Sanducera de exportación: Florencia Norbis, de Trébol Hockey a defender a la selección italiana

Llegar a ser profesional en un deporte considerado menor en Uruguay, puede ser toda una proeza. Y eso ha logrado la sanducera Florencia Norbis. Formada en Trébol-Golf, la ya experimentada jugadora de hockey de 29 años lleva siete temporadas en Europa –entre Sevilla, Bélgica y Milán– y, aunque también trabajando, puede decir que es toda una profesional de esta disciplina. Además, forma parte de la selección de Italia luego de varios pasajes por el combinado uruguayo.
Hoy vive en esa ciudad italiana, pero en estos momentos se encuentra en Sevilla para disputar un par de certámenes con su ahora exequipo, la Universidad de Sevilla. La historia es así: luego de cinco años en el conjunto universitario, en el que fue capitana durante tres, pasó a principios de 2020 a Temse de Bélgica, para jugar en Primera (una menor respecto a la División de Honor); y, poco después, en marzo recaló en Milán para defender a Argentia de la División de Honor.
En la urbe internacional de la moda solo ha podido jugar un partido oficialmente –por la Copa Italia, que las clasificó a la final–, debido a que no se ha jugado ningún campeonato por la pandemia del coronavirus. Está previsto que el torneo se celebre entre fines de febrero y junio. Mientras tanto, y gracias a sus antecedentes, ha tenido la posibilidad de comenzar a entrenar con la Azzurra, con convocatorias alternadas de una a dos semanas en Roma.
“Estuve cinco años en Sevilla, jugando y estudiando administración y finanzas; después me fui a Bélgica y, con lo del Covid-19, en marzo me instalé en Milán. Ahí estoy jugando en un equipo y trabajando en una empresa antiincendio en la parte de administración y contabilidad”, relató la delantera en contacto telefónico con EL TELEGRAFO.
Norbis hablaba desde la capital de Andalucía, adonde viajó para pasar todo el presente mes –pasando un frío inusual para esa zona de España, según ella misma contó– y jugar dos certámenes de hockey sala. “Me vine por enero a jugar el campeonato de Andalucía de hockey sala, que fue el fin de semana del 9 y 10 de enero, y salimos terceras. También para disputar el 29, 30 y 31 el torneo de España. Siempre con el equipo que defendía, la Universidad de Sevilla”.
El volver a vestir la camiseta de ese conjunto –que durante la época de la sanducera cosechó buenos resultados en la liga española– resultó ser una idea del director técnico, Diego Cabezas, con quien “he tenido una relación especial”, aseveró Norbis.
“El entrenador quiso hacer un reencuentro de ese equipo este año. Vine yo, una chica italiana que estuvo ahí, Giulia Pacella, y después dos o tres de Cádiz. Dijimos que sí, sin ningún contrato de por medio; lo hicimos por amor a Sevilla y al equipo. Para mí Sevilla es mi casa. Y como podemos trabajar desde el hogar, todo se ha hecho mucho más fácil”, aseguró. “Es un sueño estar acá otra vez. Es como volver a casa, donde siempre me dieron todo”, insistió en relación a lo que significa Sevilla para ella.

¿Adiós a la celeste?

A Milán llegó de la mano de Pacella, su compañera italiana en su escuadra española. La que incluso la ayudó a encontrar trabajo, al que se dedica por la mañana en tanto entrena por la tarde o por la noche en Argentia. Con este club mantiene un contrato como jugadora profesional, como sucedió cuando se ponía la camiseta de la Universidad de Sevilla o la de Temse.
Y al encontrarse en suelo italiano, y con pasaporte de ese país en regla, la consultaron si quería empezar a entrenar con un grupo preseleccionado, que suele moverse en la capital. Si bien se trata de una gran oportunidad, no resultó ser tarea fácil aceptar vestirse de azul.
“Para mí fue súper difícil optar entre la selección uruguaya o la italiana. Pero al estar siempre en Europa elegí Italia. Con Uruguay tenía que viajar y pagándome casi todo, a veces iba directamente al torneo, y no estaba bueno ni para mí ni para el equipo. La selección italiana es tremenda oportunidad, te tratan como profesional, entrenamos siempre todas juntas. Hacemos entrenamientos de una o dos semanas enteras en Roma, y van viendo todas las jugadores”, explicó Norbis.
Por lo tanto, ya no vestiría de celeste en el futuro, con la que ha vivido “muchísimas experiencias”. Como el Panamericano de Toronto de 2015. “Lo más cercano de estar en unos Juegos Olímpicos, viviendo en una villa, algo increíble y de lo que nunca me voy a olvidar”, relató. También jugó un Sudamericano en Brasil, un Panamericano Sub 21 en México, una World League en Trinidad y Tobago, y otra en Valencia, España.
Si bien le gustaría volver en algún momento a nuestro país –“me tiran la familia y las amigas”–, a corto plazo no piensa en esa posibilidad. “Mientras pueda trabajar y jugar profesionalmente voy a estar acá. Estoy súper bien, haciendo lo que me gusta, jugando al hockey y viviendo de eso. Y ahora también tengo la chance de trabajar de lo que estudié. Feliz”.