y en la franja costera.
Llegado el momento veremos si el turismo que sobrevendrá tras la pandemia será el más cercano a la naturaleza y alejado de las experiencias masivas, tal cual espera la OMT, o si, a pesar de todo, el calor, la playa y el sol siguen marcando los tiempos.
En su mensaje Matías Lammens, el ministro argentino de Turismo y Deportes, destacó que se abre para Sudamérica una oportunidad a partir de esta situación internacional, para posicionar una modalidad en la que la región tiene sus ventajas. En específico para Uruguay se trata de una posibilidad de romper la estacionalidad y de apuntalar el crecimiento de todo el sector complementando ofertas. En el turismo rural el país tiene serias ventajas comparativas y, particularmente en esta región, se ha mejorado esa oferta con propuestas culturales (Anglo, Meseta de Artigas, Casa de Quiroga, etcétera). Sería bueno que se le apuntalara dándoles más protagonismo y visibilidad.