Víctima de la depresión, se suicidó el “Morro”

La noticia sacudió al ambiente deportivo uruguayo y argentino, y tuvo repercusión en todo el continente: el exdelantero de Nacional, Santiago “Morro” García, apareció muerto ayer en su apartamento, en Mendoza.
Más tarde se confirmó que el goleador fue encontrado en la cama, con un arma a su lado.
El futbolista ya no era tenido en cuenta en su equipo, el mendocino Godoy Cruz, pese a tener contrato hasta mitad de año. El presidente del club, José Mansur, había tenido duras palabras para el goleador del club en Primera División con 51 dianas, y segundo goleador histórico del Tomba, poniendo en duda su profesionalismo y su liderazgo.
Para colmo, había sido diagnosticado con coronavirus, según indican medios argentinos, y extrañaba mucho a su familia de este lado del charco, al punto que hacía un año que no veía a su hija.
El delantero era víctima de angustia y depresión, por lo que estaba recibiendo un tratamiento siquiátrico.
Este padecimiento no era nuevo para el “Morro”, que tenía prácticamente todo arreglado para volver al club donde surgió, Nacional, pensando en el

Apertura 2021.

Y hace algún tiempo lo reflejó en algunas declaraciones. “Mi hermano vio la manera en la que estaba viviendo: no prendía la luz. Estaba totalmente deprimido, no quería jugar más al fútbol”, había señalado en 2019.
“Hubo muchas cosas que me sobrepasaron. El doping positivo fue una de ellas”, agregó, haciendo referencia a aquel caso de doping positivo por metabolitos de cocaína en 2011, tras pasar al Athletico Paranaense. “Comencé a investigar y hubo un mal manejo. No me gusta hablar del tema porque no quiero involucrar gente”, sostuvo el futbolista, quien lamentó que “en Uruguay quedé como un drogadicto”.
Su carrera de 12 años se terminó de la peor manera. Fueron 116 goles marcados en 297 partidos. Vistió las camiseta de Nacional, Paranaense, Kasimpasa, River Plate y Godoy Cruz.
La muerte del “Morro” tuvo gran repercusión también por el hecho de cómo se trata a los futbolistas y lo que se les exige. “Los jugadores no somos robots, no estamos hechos de acero. Varios problemas personales fueron influyendo en mi rendimiento. No fue fácil para mí, aunque no son excusas. Quiero volver a ser goleador, a sentirme bien”, había había dicho a Radio Nihuil hace un par de años, cuando los goles no llegaban.
Según la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), un estudio llevado adelante por parte del gremio dio como resultado que el 38 por ciento de los futbolistas padecen de depresión o problemas psicológicos.