Sin celebración presencial del Domingo de Ramos en la Basílica

La Basílica luce con ramos en sus columnas durante la Semana Santa.

La Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo no acogió este año la celebración habitual del Domingo de Ramos, con la presencia multitudinaria de creyentes que llevaban sus olivos para la bendición, tal como ocurría tradicionalmente. En tiempos de pandemia, las autoridades religiosas suspendieron las actividades en las cuatro parroquias y capillas. Sólo se limitaron a bendecir los ramos de las personas que pasaban por la Basílica y a transmitir un mensaje o reflexión acorde a las circunstancias.
“Ha sido todo muy raro, sin celebraciones presenciales ni personas dentro de la Basílica. Pero no es un día más para las personas ni para el católico que practica su fe. Este domingo bendecimos los ramos de las personas que pasaban, dimos una palabra de aliento y alentábamos a que siguiera su camino. Los invitamos a unirse a las redes sociales porque desde allí se harían las celebraciones”, dijo a EL TELEGRAFO el cura párroco Ruben Avellaneda.
Explicó que la jornada se transforma “en una necesidad de las personas que buscan la fe para alimentarse y mejorar su relación con Dios. Algunos no entendían por qué había que suspender los cultos y una vez más en Semana Santa, pero aclaramos que es para cuidarnos y seguir los consejos de las autoridades sanitarias. Por eso, en Paysandú no hicimos nada en ningún lado”.
En las cuatro parroquias y en las capillas fueron suspendidas las actividades presenciales. “Simplemente afuera de cada una se hacían bendiciones que llevaban menos de cinco minutos cada una. Después permanecen los templos abiertos para que la gente pueda ingresar a rezar, en sus horarios habituales. En el caso de la Basílica permanecerá abierta toda la semana en la mañana y en la tarde”.
Avellaneda informó que en este caso, desde este lunes sus sacerdotes permanecerán disponibles para las confesiones entre las 15 y 20 horas.
“Mucha gente nos ha pedido para confesarse porque aprovechan esta semana por su entorno espiritual. Buscan un poco de paz por otro lado. La noticia que tenemos por cualquier medio es la pandemia, pero las personas tienen que seguir trabajando, ganándose la vida y creyendo. Todos queremos vivir. Pero hay una dimensión espiritual que la tiene que dar la Iglesia y se debe seguir alimentando la fe”, resaltó.
Reconoció que “es un momento de tanta incertidumbre y miedo que no podemos quitar la vida interior. Porque Dios está, es el Señor de la vida y no nos va abandonar. Creo que deben suspenderse las actividades, pero no sacar la Semana Santa. Cuidado con desmerecer y ningunear la dimensión espiritual que es lo que nos da fuerza para seguir luchando en las adversidades. La fe debe alimentar lo cotidiano”, finalizó.