Una nota firmada por los concejales Matías Scaboni y Daniel Gronros y los suplentes Marcel Petrib (de Darinka Reimúndez) y Silvia Oviedo (del propio Gronros), pidió por nota la realización de una sesión extraordinaria del Concejo Municipal de Porvenir, que debía realizarse ayer jueves, pero no fue citada por el alcalde Ramiro Ayende.
El alcalde se negó de manera terminante, aduciendo elementos de forma y reclamando que se retire del Municipio quien él califica como “interventor”.
Los dos concejales titulares (los suplentes no están facultados para actuar mientras mantengan esa condición), solicitaron que el orden del día considere la presentación de proyectos, con la participación del equipo multidisciplinario del Departamento de Descentralización, para el uso del anticipo de la partidas del Fondo de Incentivo para la Gestión de los Municipios (FIGM) y el tratamiento de temas que quedaron pendientes en la sesión ordinaria del 28 de enero pasado.
En aquella sesión trunca quedaron por considerarse temas de orden interno como “definir criterios para las reuniones extraordinarias en cuanto al concepto de urgencia y ordinarias, presentación de mociones, formalidades y definir el concepto ‘Varios’, qué comprende”. También asuntos de particular urgencia como “Presentación y definición de proyecto del Municipio para presentar ante la OPP”.
ACUERDO ENTRE INTENDENTE Y EL JEFE DE POLICÍA
Ayende redactó una carta que envió a cada concejal solicitante en la que niega la solicitud. En primer lugar explica que “no corresponde que ningún tipo de comunicación sea remitida y suscripta por los señores concejales titulares y suplentes, ya que por pura razón lógica, de la más elemental, los segundos solo pueden actuar cuando se encuentran impedidos de hacerlo los primeros, no –nunca jamás– de manera conjunta”.
El Alcalde de Porvenir asegura que “no habrá de convocar a sesión alguna, ni ordinaria ni extraordinaria hasta tanto no se den las garantías para hacerlo, atento al acuerdo arribado entre el Intendente y el Jefe de Policía para que no atienda ningún llamado que pudiere provenir de este Alcalde, tal como consta en actas de este Municipio”.
En la parte final de una carta particularmente dura, Ayende asegura que si bien no se opone a una auditoría, entiende que la labor de Roque Jesús es la de un interventor, por lo que mantiene su actitud “hasta tanto no sea removido el abogado interventor, designado para la misma con un encargo particularmente amplio y difuso que viene a sustituir todas las funciones y cometidos asignados por la legalidad vigente al suscripto alcalde”.
