La fiesta en el Estadio Artigas tuvo de todo

El “Zurdo” Ceballos, equipier del decano, fue reconocido por los jugadores: lo llevaron en andas con la copa.

A medida que uno caminaba por 6 de abril y se acercaba a la puerta principal, se podía ver (y sobre todo escuchar) la alegría de la enorme cantidad de niños que se apostaron en el hall del estadio esperando para entrar a la cancha con ambos equipos.
Litoral y Estudiantil ingresaron juntos, como se acostumbra hacer en las grandes competiciones y Matías Schneider tomó la pelota ubicada en el atril dispuesto por la Liga.

Para los jueces tampoco fue una final más: es que se dispuso la presencia de un cuarto árbitro que tenía a su disposición un tablero electrónico para marcar los cambios, dando una gran ayuda visual tanto a los protagonistas del juego como a la prensa.
Otra de las notas de color de la jornada la dio la presencia de animadores que interactuaron con el público y regalaron pelotas durante el entretiempo, iniciativa de la Dirección de Deportes que fue bienvenida por las hinchadas.

En la tribuna principal el ambiente era similar al que se vivió cuando llegaron los grandes del fútbol uruguayo en el último tiempo: mucha prensa, transmisiones radiales, televisión en vivo y en directo y colegas trabajando también desde el campo de juego.
No faltaron los recibimientos con papel picado y humo de colores para darle el marco de finalísima a un partido que contó con tribunas repletas, colmando la expectativa de los organizadores.

Pero hay un detalle para nada menor: para muchos hinchas jóvenes de Litoral, éste fue su primer grito de campeón.
Pasaron 20 años desde aquel 2002 y en el medio algunos momentos difíciles para el decano como institución, pero hoy, todo es festejo allá por Enrique Chaplin y Colón.