Casa Blanca: un lugar estratégico para zona franca

Como hemos señalado en varias ocasiones, la instalación y funcionamiento de una zona franca constituiría un cambio fundamental para la economía de nuestro departamento, generando una importante cantidad de puestos de trabajo sostenibles y de calidad y colocando a Paysandú en el mapa logístico regional. La experiencia acumulada por nuestro país en casi 100 años de existencia de las zonas francas uruguayas, sumado a un régimen jurídico con importantes beneficios tributarios y la seguridad jurídica que caracteriza a nuestro país otorgan a un proyecto de esas características un importante punto de partida que es valorado por quienes están dispuestos a invertir sus recursos.

En ese contexto, resulta de vital importancia la propuesta del edil nacionalista Marcelo Tortorella, quien sugirió la realización de un llamado a expresiones de interés para la construcción y explotación con destino a zona franca, puerto logístico fluvial y/o planta de hidrógeno verde en un predio propiedad de UTE (concretamente el padrón rural 10.050 en el Departamento de Paysandú, zona de Casa Blanca).

De acuerdo con el edil departamental, “UTE es propietaria del citado padrón ubicado al sur de Casa Blanca con costa al río Uruguay. Dicho predio tiene una extensión de 92 hectáreas con 1.000 metros de costa sobre el río, donde además el calado natural es de 10 metros (33 pies), contando además con acceso y conectividad vial a la Ruta 3 General Artigas a la altura de paraje Cangüé”. El representante nacionalista recordó que “dicho padrón fue expropiado en la década del ‘90, con el propósito de instalar allí una central de ciclo combinado, proyecto que fue luego desestimado, quedando ese muy importante activo inmobiliario estratégico, que cuenta además con una conexión física subfluvial con Argentina para transporte de gas, que perfectamente podría aprovecharse en el proyecto de recibirse el interés de inversiones nacionales y/o extranjeras”.

La iniciativa de Tortorella no podía ser más pertinente y oportuna. Pertinente porque el predio de la UTE posee la ubicación, superficie y características apropiadas para la instalación de una zona franca y oportuna porque siempre es el momento correcto para comenzar a revertir la situación creada por el cierre o el achicamiento de las industrias que en el pasado conformaron un paisaje ciudadano de importantes y sustentables fuentes de trabajo. La decisión de dar cuenta de ese planteo al Poder Ejecutivo, Ministerio de Economía y Finanzas, intendente departamental de Paysandú, Dirección de Desarrollo, Inalog, empresas locales que puedan estar interesadas en este planteo, operadores de zonas francas y el director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ernesto Munyo, habla a las claras que la idea es intentar poner en la agenda esas autoridades públicas y privadas algo que desde lejos puede parecer casi un imposible de alcanzar, pero lo cierto es que se ha dado un primer paso y eso siempre es una buena noticia.

A este puntapié inicial del edil Tortorella deberían sumarse, al menos, dos medidas que entendemos necesarias para poder concretarla. La primera de ellas es colocar este proyecto como una de las prioridades de mayor importancia de “Paysandú for Export”, que de acuerdo con su página web tiene el propósito de “ser la oficina de referencia para internalización de Paysandú, de sus bienes, servicios y talentos, la promoción de las exportaciones y la atracción de inversiones”. El propio intendente Olivera hizo de la radicación de inversiones y la creación de empleos una de sus banderas electorales y la instalación y funcionamiento de una zona franca es un vehículo altamente calificado para poder lograr con tan importantes propósitos. La segunda de las medidas debería ser la creación de una Comisión pro Zona Franca, tal como sucedió hace muchos años con el comité que impulsó y obtuvo la construcción del puente internacional General José Artigas entre las ciudades de Paysandú y Colón y que respecto de la cual, según nota publicada en nuestro diario en el año 2020 el arquitecto Rubens Stagno “evocó la inauguración, concretada el 10 de diciembre de 1975, del puente General Artigas”, e hizo referencia a expresiones vertidas en su momento sobre el tema por Juan Bosco Oberti en cuanto a que “‘terminada la Exposición Internacional del Río Uruguay, que se realizó en la entonces remodelada zona de la entonces llamada Playa del Ferrocarril, en 1964, y como fruto de ella se llamó a una Asamblea en el Teatro del Liceo Departamental, convocada por el Rotary Club Paysandú. Asamblea multitudinaria de la que surgió el Comité Pro Puente Flotante Paysandú Colón’”. Al respecto Stagno destacó que “creo que es justo recordar y homenajear a los integrantes de aquella Comisión: el Ing. José Enrique López Laphitz fue su presidente, Juan Bosco Oberti actuó como secretario. Otros integrantes eran Mario Masseilot, Alberto Zinno, José Luis Vadora, Idilio Freitas, Raúl Celoné, Adolfo Musso, Angel Cissa, Carlos Ferrati, Mauro Rodríguez, Carlos Demichelis, Esteban Demichelis, Washington Vázquez, Juan Ulises Güida, Leonel Viera, Juan Carlos Dossena, Víctor Deana, Santiago Viola Oreggioni, Héctor Vallejo, Omar Mannise, Ricardo Pintos y Delfor Acosta”. Se trató nada más y nada menos que de una idea nacida e impulsada desde la sociedad civil y que recibió el apoyo de las autoridades de la época para transformarse en una realidad. Anteriormente a esa época, el llamado “milagro industrial” que Paysandú experimentó en la década de los años 40 del siglo pasado tuvo también su origen en un grupo de destacados empresarios con la visión y el empuje necesario para dar ese gran salto (Carlos Fraschini, Juan Carlos Henderson, Conrado Olaso Marín y Pedro Harguindeguy, entre otros) y el importante papel desempeñado por el Intendente José Acquistapace cuyo decidido apoyo a estas iniciativas acompañaba el ímpetu industrialista del entonces presidente de la República Luis Batlle Berres.

Transcurridas varias décadas desde ambos procesos, nuestro departamento se encuentra ante un nuevo desafío: contar con una zona franca que le permita potenciar sus posibilidades de desarrollo y el bienestar de todos sus habitantes. Nadie supone que se trata de una tarea fácil ni de rápida realización, pero sin lugar a duda constituye una tarea impostergable. El primer paso a nivel político ha sido dado por el edil Tortorella al plantear este tema en la Junta Departamental, pero ahora le corresponde a ese cuerpo legislativo hacer suyo ese proyecto e impulsarlo decididamente y más allá de las respectivas banderías partidarias. Acometer con éxito una empresa de estas dimensiones exige un acuerdo político que ponga por encima a Paysandú y sus necesidades, ya que como expresó el ex Primer Ministro del Reino Unido, Winston Churchill, “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.