Ampliarán a más escuelas proyecto de identificación de la flora nativa

Se realizó en la chacra Nativas de San Francisco la última instancia del año del proyecto llevado adelante por los alumnos de Quinto año de la Escuela 96. Consistió en una visita en la que se colocó la cartelería identificatoria de las especies con las que los alumnos trabajaron durante el año, así como en la entrega de un manual que quedará a disposición de los visitantes al lugar.
Pablo Silchenko, integrante de grupo Gensa y guía de Nativas de San Francisco destacó la labor realizada por los escolares.
“Es un trabajo que estamos haciendo con las escuelas, y en particular con esa escuela, en reconocimiento de la flora indígena. Ellos hicieron un libro, un manual, que quedó allá en la chacra, un manual muy bien hecho, con hojas plastificadas y todo, para que sea como guía para las especies que ellos estudiaron en particular”, señaló. “Se puso cartelería, y se hizo un reconocimiento, un puntapié inicial de lo que se va a hacer el año que viene con otras escuelas también, porque esa es la idea, hacer un programa educativo a nivel de la flora indígena del Uruguay, con talleres, audiovisuales, en la misma chacra, entonces era el preámbulo de todo ese proyecto que se va a iniciar el año que viene”, amplió Silchenko.
Agregó que el trabajo de este año “fue experimental, con muy buenos resultados, y el año que viene se va a empezar a ejecutar con más firmeza, si la pademia lo permite. Fue llevar a la práctica todo lo que habíamos estado haciendo con la teoría”, durante el período de reducción de movilidad.
Destacó además que “para los chiquilines la salida de campo es importantísima, se mostró mucho entusiasmo y se logró un trabajo realmente precioso, se ve y se nota el esmero, el entusiasmo que tienen. Y era quinto año, el año que viene todavía están en la escuela y vamos a seguir con ellos”.

ESPECIES

En el manual que hicieron identificaron 7 especies. “Fue modesto, pero el tema está en todo el trabajo que ellos hicieron, en el sentido de recabar información, buscar por nombres científicos, todo ese trabajo, que es un trabajo científico, por así decirlo: buscar los datos, buscar por qué están ahí. Todo eso lo plasmaron en ese manual que hicieron, que está muy lindo”, expresó el guía. También valoró que, más allá que haya sido una última salida, pudieran empezar “a ejecutar, a poner en práctica lo que habían estudiado y lo que habían reconocido”.
Agregó que este trabajo con los niños “no se hace de la noche a la mañana, es un trabajo que es una gotita que tenés que ir poniendo semana a semana, meses y meses, año tras año; porque el tema tanto de flora como de fauna es muy extenso. Se nos hace largo a nosotros, te imaginás a ellos, pero ellos tienen todo el tiempo del mundo, así que si nosotros le damos el empujón inicial, el resto después va a salir solo”.
El proyecto se desarrolló en coordinación con otras instituciones, como la escuela 41 de Puntas de Cangüé, y la escuela 7, rural, de San Francisco y contó en una anterior visita con el apoyo de guías del las Áreas Protegidas Montes del Queguay y Esteros de Farrapos, del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.