Peso de la energía en la economía familiar en Uruguay es el más alto entre 11 países

Con una incidencia promedio del 6% en la economía hogareña, el consumo de diferentes energéticos (electricidad, gas, leña y carbón) en Uruguay es el más alto entre 11 países latinoamericanos, más del doble que en Argentina, Costa Rica y Ecuador.El informe establece que el Índice de Precios del Consumo (IPC) es un indicador agregado que mide la variación de los precios de una canasta de bienes y servicios que son representativos del consumo de los hogares. A tales efectos el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) releva mensualmente los precios de esta canasta, elaborada a partir de la estructura del gasto de consumo de los hogares que habitan en las regiones urbanas del Uruguay. Esta canasta está compuesta por 374 productos, donde la electricidad es el de mayor peso porcentual, explicando el 4,6% del gasto promedio de los hogares.

GASTO ENERGÉTICO VARÍA ENTRE 2,4% Y 6%

Esa ponderación de la electricidad es consecuencia de la última fijación de la base del índice, establecida en 2010. Sin embargo, la estimación de la estructura del gasto de los hogares, y qué bienes y servicios la componen, se construyó en base a la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH), realizada entre 2005 y 2006. Dados los cambios que naturalmente se dan en las preferencias de los hogares, es necesaria la continua actualización de la canasta. En ese sentido, el INE se encuentra trabajando en una nueva canasta de bienes y servicios basada en la última ENGIH, efectuada entre 2016 y 2017.Para el presente artículo, se ha realizado una revisión del peso de la energía en las canastas de los índices IPC de varios países de Latinoamérica, observando la ponderación que cada organismo oficial responsable de las estadísticas que cada país aplica. Además, se detalla el gasto desagregado o por tipo de energético, agrupado en tres categorías: electricidad, gas (distribuido por redes y fraccionado en garrafas) y otros combustibles sólidos de uso doméstico (leña, carbón, etcétera).

LA ELECTRICIDAD MÁS CARA

De esta manera, se puede apreciar como el gasto energético que realizan los hogares fluctúa considerablemente. El peso medio de la energía es de 4,2% para los países seleccionados, sin embargo, en los extremos encontramos que, por un lado en Uruguay, Brasil y Bolivia el gasto en energía supera el 5%, con un máximo de 6% para Uruguay, y por otro lado países como Argentina, Costa Rica y Ecuador muestran valores menores al 3%.
Comparando el consumo de electricidad entre los países, se desprende que Uruguay, con el 4,6%, es el país en el cual la electricidad tiene el mayor peso en el IPC, le siguen Brasil con 4,4% y Bolivia y Paraguay con el 3,5%. Por otra parte, Argentina con 1,2%, México con 1,5%, y Ecuador con 2,1% son los países donde la electricidad tiene menor incidencia en la canasta. El peso medio de la electricidad por país es de 2,8%.
Los restantes componentes del gasto energético de los hogares lo componen el gas y los combustibles sólidos. Con un peso medio de 1,2%, la ponderación del gas destaca en México, donde llega al 2,4% del gasto mientras en Costa Rica representa tan solo el 0,3%. Por último, los combustibles sólidos son un componente marginal en el gasto de los hogares, con un máximo de 0,5% en Uruguay, Paraguay y Chile.

LA COMPLEJIDAD DEL TRABAJO

Siempre resulta complejo comparar precios de la energía en distintos países. En particular el precio de la electricidad depende del nivel de consumo y la tarifa. A su vez, ajustar los precios relativos por el precio de paridad de compra, puede ser una herramienta para reflejar el diverso poder adquisitivo que tienen los distintos países. Este esquema de observar como cada organismo de estadística releva la incidencia en el presupuesto de los hogares, es una forma diferente de comparar el costo de la energía de las familias.
En efecto, se observa que Uruguay es el país energéticamente “más costoso” ya que presenta la magnitud más alta del gasto en energía sobre el gasto total de los hogares, al tiempo que Ecuador, país que subsidia el precio de la energía, se ubica en el extremo opuesto.