Las empresas de ciclo completo del norte del país –una de las zonas menos afectada por la sequía–, lograron lo que el ingeniero agrónomo Carlos Molina consideró “un empate técnico” con un ingreso de capital similar al 2020, en tanto el clima sí afectó en esta zona a las empresas criadoras, las que se vieron defendidas por la lana fina. A esta definición llegó el técnico responsable de las Carpetas Verdes del Plan Agropecuario.
Los resultados del programa Carpetas verdes en el marco del ejercicio 2020/21 –van 20 años de información–, fueron presentados en una actividad que contó con la presencia de técnicos y productores de diferentes puntos del país, en las instalaciones del Plan Agropecuario.
Respecto a las empresas de ciclo completo, Molina, responsable de este programa, señaló que las del norte, con una zona menos afectada por la sequía, “produjeron más que el año pasado, 97 kilos de carne (+5%), venden más barato el vacuno promedio, gastan 12% más y logran un ingreso de empate técnico, porque la mayor productividad, les permite un ingreso de capital, igual al del año pasado”.
Agregó que antes de pagar renta e intereses, “obtienen U$S 92 dólares de ingreso es el promedio, pero con una gran diversidad, con máximos que estuvieron en U$S 169 y los mínimos en U$S 61. Hay capacidad de producir más pese al problema climático”.
En el este “los impacta fuertemente el clima, y es tremendo el impacto de dos primaveras y veranos secos de forma consecutiva”, indicó el profesional. “Producen 16% menos, con 92 kilos de carne, venden a menor precio y gastan 4% más, con ingreso de capital 18% inferior al del año pasado. El resultado fue de U$S 73 de ingreso de capital, U$S 121 el máximo y – U$S 17 es el mínimo”. “El espacio de extensión para trabajar con estos productores es un gran desafío para el Plan Agropecuario”, explicó Molina.
Empresas criadoras
Las del norte, con un clima que las afectó, “producen 7% más, con 65 kilos de carne vacuna y 93 kilos de carne equivalente, porque incluye al ovino y a esas empresas las defiende la lana fina. Gastan 7% más y obtienen U$S 70 de ingreso de capital por hectárea, 1% más que el año pasado. En estos establecimientos U$S 177 es el máximo y U$S 27 el mínimo”.
Al este del país, también las empresas se vieron afectadas por el clima y las afectó, “producen 2% menos, venden mejor (+1%) y pesa el precio del ternero en la segunda parte del ejercicio, a la salida del verano, mientras que gastaron más. Como resultado tienen 12% menos de ingreso de capital, en U$S 70, con un mínimo de -U$S 10 y un máximo de U$S 139”.
año con particularidades
Para Molina fue “un año con particularidades, primavera seca, mitad de verano seco y en algunos lugares segundo año consecutivo de problemas climáticos en estas estaciones, con lo importante que son estas etapas del año. Por lo tanto, fue un año malo desde el punto de vista climático”, dijo.
Desde el punto de vista de los precios, “tenemos la mirada reciente de los muy buenos precios por la ganadería, pero este ejercicio se caracterizó con un escenario distinto, porque los precios en promedio fueron 9% inferiores al año anterior”.
Respecto al tipo de cambio, que es una variable que juega en el resultado de cada empresa, “el comportamiento no fue favorable tampoco para los productores ganaderos, con una inflación superior al 7%, y el dólar apenas se recuperó 1,3%”.
Indicó que en las relaciones de precios, “por kilo de producto para comprar insumos, salvo para el gasoil, para productos como pasturas, verdeos, ración, salarios, canasta familia, etcétera, la relación de precios fue desfavorable”, acotó el técnico.