El sanducero Carlos Blanco Fadol y un instrumento musical maravilloso

Cada tanto llegan noticias de Carlos Blanco Fadol, el etnomusicólogo sanducero radicado en España, cuya vasta obra ha pasado por la música, el canto, la creación poética y musical, la ejecución e invención de innumerables instrumentos, la literatura, la investigación de diferentes culturas, la fundación de tres museos, entre otras facetas imposibles de detallar en este espacio. De vez en cuando, Blanco Fadol suele compartir con sus amigos los comentarios sobre su obra que aparecen en publicaciones de distintas partes del mundo. El pasado 16 de setiembre, se sorprendió al descubrir que una revista china especializada en bambú –cuyo nombre podría traducirse como “Bambú Gigante” (www.bambugigante.com)– destaca en uno de sus artículos un maravilloso instrumento de su creación: un órgano de bambú.
“De acuerdo a las referencias expresadas en dicho artículo, soy la segunda persona en la historia que ha creado un órgano de bambú”, dice Carlos. Anteriormente, el único órgano con características similares había sido construido en Manila, Filipinas, por el cura español Diego Cera, en 1816. “O sea, hace 204 años. Y el segundo fue construido por este servidor en 1984, hace 36 años”. Para el sanducero la publicación fue una sorpresa, “pero explicable, dada la complejidad de fabricar un órgano de esta naturaleza”.
Una diferencia importante entre ambos instrumentos es que el de Filipinas “no tiene todos los tubos de bambú”. El de Carlos, en cambio, “tiene las teclas, todos los tubos, y la decoración fabricados de ese material”. Además fue construido “con herramientas manuales, sin usar nada eléctrico, como en el Renacimiento”. El modo en que lo construyó, y los difíciles momentos que estaba viviendo entonces, dice, “amerita un capítulo aparte, porque es realmente sorprendente la pasión que puse en el año que duró su fabricación a tiempo completo. Dejé de realizar actividades musicales que eran mi medio de vida, para dedicarme de lleno en realizar los planos originales de este órgano. Por cierto, si no fuera por la colaboración del barrio que me traía de comer, no sé qué hubiera sucedido. Y todo gracias a un artículo, a toda hoja, que realizó el diario las Provincias de Valencia, que sensibilizó a la sociedad valenciana”. Incluso dejaron de cobrarle el alquiler del lugar donde vivía, recuerda. “Eran otros tiempos, otras sensibilidades, otras gentes… Esas son cosas que no se olvidan y que he vuelto a revivir con este artículo de China, que me sorprendió”.
CREADO CON CARACTERÍSTICAS ÚNICAS
Según detalla Blanco Fadol en su libro “Instrumentos Musicales Étnicos del Mundo”, su órgano de bambú “mantiene las características de los órganos positivos españoles del siglo XVI, aunque creado con características únicas, como el teclado de bambú de Indonesia, los tubos bajos de bambú amazónico de Bolivia y los tubos agudos de caña española de Valencia. En su construcción, se utilizaron exclusivamente herramientas manuales y elementos físicos y caseros para medir el volumen de aire de cada fuelle, y poder así fabricar los depósitos de almacenamiento de forma proporcionada”. El órgano abarca cuatro secciones fundamentales: “los fuelles, el secreto, la tubería y la caja. Los fuelles mantienen el mismo principio de los órganos positivos del siglo XVI y se accionan con ambos pies. Su función es distribuir el aire por medio de conductos a un depósito de tapa flotante, que lo almacena y lo mantiene a presión, mediante pesas colocadas encima. El secreto constituye la parte ‘enigmática’ del órgano, ya que resulta imposible hacer un seguimiento visual de su función (de ahí su nombre). Es un depósito de madera herméticamente cerrado, que almacena a presión el viento propulsado por los fuelles, para dirigirlo (mediante válvulas accionadas por las teclas del órgano) hacia los tubos correspondientes. La tubería constituye el cuerpo sonoro del instrumento. Reúne unas características únicas al estar construida con 44 tubos de caña y de bambú, que le otorgan una calidad y dulzura de sonido excepcionales. Al tratarse de un órgano positivo, la tubería se instala directamente sobre el secreto. Finalmente, la caja, que ha desempeñado a lo largo de la historia una función múltiple: decorativa, de protección y de difusión acústica. La caja del órgano de bambú se realizó de madera; y de bambú, el atril y la decoración”.
En el video cuyo enlace acompaña a esta nota (ver QR), se puede apreciar al músico y compositor costarricense Manuel Obregón, exministro de cultura de su país y amigo personal de Blanco Fadol, tocando el órgano de bambú en el Museo de la Música Étnica que el sanducero posee en Murcia (http://museomusicaetnica.com). La escena se registró en una sala dedicada a las invenciones musicales de Carlos, que superan el centenar, y que pueden vislumbrarse en el fondo. Algunas de ellas son la Torre Illimani, de 6 metros de altura que origina música con el agua; el Litófono cromático, fabricado con piedras; el Junio, instrumento que funciona con el calor de las llamas de grandes velas para crear música clásica; el Roedófono, accionado por hámsters que giran jugando en una rueda, posibilitando el sonido de las notas de una escala diatónica mediante un teclado; el Busotaigua, noria musical de agua; o la Cuna Musical, entre otros.

