El Mides tiene “propuestas insuficientes que afectarán desde la infancia a personas mayores”

Ricardo Fleitas, exjefe de la Oficina Territorial del Mides.

El exjefe de la Oficina Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) durante las administraciones del Frente Amplio (FA), Ricardo Fleitas, criticó la orientación actual de los programas sociales de la cartera, el cambio de estrategias y bajas de planes creados en los períodos anteriores. El exjerarca aseguró que con estas transformaciones “cambió el concepto de enseñar a pescar que tanto se ha fomentado a lo largo de los años”.
Reconoció que “ese fue el cometido de los programas y si en algunos casos no se pudo cumplir en su totalidad, es debido a la complejidad que significa enseñar a pescar”.

Explicó que el éxito de los planes y programas en la población objetivo “depende del punto del partida. Por ejemplo, si no hay hábitos instalados desde la infancia. A veces es difícil hacerlo de adultos y los programas sociales que se llevaban a cabo tenían que ver con este concepto”.
En tal sentido, los resultados se ven a largo plazo. “Con el tiempo llevaba a mejorar la autoestima, mejorar hábitos de trabajo, el compromiso y la responsabilidad. Son conceptos abstractos pero que tienen que traducirse en algo cotidiano como el acompañamiento en gran parte de los programas desarrollados”, dijo a EL TELEGRAFO.

Según Fleitas, “más allá de que le cambien los nombres, los programas no tienen el componente de acompañamiento. Porque si algo se ha caracterizado en el nuevo gobierno, es la reducción de los recursos humanos y técnicos que acompañaban a los programas, ya sea educadores, talleristas o profesionales”.
En referencia a los cambios, aclaró que “a eso lo vemos, también, en el cierre simbólico de Uruguay Trabaja. Era un programa socio-laboral, donde el componente social es la ayuda para enseñar a pescar y la labor era construir aquellas oportunidades donde las personas pudieran desempeñarse en un rol, un oficio o en la capacidad de entrenarse para tener mejores oportunidades e insertarse laboralmente”.

OPORTUNIDADES

Uruguay Trabaja pasó a llamarse Accesos e incrementará las transferencias monetarias de los participantes, en tanto de los actuales $11.444 pasará a $18.000. En la segunda etapa serán invitadas las empresas privadas para que incluyan en sus plantillas laborales a integrantes del programa.
“Allí hay otra debilidad al cuestionar cuántas oportunidades genera el mercado laboral para tomar a estas personas que tenían una diferencia notoria a la hora de la oferta. Algunos consiguieron oportunidades por la vía individual. Otros lo hicieron por emprendimientos de producción. El algunos casos lo venían haciendo de manera informal y se le aportaban recursos financieros que permitieran formalizarse y realizar los aportes correspondientes. Eso significó el monotributo social del Mides para facturar y establecer una relación con el Estado”, señaló.

Opinó que “hay un salto cualitativo en lo que significan las oportunidades, formación y capacitación. Eso lo hicieron los gobiernos del FA, en su relacionamiento con las organizaciones de la sociedad civil. Es decir, quedó claro que no era solo con el Estado, cuando se decía que el Estado daba todo”.

Las oenegés

El Mides supervisó los programas en coordinación con las oenegés. “Las organizaciones tenían experiencia en el apoyo a determinados colectivos vulnerables, como por ejemplos aquellos que se encargaban de gestionar los CAIF, que es un programa de más de treinta años en Uruguay”.

Fleitas señaló que “se llamaba a licitación para que pudieran presentarse y así fueron surgiendo los Servicios de Orientación, Consulta y Articulación Territorial (Socat). En principio se apeló a organizaciones a nivel nacional, como Educación Solidaria y Centro de Participación Popular. A nivel local surgió la experiencia con Cruzada de la Caridad para uno de los Socat de la zona Norte. También surgió Ágora, formada por un grupo de trabajadoras que se presentó a licitación. Esa relación del Estado con las organizaciones, conformó una trama para dar la protección social y ayudar en esa compleja tarea de ayudar a pescar”.

El anterior encargado de la oficina territorial, precisó que “en el rol del Estado vimos que no sirve contratar a una organización, sin importar a qué se dedica, sino que hay que ver lo que sabe hacer”.

El Estado y las organizaciones sociales “desarrollan un entramado para sostener a los colectivos más vulnerables y garantiza menos injusticias.
De alguna forma, se establece una clara diferencia con lo que se propone durante este año de gobierno donde se dejan de lado muchos de estos pasos y procedimientos, como los llamados a licitación”, dijo Fleitas.

Los Socat atendían a unas 380 familias, representadas en unas 1.800 personas con seis educadores, talleristas y técnicos, “que hoy quedan fuera de la acción del Estado”.

