Detenida allí en el estacionamiento del puerto de Punta del Este, la Ferrari pintada de color rojo se ofrecía a la vista para regocijo de aquellos que gustan de los “fierros” y saben admirar una máquina que pertenece a una marca con historia de primer nivel dentro de la manufactura automotriz mundial.
Se trataba nada menos que de una Ferrari 458 Spider, un auto deportivo de primer nivel, un dos puertas con techo duro plegable, un vehículo de altas prestaciones, con un diseño espectacular.
Esta Ferrari está impulsada por un motor V8 de 4.497 cc. Con una potencia de 570 CV a 9.000 revoluciones por minuto que le permite alcanzar una velocidad máxima de 325 kilómetros por hora.
La aceleración es de 0 a 100 kilómetros en 3.4 segundos. Carter seco, inyección directa.
Doble embrague, caja de cambios de 7 velocidades que puede funcionar en modo manual o automático, la cual ha sido modificada con diferentes relaciones que permiten cambios más rápidos.
Los frenos con discos ventilados, carbono-cerámicos Brembo de 398 x 36 mm. Y pinzas de aluminio de seis pistones para la parte delantera, con ABS. La suspensión es de doble brazo en la parte delantera y sistema “multibink” en la trasera junto con diferencial electrónico y control de tracción de Fórmula 1.
Como quedó dicho, el techo duro es plegable, listo para andar melena al viento. Los asientos son del tipo competición, las llantas son forjadas.
Un deportivo de nota, de acuerdo a la tradición de Ferrari.
Claro, eran muchos los que soñaban con meterse en el habitáculo y salir a dar “la vueltita”. Pero no, solamente el dueño y a lo mejor algún allegado tienen ese privilegio.
Es que como se dice: “semejante auto no es para todos”.
