La Noche de la Nostalgia de este año estará habilitada –a diferencia de lo ocurrido en 2020– pero en el caso de reuniones bailables solamente podrán concurrir personas inmunizadas contra la COVID-19, es decir que cuenten con las dos dosis más 14 días posteriores a la administración de la segunda.
Además, el Comité Departamental de Emergencias estableció otra serie de restricciones. Si no se organiza un baile –lo que ha sido distintivo de la Noche de la Nostalgia desde su mismo inicio en 1978– no se exigirá vacunación pero cada participante deberá registrarse y firmar una declaración jurada donde conste su estado de inmunización. Asimismo, en este tipo de festejos, con concurrencia mixta de personas inmunizadas y no inmunizadas, regirán aforos máximos, de acuerdo a la capacidad del local. Pero la habilitación comienza con salones con capacidad para al menos 400 personas, que tendrán autorizado un aforo del 50%, es decir 200 participantes. Luego el aforo desciende a medida que aumenta la capacidad del lugar. Para aquellos espacios aptos para 600 personas, será del 45% (270 asistentes); de 800 personas el 40% (320); de 1.000 personas 35% (350) y de 1.200 el aforo será del 30%, es decir una asistencia máxima de 360 personas.
Todos los eventos deberán culminar como máximo a las 4 de la madrugada, contando en cada caso con la designación de un oficial de cumplimiento, un representante del Comité Departamental de Emergencias, que podrá ser un inspector municipal, personal policial o de Prefectura.
Se establece también la obligatoriedad de incluir en todos los materiales publicitarios, promocionales y de difusión emitidos para cada evento, todos los requisitos de admisión, especialmente en aquellos casos con baile, donde deberá determinarse en forma clara la obligatoriedad de contar con inmunización. Todas las medidas regirán a partir del próximo lunes 23.
Asimismo, aunque no rige ya el decreto que habilitaba la dispersión de aglomeraciones, el Comité Departamental de Emergencias “exhorta a la población al uso adecuado de los espacios públicos, evitando aglomeraciones que aumenten el riesgo de contagio, así como el desarrollo de actividades y prácticas que determinen violentar los principios de convivencia ciudadana”.