Una diferencia importante entre ambos instrumentos es que el de Filipinas “no tiene todos los tubos de bambú”. El de Carlos, en cambio, “tiene las teclas, todos los tubos, y la decoración fabricados de ese material”. Además fue construido “con herramientas manuales, sin usar nada eléctrico, como en el Renacimiento”. El modo en que lo construyó, y los difíciles momentos que estaba viviendo entonces, dice, “amerita un capítulo aparte, porque es realmente sorprendente la pasión que puse en el año que duró su fabricación a tiempo completo. Dejé de realizar actividades musicales que eran mi medio de vida, para dedicarme de lleno en realizar los planos originales de este órgano. Por cierto, si no fuera por la colaboración del barrio que me traía de comer, no sé qué hubiera sucedido. Y todo gracias a un artículo, a toda hoja, que realizó el diario las Provincias de Valencia, que sensibilizó a la sociedad valenciana”. Incluso dejaron de cobrarle el alquiler del lugar donde vivía, recuerda. “Eran otros tiempos, otras sensibilidades, otras gentes… Esas son cosas que no se olvidan y que he vuelto a revivir con este artículo de China, que me sorprendió”.

CREADO CON CARACTERÍSTICAS ÚNICAS

Según detalla Blanco Fadol en su libro “Instrumentos Musicales Étnicos del Mundo”, su órgano de bambú “mantiene las características de los órganos positivos españoles del siglo XVI, aunque creado con características únicas, como el teclado de bambú de Indonesia, los tubos bajos de bambú amazónico de Bolivia y los tubos agudos de caña española de Valencia. En su construcción, se utilizaron exclusivamente herramientas manuales y elementos físicos y caseros para medir el volumen de aire de cada fuelle, y poder así fabricar los depósitos de almacenamiento de forma proporcionada”. El órgano abarca cuatro secciones fundamentales: “los fuelles, el secreto, la tubería y la caja. Los fuelles mantienen el mismo principio de los órganos positivos del siglo XVI y se accionan con ambos pies. Su función es distribuir el aire por medio de conductos a un depósito de tapa flotante, que lo almacena y lo mantiene a presión, mediante pesas colocadas encima. El secreto constituye la parte ‘enigmática’ del órgano, ya que resulta imposible hacer un seguimiento visual de su función (de ahí su nombre). Es un depósito de madera herméticamente cerrado, que almacena a presión el viento propulsado por los fuelles, para dirigirlo (mediante válvulas accionadas por las teclas del órgano) hacia los tubos correspondientes. La tubería constituye el cuerpo sonoro del instrumento. Reúne unas características únicas al estar construida con 44 tubos de caña y de bambú, que le otorgan una calidad y dulzura de sonido excepcionales. Al tratarse de un órgano positivo, la tubería se instala directamente sobre el secreto. Finalmente, la caja, que ha desempeñado a lo largo de la historia una función múltiple: decorativa, de protección y de difusión acústica. La caja del órgano de bambú se realizó de madera; y de bambú, el atril y la decoración”.
En el video cuyo enlace acompaña a esta nota (ver QR), se puede apreciar al músico y compositor costarricense Manuel Obregón, exministro de cultura de su país y amigo personal de Blanco Fadol, tocando el órgano de bambú en el Museo de la Música Étnica que el sanducero posee en Murcia (http://museomusicaetnica.com). La escena se registró en una sala dedicada a las invenciones musicales de Carlos, que superan el centenar, y que pueden vislumbrarse en el fondo. Algunas de ellas son la Torre Illimani, de 6 metros de altura que origina música con el agua; el Litófono cromático, fabricado con piedras; el Junio, instrumento que funciona con el calor de las llamas de grandes velas para crear música clásica; el Roedófono, accionado por hámsters que giran jugando en una rueda, posibilitando el sonido de las notas de una escala diatónica mediante un teclado; el Busotaigua, noria musical de agua; o la Cuna Musical, entre otros.