Equipo de salud mental de ASSE participó en talleres en Liceo 6

Organizadas por la dirección del Liceo 6, de Nuevo Paysandú, se realizaron dos jornadas con la participación del equipo de Salud Mental de ASSE. En estas instancias se trabajó con docentes y estudiantes con el objetivo de reconocerse mutuamente.
La subdirectora del Liceo 6, Cándida Rodríguez, explicó a EL TELEGRAFO que estas instancias se organizaron luego de una serie de actividades con los estudiantes en las que se buscó “relevar un poco sus apreciaciones, lo que piensan con respecto a ciertos temas; sobre todo pospandemia, teniendo en cuenta que hay aspectos que cambiaron de lo que ellos percibían del liceo y de la forma en la que de trabajó en los últimos dos años, entonces en ese contexto hicimos una jornada cuyo tema era la evaluación”. En estas actividades, coordinadas entre todos los docentes, “lo que se promovía era conocer qué pensaban los estudiantes sobre la evaluación: cómo se veían, cómo los veíamos los docentes, cómo se sentían con respecto a la evaluación y con respecto a las actividades que habían tenido en este período”.
A partir de estas actividades se generó cierto volumen de información “que nosotros consideramos que para manejarla de la manera más acertada, o más efectiva, podríamos trabajarla con el equipo de salud mental de ASSE”, indicó Rodríguez.

TALLERES

Fue así que se contactó a la licenciada Mariela Onetto, con quien habían trabajado en una instancia organizada por la Sala de Directores de Paysandú, a quien le presentaron esos resultados. El equipo del prestador público de salud elaboró, a partir de esta información, dos talleres: “uno que centraba su mirada en los estudiantes, en lo que es ser adolescente hoy, en qué sujeto nos encontrábamos los docentes en el aula hoy, y por otro lado, la que tuvimos el sábado, que fue la segunda jornada, también en formato taller, con los adolescentes, que trataba sobre qué sujeto era el docente hoy”. Con esto se buscó “articular cuál era la mirada y cuál es el contexto en el que nosotros trabajamos”.
Y esto, aclaró, no solamente apuntaba a la situación pospandemia, sino también “al efecto de las tecnologías, de los contextos socioculturales, de la exposición de los estudiantes a las pantallas, y un poco para entender por qué ellos actúan como actúan y piensan ciertas cuestiones, para poder articularlas en nuestras prácticas”.

EVALUACIÓN

La subdirectora dijo que en esas primeras actividades con los estudiantes “nos encontramos situaciones que tienen que ver con la percepción que tienen ellos de quienes son adentro del liceo y cómo son vistos. La evaluación justamente a veces lo que plantea tiene que ver con ese encuentro o desencuentro de miradas, entre quien evalúa y quien es evaluado”. Los estudiantes expresaron lo que sentían: “cuán justa o no podía ser la evaluación, qué aspectos tenía en cuenta, ya que ellos a veces no se sentían reconocidos, digamos, y frente a eso la necesidad de comprender, para generar estrategias que estén más cerca de los gurises y que ellos se sientan involucrados”.
Para el equipo de salud mental, por su parte, fue una oportunidad única “de trabajar de manera coordinada, porque no trabajamos padecimientos generales, no trabajamos desde lo que puede ser enfermedades que tienen que ver con la salud mental, sino que es un abordaje integral, para entender con qué estudiante estamos trabajando”.
Esta idea, dijo Rodríguez, les resultó poco frecuente, “porque en general lo que se espera es que se pueda atender a algunos estudiantes que tienen algunos diagnósticos, de enfermedades mentales o que necesitan acompañamientos específicos digamos, pero no este trabajo en conjunto para acercar desde una mirada desde la psicología y desde el psicoanálisis, cómo trabajar con los adolescentes, cómo dar respuestas pedagógicas a problemas pedagógicos y no tener que mirarlos siempre como si fueran padecimientos en torno a la salud mental”.