Alternativas de producción para la cría: ¿más kilos de ternero o de vaca?

La investigación ha generado y adaptado tecnologías que incrementan la producción en forma rentable.

A menudo se visualiza el éxito de los sistemas de cría vacuna casi exclusivamente a través de la eficiencia reproductiva del rodeo y la tasa de terneros destetados. Sin embargo, ¿cómo se explica la actitud de muchos productores frente a la tecnología? Existe una lógica respecto a la acumulación de ganado como activo de resguardo que explica el mantenimiento de un exceso de carga (dotación) en el campo y que a menudo trae complicaciones en momentos de falta de forraje.
Los ingenieros agrónomos Enrique Fernández, Juan Manuel Soares de Lima y Bruno Lanfranco, junto al contador Bruno Ferraro, sostienen que los productores ganaderos desarrollan su actividad con objetivos y fines diversos. No obstante, sean cuales sean, debe reconocerse que al fin y al cabo se trata de una actividad económica. Enfrentado al mercado, el productor pretende, con independencia de su nivel empresarial, vender sus productos al mejor precio que pueda alcanzar. Asimismo, preferirá siempre comprar los insumos necesarios, a igual calidad, al menor precio posible.
En un artículo difundido en la revista del INIA del mes de marzo 2021, se expresa que a nadie se le ocurre vender barato y comprar caro, por puro deporte. Es conocido el concepto expresado por el Dr. John B. Hall, especialista en extensión ganadera de la Universidad Virginia Tech: “en establecimientos de cría, el resultado económico está directamente relacionado con el porcentaje de terneros destetados por vaca servida”.
En Estados Unidos, los sistemas de cría están claramente orientados a la producción de terneros para ser posteriormente recriados y terminados en feedlots. Ahora bien, ¿es esto cierto en cualquier circunstancia?, ¿es totalmente válido en el caso de Uruguay?
Las auditorías de calidad de carne realizadas en Uruguay por parte de INIA e INAC, mostraron que 17% de las vacas faenadas en otoño de 2008 registraban preñez, porcentaje que llegó a 35% en 2013. Más allá de aspectos circunstanciales, ¿qué factores pueden estar explicando estos fenómenos? En los sistemas criadores, la proporción de kilos de vaca y vaquillona (refugo + falladas, eventualmente gordas) puede llegar a 60-65% de la producción total. Esto sugiere que no se trata de meros subproductos. ¿No sería más correcto analizar la “cría” como una actividad “multiproducto”?, se preguntan los profesionales.

Alternativas en un sistema multiproducto

El concepto de “multiproducto” refiere a dos situaciones extremas, dentro de las que existen variantes: dos o más productos obtenibles en forma separada, mediante diferentes procesos, a partir de los mismos factores de producción. Este caso implica más bien un arreglo en el uso de dichos factores que a una conjunción técnica; un único proceso generador de varios productos técnicamente interdependientes.
El caso bajo análisis se correspondería más a esta segunda situación. Aún dentro de un sistema totalmente orientado a la producción de terneros, hay una mínima producción de vacas de descarte. Sin discutir la lógica de un sistema exclusivamente dedicado a la producción de vacas y vaquillonas, igualmente sería inevitable producir un mínimo de terneros machos. Fuera de estos extremos, los sistemas multiproducto permiten diversificar las opciones de venta y hacer un mejor uso de los recursos disponibles (instalaciones, personal, insumos).
Dentro de ciertos límites, el productor elije lo que, a su juicio, constituye la mejor combinación de terneros y vacas a producir. Asumamos que lo hace a través de una asignación diferencial y óptima de los recursos que dispone. Con un mismo nivel de gasto, producir cierta cantidad de kilos de ternero implica producir cierta cantidad de kilos de vaca de descarte. Producir otra cantidad de terneros implica otra cantidad diferente de vacas. Y así, sucesivamente. A efectos ilustrativos, asumamos que los terneros se venden siempre a un determinado peso vivo. La cantidad de kilos está determinada por la cantidad de terneros destetados. Una mayor producción de terneros requiere, entre otros arreglos, incrementar el destete. El modelo utilizado ejemplifica incrementos sucesivos del destete para aumentar los kilos de ternero, desde un mínimo de 70% a un máximo de 85%, manteniendo invariable el costo (iso-costo).

Reflexiones generales

Con la precaución que debe tenerse cuando se utilizan “construcciones imaginarias” (modelos), es posible plantear algunas reflexiones generales. Aunque no fue tratado explícitamente, conviene resaltar los beneficios que ofrece ampliar el abanico de productos en cualquier tipo de negocio.
Sin abundar, basta recordar aquello de “no poner todos los huevos en la misma canasta”. El análisis se restringió a un sistema multiproducto particular; los productos son interdependientes y no se puede producir uno sin el otro. La inclusión de rubros adicionales como la producción de carne ovina y lana ameritaría ampliar la discusión, pero las relaciones generales de sustitución entre productos y el efecto determinante de la relación de precios, continúan siendo válidas.
Es vital gestionar los recursos disponibles para lograr el mejor resultado productivo. Dentro de ciertos límites, es posible elegir distintas combinaciones de productos, técnicamente óptimas, sin necesidad de gastar más. No obstante, la relación de precios entre dichos productos es la que determina la combinación que ofrece el mejor resultado económico.
Esta relación varía continuamente y altera, dentro de ciertos límites, ese “óptimo económico”. Incrementar la producción por encima de determinados límites requiere un mayor nivel de gasto e inversión. Cada kilo extra de producción conlleva un costo adicional a ser cubierto, al menos, por un ingreso extra invariable.
La investigación desarrollada por INIA en manejo del rodeo de cría ha generado y adaptado tecnologías que permiten incrementar la producción en forma rentable. De todos modos, cada trayectoria tecnológica es diferente. Cada proceso es único. Al final del día, es el productor quien toma las decisiones, siempre en un ambiente de incertidumbre. Muchas de esas decisiones comprometen períodos de tiempo más o menos largos, en los que es difícil o costoso cambiar. Es allí donde la pericia del emprendedor es insustituible. Así lo expresaba el referido artículo.