Solicitada

¡Cambiar no significa mejorar!

Evidentemente el año 2020 será, en el transcurso del tiempo recordado por la llegada del COVID-19, una pandemia mundial que comenzó allá por el año 2019 en la ciudad de Wuhan, China, desparramándose rápidamente por el resto del mundo y a pesar que nuestro departamento intentó mantenerse en la famosa burbuja nos fue imposible escapar del fenómeno de moda mundial.
Muchas hipótesis y teorías circundan sobre el nacimiento de este virus mutante que hoy despierta el interés de grandes multinacionales farmacéuticas que compiten abiertamente por la vacuna más anhelada en estos tiempos.
Lejos estamos de pensar que esto se debe a un nuevo orden mundial de reconversión de un sistema capitalista en caída, con una potencia mundial como Estados Unidos, que necesariamente necesita recomponer su status político, económico y militar frente a la vieja Europa, la fortalecida Rusia y la China arrolladora del desarrollo económico mundial que se propaga en forma acelerada y eficaz. En cambio por nuestra Latinoamérica tenemos de todos los gustos, un Brasil castigado con un presidente arrogante que poco le interesa la gente, solo satisfacer su propio ego, una Argentina confundida encuarentenada que le ha llevado a una crisis social y económica profunda pero que hoy ve luz mediante la llegada de la vacuna “Sputnik”.
Mientras en el Uruguay la situación es preocupante no sólo por la pandemia mundial que azota nuestro país, sino también por los camuflados atropellos en cuanto a los retrocesos que hemos tenido como sociedad y sobre todo el duro revés que golpea las conquistas históricas de los y las trabajadoras que durante la última década habían visto crecer en forma sostenida sus salarios, sus ingresos y sus oportunidades laborales. Un presupuesto nacional nefasto para las oportunidades en educación, vivienda, salud, empleo, necesidades básicas de cualquier sociedad, con mensajes contradictorios de un gobierno titubeante que intenta mantenerse fuerte a través de una coalición de gobierno multicolor dónde en las primeras de cambio sufrió la pérdida del líder de ciudadanos y donde el general los tiene en jaque constante desafiándolos permanentemente y manteniendo una alianza prendida con pinzas, que seguramente más allá o más acá se terminará de deshilachar ya que el fin no fue sostener un proyecto político que se ocupe de los problemas de la gente, sino ha quedado al descubierto que el único objetivo fue sacar una fuerza política del gobierno. Fernando Rodríguez