Relevamiento del estado nutricional de pasturas sembradas y mejoramientos de campo natural con leguminosas forrajeras

El relevamiento es difundido en la última edición de la revista de INIA.

Los resultados de un amplio relevamiento del estado nutricional NPK de recursos forrajeros en predios comerciales a escala país, realizado por técnicos del programa de Investigación en Pasturas y Forrajes de INIA, ponen en relieve la necesidad de realizar fertilizaciones basadas en un diagnóstico potrero a potrero, así como de realizar una gestión de fertilizantes que permita aumentar la producción, reducir costos y evitar problemas ambientales.
El equipo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), integrados por los ingenieros agrónomos Gerónimo A. Cardozo, Facundo Lussich y Fernando A. Lattanzi, sostiene que las plantas forrajeras necesitan una adecuada nutrición de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) para producir, persistir y proveer forraje de alta calidad. Las diferentes especies tienen diferentes requerimientos de NPK. La mayor diferencia se da entre las leguminosas y las gramíneas, ya que las leguminosas requieren altos niveles de P y K para la fijación biológica de nitrógeno. En cambio, las gramíneas requieren niveles mayores de N para lograr altos rendimientos de buena calidad.
Los requerimientos relativamente altos de P que tienen las leguminosas, sumado a los bajos niveles naturales de fósforo disponible que presenta la mayoría de los suelos del Uruguay, hacen que la fertilización con P haya sido ampliamente adoptada. Por el contrario, como los niveles naturales de K disponible en suelo son relativamente altos, históricamente la fertilización con potasio es mucho menos común.
Una encuesta reciente sobre el uso de fertilización confirma esto, así como el limitado uso de los análisis de suelo para ajustar las dosis de fertilización.
Por otra parte, el uso de fertilizantes con N es mayoral K y menor al P. Esto se da en gran medida porque se espera que la fijación biológica de nitrógeno de las leguminosas aporte suficiente N.
En un artículo realizado por los citados profesionales, se muestran los resultados de un amplio relevamiento del estado nutricional NPK de pasturas sembradas y mejoramientos de campo natural en predios comerciales a escala país.

ENCUESTA

A partir de la encuesta online realizada previo a la jornada del 18 y 20 de noviembre de 2020 sobre implantación de pasturas y con más de 400 respuestas, surgen varios elementos en torno a la práctica de fertilización.
A la hora de instalar nuevas pasturas, los encuestados mencionan que la información disponible referida a la fertilización (dosis, momento y forma) es buena o excelente para el 52%, mientras que es muy poca o poca para el 16%.
Más del 95% de los encuestados fertiliza con P y a la hora de decidir dosis y fuente, el 45% hace análisis de suelo, mientras el 46% se basa en su experiencia y en la historia del potrero.
Para el caso de la fertilización con K el 41% de los encuestados no fertiliza y el 38% realiza análisis de suelo para ajustar la fertilización.

CONCLUSIONES

El informe que se difunde en la última revista del INIA, establece que en situaciones donde no existen problemas en la fijación biológica de nitrógeno se espera encontrar leguminosas con niveles de nutrición nitrogenada cercanos al óptimo, ya que las leguminosas son capaces de regular su estatus nitrogenado mediante su tasa de fijación biológica y el nitrógeno mineral disponible en suelo.
La deficiencia de fósforo en suelo es aún una limitante para el desempeño de leguminosas en los mejoramientos de campo natural. En pasturas sembradas, por el contrario, el fósforo parecería ser una limitante mucho menos frecuente. Esto refuerza la necesidad de realizar fertilizaciones basadas en un diagnóstico potrero a potrero y en un correcto ajuste de dosis. La utilización de la herramienta Optifert-P es una clara oportunidad para ajustar el uso de P en pasturas y mejoramientos.
La deficiencia de potasio aparece bastante extendida en Uruguay. En pasturas sembradas, el potasio fue un factor limitante más frecuente que el fósforo. Aquí también el empleo de análisis de suelo para determinar K disponible es una oportunidad para ajustar el uso de K en pasturas y mejoramientos. El umbral de 0.35meq/100g es una herramienta disponible para diagnosticar deficiencia de K.
Finalmente, la nutrición nitrogenada de las leguminosas forrajeras fue muy buena en pasturas sembradas.
Las especies no leguminosas acompañantes, en cambio, mostraron niveles importantes de deficiencia de N. En mejoramientos de campo natural, los niveles de deficiencia de N fueron mayores; incluso las leguminosas mostraron niveles subóptimos de INN. En la mayoría de los casos la inclusión de leguminosas forrajeras no fue suficiente para cubrir la demanda de N de las especies acompañantes. El óptimo uso de fertilizantes nitrogenados en mezclas forrajeras sin afectar la persistencia de la leguminosa, pero asegurando la nutrición de las gramíneas es un tema a profundizar. Comprender en detalle el estado nutricional de las pasturas con leguminosa, tanto a nivel de suelo como de planta, es el primer paso para mejorar el uso de los diferentes tipos de fertilizantes disponibles, aumentar la producción, reducir costos y evitar problemas ambientales.