Control de Calidad de Aguas es prácticamente “una política de gobierno departamental“

“El Programa de Control de Calidad de Aguas Superficial de la Intendencia este año está cumpliendo 11 años ininterrumpidos”, por lo que “se ha transformado prácticamente en una política de gobierno departamental, que independientemente del color político de la administración se ha sostenido en el tiempo”, destacó a EL TELEGRAFO el encargado de la Unidad de Gestión Ambiental y Cambio Climático de la Intendencia Departamental, Martín Appratto.
En el marco de ese programa, “se controla la calidad de agua de 8 cursos de agua del departamento en 14 estaciones, y ellos son: arroyo Guaviyú, arroyo Malo, los ríos Queguay Grande y Chico, el arroyo San Francisco, el arroyo Sacra, el arroyo Rabón y el arroyo Negro. Las variables que se controlan son las básicas de laboratorio (dureza, alcalinidad, sólidos disueltos totales, turbidez y coliformes termotolerantes) y en el campo con la sonda nosotros podemos medir oxígeno disuelto, temperatura, PH, conductividad”, describió.

Los controles “se realizan con frecuencia estacional; tratamos de cubrir las 4 estaciones del año, sobre todo porque las actividades agrícola ganaderas, pero también algunas urbanas, sabemos que son zafrales. Por eso nosotros procuramos que el programa cubra todo el año”, puntualizó.
La información obtenida en cada monitoreo “sirven para conocer la calidad de los cursos de agua a los cuales la gente va a ir no solo a bañarse, sino que los utiliza como fuente de abastecimiento para su producción. Desde mi punto de vista resulta un dato clave para saber cuál es la calidad de agua que estás usando, ya sea para recrearte como para producir”, resaltó el entrevistado.

“El programa lo diseñamos con los técnicos del entonces Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente”, en el año 2011, recordó Appratto, quien ya estaba a cargo en aquel momento de la Unidad de Gestión Ambiental.
En estos once años que se desarrolla el proyecto, nunca se detectó “ninguna variable” con valores que pudieran calificarse de alarmantes, aseguró. “Lo que hemos identificado como problema, por lo general, suele estar vinculado con el oxígeno disuelto, que eso también no necesariamente va de la mano con la presencia de algún contaminante, sino que muchas veces tiene que ver con el caudal del curso de agua, la temperatura ambiente y suele estar asociado a la estación del verano”, especificó.

CONVENIO CON MINISTERIO

Actualmente se trabaja con la Dinacea del Ministerio de Ambiente, en la firma de un convenio que permita la inclusión de agroquímicos (glifosato y atracina) entre los análisis que se realizan a las muestras de agua, los cuales serían analizadas por el organismo nacional.
“El objetivo próximo es lograr firmar un convenio con el Ministerio de Ambiente –para lo que ya se está trabajando con la Dinacea–, para que en las muestras que nosotros tomamos ellos puedan analizar los agroquímicos (glifosato y atracina)”, destacó Appratto. En ese sentido destacó la relevancia que contar con esta información tendrá pues “obviamente sabemos que el departamento de Paysandú tiene una actividad agrícola muy importante. Por lo tanto, resulta muy interesante conocer fehacientemente con datos analíticos cuál es realmente el impacto de esa actividad agrícola, a través de la detección o no de agroquímicos”. A la vez, “es muy importante contar con un rango de datos lo más amplio posible en el tiempo”, sostuvo, considerando que una vez que se concrete el convenio y se empiece a generar información, debe mantenerse “durante mucho tiempo, porque es lo que le da fortaleza y credibilidad al dato”. En ese sentido, “hoy podemos decir las variables que nosotros analizamos tienen 11 años de respaldo”, observó.

LA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS

En lo que respecta a la gestión de los residuos sólidos y a cómo han respondido los sanduceros en la tarea de clasificarlos a la hora de desechar la basura, una tarea que la comuna inició hace ya aproximadamente una década, Appratto aseguró que “vemos que la respuesta de la población es buena, ha ido mejorando con el correr del tiempo”.
“Al principio costó mucho que la gente entendiera, comprendiera, adhiriera a ese sistema de gestionar los residuos por dos vías, los reciclables por un lado y los no reciclables por otro, pero una vez que la ciudadanía vio que había recursos, herramientas, se volcó a hacerlo”, afirmó.
En base a los datos que maneja esta dependencia, se puede asegurar que “desde 2016 al día de hoy la recolección de reciclables se ha multiplicado por 4”, en tanto, “de lo que se recolectaba en 2011-2012 –cuando recién empezamos–, a lo que se recolecta hoy en día, se ha multiplicado por 4 o por 5 el volumen de reciclables”, indicó. A partir de esa información, “la interpretación que hacemos es que obviamente la gente está respondiendo; año año los números nos dicen que cada vez se recolecta más”, concluyó.