Comenzó desguace de pesqueros chinos que fueron abandonados en Paysandú

Comenzó el desguace de los dos pesqueros chinos que desde hace unos cinco años se encuentran abandonados en el astillero local, tarea que está a caro de la empresa Torres.

El capitán de puerto de Paysandú, Marcelo Tortorella, se hizo presente en las instalaciones del astillero para constatar el inicio de los trabajos, habida cuenta además de que esta situación era motivo de preocupación en la población y constituían un riesgo al haber sido abandonados por la empresa que los había adquirido. Además constituían un foco de contaminación y de oportunidad para el vandalismo, como ocurriera cuando se desató tiempo atrás un foco ígneo en el lugar.

Tortorella destacó a EL TELEGRAFO que desde la Administración Nacional de Puertos (ANP) se generaron los trámites pertinentes para que se pudiera llevar a cabo este trabajo. Los restos de ambas embarcaciones serán trasladados a una industria siderúrgica capitalina con destino de fundición.
Las gestiones de la ANP –acotó– se orientaron a lograr destrabar la situación para que se pudiera efectivizar el desguace.

Los pecios de los pesqueros coreanos Adala 101 y Sunshine llegaron a Paysandú para su desguace, hecho que no se había concretado hasta ahora, tras haber estado abandonados en el puerto de Fray Bentos, y la Administración Nacional de Puertos pagó 327.000 dólares a una empresa desguazadora para que los retirara de esa terminal, y los volviera chatarra comercializable. Esa empresa llegó a un acuerdo con quien arrendaba el astillero, la empresa Urbicar S.A., la que según trascendió recibió 80.000 dólares para desarmar los barcos en Paysandú. Sin embargo, esta empresa se fue sin entregar el predio, que finalmente fue recuperado por Indre tras un trámite judicial.

Luego vino otra empresa que aparentemente había negociado con Urbicar, pero comenzó con un desguace lento y de algunos elementos metálicos, como las hélices, que recuperó en algunas semanas de trabajo, y después también se retiró. Desde la ANP se informó a EL TELEGRAFO en 2018 que al cumplirse con el retiro de los pecios de Fray Bentos, lo demás fue “un negocio entre privados”, por lo que no le correspondía tomar decisiones.
Asimismo, en la oportunidad uno de los principales de Indre, dijo a EL TELEGRAFO que esta empresa no podía tocar la chatarra, ya que Indre no es titular del negocio de los pecios, sino quien los recibió en su momento.

La situación era complicada, ya que si bien los barcos están en su predio, no se podían retirar del lugar, tal como señalara en su momento la crónica de EL TELEGRAFO. Esto genera varios problemas, como el peligro de contaminación, dado que esos barcos pesqueros tenían sistemas de refrigeración y no se sabe en qué estado pueden estar esos sistemas que utilizan químicos. Otro de los inconvenientes es que en varias oportunidades tuvieron que desalojar personas –en su mayoría jóvenes– que ingresan a los pecios, aunque no hay mucho que recuperar. En uno de esos casos, hace ya tiempo, se produjo un incendio en uno de los barcos.

Cuando los barcos fueron abandonados en Paysandú, estaban anclados a unos cien metros de la orilla, por lo que, cuando comenzó la crecida del río Uruguay semanas después, hubo nerviosismo por si los barcos podían romper las amarras y correr la misma suerte que los barcos de Carmelo, que fueron nuevamente noticia por su desguace a un costo muy importante para el Estado.
En aquel momento, una empresa capitalina logró, con el apoyo de un tractor y aprovechando la creciente, subir a tierra los barcos chinos abandonados en Paysandú.