Solicitada: “No sirve para nada”

Así me habían dicho varios ingenieros cuando les preguntaba para qué servía la matemática del cálculo, unos ejercicios difíciles, de esos que rompen la cabeza. Dominios, derivadas, límites, integrales. Unos gráficos que para mí no tenían ningún sentido. Varias veces abrí los libros, miré los ejercicios, y volví a cerrarlos. Me negaba a estudiar esos temas demasiado teóricos para mí, que soy bastante práctica, no me gusta el blablabla sin aplicación a la realidad de cada día.

Pero sucedió que un día alguien me pidió ayuda para estudiar, justamente esas matemáticas complicadas. Y de acuerdo a mi idea de hay que poner las propias capacidades al servicio de los demás, me he metido en esos terribles berenjenales. (Averigüé que las plantas de berenjena tienen espinas, tal vez por eso se habla de berenjenal).

Tan terribles, que a veces no sé para adónde agarrar. Pero no quiero aflojar, aunque a veces pienso que a esta altura –“bajura”, mejor dicho–, de la vida, debería “largar”.

Y aquí estoy, peleando con logaritmos y exponenciales y límites y dominios… Fracasando y volviendo a empezar. Porque al fin y al cabo, la vida es una “lucha”, como decía un actor en la tv. Y lo importante no es vencer, sino intentarlo. Lo importante es el proceso que me permite aprender a corregir los errores y así avanzar en el conocimiento.

Después de mucho carburar, he llegado a la conclusión de que sí, es importante el cálculo; para aprender el orden y la perseverancia necesarios para afrontar los problemas de la vida y para lograr nuestros objetivos. Para desarrollar el razonamiento lógico.

He aprendido que las famosas gráficas que tanto trabajo dan, son una base para poder interpretar los registros gráficos de las máquinas de todo tipo, por ejemplo, en un hospital, los encefalogramas y muchos más, y que son usados en todas las áreas de la ciencia, para conocer una situación, y para investigar.

Está claro que los ingenieros no hacen esos ejercicios, pero los conceptos aprendidos estarán en la base de su formación, y serán aplicados sin pensar expresamente en ellos.

Así como está claro que las matemáticas están incluidas en la Química, en la Física, en la Biología, en todas las ciencias y hasta en las artes, como la música y la pintura. Puede decirse que el número está en todo. La naturaleza, humana, animal vegetal y hasta mineral, se rige por leyes, tiene un orden, tiene armonía. Una armonía que está siendo destruida.

Cuando se hace un análisis, ya sea de sangre o de algún tipo de suelo que se cultiva, y se quiere saber qué elementos contiene, se usan los números y los porcentajes, y se indican los parámetros normales.

Y actualmente, como en el caso del virus, los científicos buscaron modelos matemáticos, basados en datos estadísticos, para predecir la situación. Sólo que no se ha podido obtener datos muy seguros, porque este virus escapa a toda predicción. Es que la matemática presenta también algunos problemas irresolubles o casi, que estimulan a los científicos a continuar investigando. Existe una esperanza matemática, nos ensena la estadística.

La música es matemática pura, unida a la emoción y al arte. Porque las notas musicales son fracciones, son proporciones; porque el ritmo es tiempo medido, porque el sonido se mide, porque las ondas auditivas tienen sus reglas…

En fin, recién ahora comprendo bien por qué se dice que la Matemática es una ciencia instrumental: porque es necesaria en todos los órdenes de la vida, porque está, junto con la lengua, en la base de todo aprendizaje, porque es un camino para aprender. Porque la usamos continuamente, aún sin darnos cuenta.

Sanducera