Prevén comenzar a largar machos infértiles para combatir mosca de la bichera este año

Se considera que el impacto de la mosca de la bichera en el sector es de unos 40 millones de dólares.

El predio “Santa Bernardina” de la Sociedad Rural de Durazno, será el centro de la logística para el combate de la mosca de la bichera en nuestro país. Allí llegarán las pupas irradiadas desde Panamá para su distribución, previéndose, de acuerdo al proyecto establecido, que se comiencen a largar los machos infértiles en zonas estratégicas e ir monitoreando sus resultados en este 2021.
Se trata de un proyecto a 4 años y costará unos 40 millones de dólares, que se estima, son las pérdidas ocasionadas por la bichera en el país. “Una posible financiación sería por la Declaración Jurada de Dicose, según los animales de sangre caliente declarados, o quizás un impuesto según las ventas, aunque esto no está definido”, entienden quienes vienen trabajando.
Se pretende arrancar en setiembre de 2021 y la dispersión de los machos infértiles se realizará durante 2 años, en forma permanente y regional. Se lo hará en avión, calculándose 6.000 horas de vuelo. Se pretenden largar 8 millones de moscas por semana.
En la última etapa del proyecto el centro logístico se mudará a Artigas,tratando de mantener un cordón en la zona seca con Brasil y en el litoral sobre el río Uruguay con Argentina. Se precisarán 200 inspectores para verificar focos, entendiéndose que es una zoonosis y que la mosca de la bichera no es la misma que la de la carniza. El proyecto de Ley está pronto para ser presentado al Parlamento.
Agregaron que “se necesitarán recursos para capacitar a técnicos que viajarán a Panamá a instruirse”. Y se aclaró que “se recibe el material como pupa y se dispersa como mosca”.

La mosca

La mosca de la bichera, Cochliomyia hominivorax, es originaria de las zonas tropicales y templadas de América. Su ciclo de vida tiene 3 fases: mosca adulta, que vive en la vegetación y volando busca un animal donde poner sus huevos (queresas); larvas, que viven pura y exclusivamente parasitando la herida de un animal vivo; y pupas, que viven enterradas a pocos centímetros en el suelo.
Es en su fase larvaria, que parasita heridas de animales vivos provocando y agravando lesiones, que de no mediar tratamiento muchas veces conducen a la muerte.
El ciclo de vida dura 21 días en condiciones óptimas, aunque puede prolongarse si las condiciones climáticas son adversas (frío). Las moscas adultas pueden vivir entre 10 a 30 días, las larvas de 5 a 7 días y las pupas enterradas en el suelo pueden estar desde 7 a 57 días. Por lo tanto, ese ciclo mínimo de 21 días en condiciones adversas puede prolongarse hasta 90 días.

Impacto

Varios estudios han estimado las pérdidas que la “bichera” produce en Uruguay y a pesar de realizarse en diferentes años, con metodologías diversas y por varios autores, todas llegan a una cifra del entorno de los U$S 40.000.000 por año. En este sentido, si bien en lo primero que pensamos es en la muerte de animales, las pérdidas productivas, y los gastos en medicamentos, el mayor costo está por el lado de la mano de obra. En épocas de “bichera”, el personal de campo ocupa gran parte de su tiempo en la observación, búsqueda, inmovilización y tratamiento de los animales “abichados”, sostiene un informe del Plan Agropecuario.
Por fuera de estos cálculos económicos y no menos importante tenemos el efecto sobre el bienestar animal, que aunque no esté cuantificado, empíricamente el sufrimiento de un animal “abichado” es extremo.
Por último y no menos importante, no podemos soslayar, que lamentablemente también las personas pueden afectarse y en ese sentido, la población más vulnerable son aquellas con patologías previas de piel u órganos externos, ancianas y que viven solas en el medio rural.

Descubrimiento clave

El descubrimiento más importante fue desarrollado por dos investigadores norteamericanos del USDA, E. Knipling y R. Bushland, quienes estudiando la mosca observaron que la hembra de C. hominivorax copulaba una sola vez en su vida (monocoital).
A partir de ese descubrimiento, desarrollaron la hipótesis de que si producían machos estériles y los soltaban en el ambiente, cada hembra silvestre y potencialmente fértil que sea copulada por uno de estos machos esterilizados cortaría el ciclo. Si la cantidad de machos estériles era muy superior a los nativos/ fértiles, luego de algunas generaciones la población terminaría.

Investigaciones en Uruguay

Si bien la gravedad de la bichera no escapa a nadie que trabaja en el campo uruguayo, el tema erradicación ha quedado soslayado durante décadas, hasta que en el 2002 se formó a instancias del SUL una comisión técnica que también integraron el IPA, el INIA y el MGAP, para estudiar la posibilidad de erradicación.
Esta comisión fue reactivada y ampliada en el año 2016 a instancias del MGAP, fundamentalmente porque el tema estaba tomando fuerza por medio de la información que se estaba generando en el proyecto: “Estudios epidemiológicos de las miasis cutáneas a Cochliomyia hominivorax en Uruguay” (FPTA 334 2015-2018).
Este proyecto estudió la compatibilidad sexual entre la cepa nativa y las cepas producidas en la plata de la Copeg. El resultado fue que eran compatibles. La sobrevivencia de los estadios de pupa en invierno y la capacidad reproductiva de los individuos emergidos. Los resultados mostraron al invierno uruguayo como una gran limitante, pero con una gran diferencia entre años (2016 y 2017) y entre zonas (norte y sur).
Sobre el rol del río Uruguay como potencial barrera natural frente a la mosca, no se encontraron moscas que cruzaran el río, aunque el alcance del estudio solo permite concluir que si cruzaran, no lo hacen en forma cuantitativamente importante.