Con los jóvenes

El programa Impulsa “se llevó adelante desde las 5K, donde participaron unos 2.500 jóvenes en 2019. La quinta Sandueduca, cuyas últimas ediciones se hicieron en el Liceo 7 para exponer públicamente la capacidad de los jóvenes de crear e innovar”.
Con dicho programa, “unos 5.000 jóvenes y adolescentes participaron en talleres temáticos en la Casita de la Playa donde funcionaba el programa Impulsa. Eran jóvenes que caen del sistema formal y a veces tienen pocas oportunidades. Si hay un debe es en la participación de niños y adolescentes en la construcción del futuro Paysandú que queremos, porque esas voces son las menos escuchadas. Ese programa ya no está y no se visualiza una oferta que pueda tener características similares”, aseguró.
Jóvenes en Red se enfocaba en jóvenes entre 14 y 24 años, “con la posibilidad de prepararlos para el mercado formal de trabajo. Esos jóvenes vinculados a barrios de situaciones vulnerables, eran atendidos por este programa con cuatro técnicos. Teníamos un licenciado en trabajo social, sicólogo y talleristas que atendían a unos 40 jóvenes de Paysandú”.

Personas mayores

De acuerdo a Fleitas, “tampoco en la Asistencia a la Vejez, el programa que daba apoyo a las personas mayores de 65 años que no pudieron recoger aportes durante su vida laboral porque no estuvo registrado o trabajaba informalmente. Asistencia a la Vejez permitió que pudieran tener un ingreso digno y no vivir en la extrema pobreza como estaba pasando. El gobierno de hoy decidió no aprobar más solicitudes para el programa Asistencia a la Vejez”.
Servicios

El programa Canasta de Servicios, “proveía una propuesta integral. No era solo la relocalización de viviendas con recursos aportados por el Ministerio de Vivienda y la Intendencia de Paysandú, sino que era un acompañamiento a quienes se instalaban en el nuevo hogar”.
Recordó que “era común colgarse de la luz para quienes vivían en las barrios irregulares. Y, al pasar a tener un gasto de energía o de agua, hubo que colaborar con el pasaje a una tarifa plana”.

Educación

Fleitas manifestó preocupación por “la pérdida de la formación profesional básica (FPB) que brinda UTU. El conjunto de grupos que se desarrollaron en Paysandú era la respuesta para los jóvenes que no llegaron a la educación formal y requerían una flexibilización. Eso significó la instalación del FPB en la Escuela ‘Melchora Cuenca’ y permitía que los jóvenes excluidos se integraran al sistema educativo”.
Reiteró la importancia “de introducir aquí el concepto de ‘sistema’ porque debe incluir a quienes tienen las capacidades para adecuarse al sistema formal pero también aquellos que tuvieron menos oportunidades en su infancia o por situaciones de violencia. El FPB se adecuaba desde 12 y 13 años para que pudieran sostenerse dentro del sistema educativo. Y cuanto más se sostenían en el sistema educativo, más prevención se hacía sobre las situaciones de consumo problemático de sustancias y conflictos con la ley, que es otro reclamo que hace la sociedad”.

Ruralidad

El Mides desarrolló programas en localidades del interior del departamento. Fleitas consignó que llevaron adelante diversos procesos para conformarlos en cooperativas y que adquirieran una formalidad a fin de contratar sus servicios.
Sin embargo, “también es real que el acompañamiento técnico no fue el de aquellas organizaciones instaladas en la ciudad de Paysandú. Cada programa estaba sostenido por tres o cuatro técnicos y talleristas en estos grupos que llegaban a 100 o 200 personas. Por una cuestión de accesibilidad geográfica era más fácil estar en la ciudad que en el interior y por dificultades con el móvil. En muchos casos contábamos con un solo vehículo para todos los programas”.
Reconoció que “esa es una de las razones por las cuales los protagonistas de ese programa dicen con toda razón que no llegamos a acompañarlos como era debido. Enseñarle a pescar siempre fue más práctico para quienes estaban ‘cerca del río’”.

Fleitas comparó que “lo que significó la expansión de las políticas sociales que vivimos durante 15 años hoy las vivimos con una restricción. Seguramente con legítima definición con respecto a qué tipo de propuesta de políticas sociales quiere llevar adelante. Lo que nosotros queremos señalar es que con estos recortes no se atiende debidamente a los más vulnerables”.

Concluyó que “el Instituto Nacional de Estadísticas mostró que hay 100.000 nuevos pobres y las repercusiones de la pandemia. Vemos con preocupación que hay personas que no están atendidas, con insuficientes propuestas a nivel departamental que traerá una repercusión y afectará desde la infancia hasta adultos mayores”.