Nuevas tensiones militares entre China y Estados Unidos

En las últimas semanas el mundo asistió al anuncio de una alianza militar que constituye un movimiento de suma importancia en el tablero de ajedrez geopolítico que representa Asia y más particularmente el Océano Pacífico. Nos referimos al acuerdo alcanzado por Estados Unidos, Australia y Reino Unido, el cual implica una colaboración estrecha en materia de ciberdefensa e inteligencia artificial y se identifica por el anacronismo Aukus, el cual hace referencia a los países miembros por su nombre en idioma inglés. De acuerdo con lo anunciado por la prestigiosa publicación “The Economist”, esta alianza militar “estaría a la altura de otros cataclismos internacionales como la crisis del Canal de Suez en 1957, el viaje de Richard Nixon a China en 1972 o la caída del muro de Berlín en 1989”. El episodio suma una nueva perla al largo collar de tensiones políticas, económicas y militares entre Estados Unidos y la República Popular China.
China ha manifestado en varias ocasiones su “grave preocupación” por este acuerdo. De acuerdo con el portal RT Noticias, esta nueva alianza armará a Australia “con submarinos nucleares”. Durante una conferencia de prensa el 22 de setiembre, Zhao Lijian, el portavoz de la Cancillería, dijo que el nuevo plan internacional “socava los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear”, además de “intensificar deliberadamente la tensión regional, provocar una carrera armamentística y amenazar la paz y la estabilidad regionales”.
El gigante asiático no ha sido el único país desconforme con el Aukus. En efecto, en los últimos días Francia llamó a consultas a sus embajadores en Estados Unidos y Australia por la “excepcional gravedad” de dicho acuerdo que tuvo como consecuencia la cancelación, por parte de Australia, de un importante contrato de venta de armas con Francia. Un duro comunicado del ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, expresó que “a petición del presidente de la República, he decidido llamar inmediatamente a consultas a nuestros dos embajadores en Estados Unidos y Australia. Esta decisión excepcional se justifica por la excepcional gravedad de los anuncios realizados el 15 de setiembre por Australia y Estados Unidos”.
Para entender este enojo de las autoridades de Francia es importante tener en cuenta que Australia canceló un acuerdo multimillonario para adquirir 12 submarinos convencionales franceses por 65.000 millones de dólares, cuando pactó una nueva alianza con Gran Bretaña y Estados Unidos, con la cual obtendrá submarinos de propulsión nuclear estadounidenses. Tan sólo la primera fase del Aukus supone para Estados Unidos la construcción de ocho submarinos nucleares para Australia.
La reacción del presidente francés Emmanuel Macron no se hizo esperar, y en pocos días acordó con el primer ministro de India, Narendra Modi, “actuar conjuntamente” en la región del Indopacífico. Ambos líderes sostuvieron una conversación telefónica al respecto, en medio de las disputas entre Francia y Australia, Estados Unidos y Reino Unido, por el acuerdo Aukus que hundió un pacto de fabricación de submarinos entre París y Canberra. Según el portal galo de noticias France24.com, “mediante una llamada telefónica, Macron aseguró a Modi el continuo “compromiso de Francia con el fortalecimiento de la autonomía estratégica de India”, incluida su industria y base tecnológica, como parte de una “relación cercana basada en la confianza y el respeto mutuo”. De acuerdo con un comunicado de la oficina de Macron, el plan tiene como objetivo promover “la estabilidad regional y el estado de derecho, al tiempo que descarta cualquier forma de hegemonía”.
Estados Unidos, por su parte, ha defendido su decisión justificando la misma en la situación geopolítica en la cual se encuentra Australia frente a China y el poder de este país en la región. En efecto, CNN ha informado que Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU., dijo que “Estados Unidos no dejará a Australia sola en el campo frente a estas tácticas de presión”, refiriéndose al presunto enfoque cada vez más agresivo y nacionalista de Beijing hacia Taiwán, en el Mar de China Meridional, y hacia aliados estadounidenses como Australia. “Hemos planteado en público y en privado nuestras serias preocupaciones sobre el uso de coerción económica por parte de Beijing contra Australia”, agregó.
Según CNN, “de acuerdo con la Casa Blanca, la nueva alianza consiste en “colaborar en las capacidades conjuntas y en buscar una interoperabilidad más profunda. Anunciaremos una nueva arquitectura de reuniones y compromisos entre nuestros altos funcionarios de defensa y política exterior para compartir perspectivas, para alinear puntos de vista. Pero también anunciaremos esfuerzos para estimular la cooperación en muchos ámbitos nuevos y emergentes: cibernética; inteligencia artificial, en particular la aplicada; tecnologías cuánticas; y también algunas capacidades submarinas”, dijo un alto funcionario”.
Esta inesperada crisis política y militar tuvo sus consecuencias también en el plano diplomático y obligan a los países europeos a reflexionar sobre el funcionamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así como sobre cómo se manejará la Unión Europea ante la salida de Angela Merkel de la actividad política. No cabe dudas que la actitud de Estados Unidos y del Reino Unido (hasta hace poco tiempo miembro del espacio europeo) despierta preocupaciones, cuando no molestias, en autoridades del viejo continente, como por ejemplo Clément Beaune, ministro de Asuntos europeos de Francia, quien manifestó que “sin ser agresivos ni estar en contra de nuestros aliados, debemos ser más soberanos, más autónomos, más capaces de defender nuestros intereses, de pensar también por nosotros mismos, como hemos visto en la crisis afgana, como vemos en esta tensión diplomática actual”.
En similares términos se manifestó el comisario europeo de Mercado Interior e Industria, Thierry Breton, para quien esa alianza ha generado “un creciente sentimiento” en Europa de que “algo se ha roto” en la relación transatlántica y de que “la confianza se ha erosionado”. De acuerdo con el portal de noticias euronews.com, “esta súbita tensión en el tono de Bruselas hacia Washington puede repercutir en el calendario de las negociaciones que la UE y Estados Unidos van a iniciar en el marco de su Consejo de Comercio y Tecnología, cuya inauguración sigue prevista por el momento para el próximo 29 de septiembre en Pittsburgh (Pennsylvania)”.
Las múltiples y variadas reacciones que ha generado el Aukus en todo el mundo deben ser un llamado de alerta para este nuevo episodio en la rivalidad militar entre Estados Unidos y la República Popular China, quienes ya se encuentran enfrentados por diferencias comerciales que muchas veces parecen insalvables.
El aumento de la tensión militar en una zona del mundo tan importante no puede ni debe pasar desapercibida y el mantenimiento de la paz mundial debe seguir siendo el objetivo de todos los países, de las alianzas y organizaciones regionales y de las propias Naciones Unidas.