Se realizó la segunda instancia de capacitación ovina en el departamento de Paysandú, en el marco del convenio interinstitucional que tiene vigente la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP con el Ministerio de Desarrollo Social y el Secretariado Uruguayo de la Lana (DGDR/Mides/SUL) para fomento del rubro. La actividad tuvo lugar en la Agraria de Guichón, y estuvo a cargo del técnico del SUL ingeniero agrónomo José Francisco Ramos.
Esta capacitación forma parte de un ciclo de capacitaciones que se realizan todos los lunes de junio. La temática abordada en esta segunda instancia fue el manejo de la estación preparto, lactancia e invernada. Participaron unos 13 productores familiares.
Además de las capacitaciones, un grupo de 11 productores recibieron ovinos. El pasado 3 de junio se realizó la entrega: “vino una majada espectacular y están todos locos de la vida”, señaló el ingeniero agrónomo Danilo Cóppola, del Equipo Territorial de Desarrollo Rural del MGAP.
En Ruta 3 y San Francisco, dos productores recibieron 40 ovinos (20 cada uno); otros dos productores recibieron 40 ovinos, en Colonia 19 de Abril (20 cada uno); en la Colonia Pintos Viana, otros dos productores recibieron 20 ovinos cada uno; y en Ejidos de Guichón, dos productores recibieron 15 ovinos cada uno y otro productor recibió 10.
El trabajo en grupo
Gustavo Tejería, uno de los productores beneficiados, cuenta que vive con su familia en un predio de 30 hectáreas, en Ruta 3 Km. 378. Produce en su casa y también en forestal. En su casa se dedica a la cría de ovinos, vacuna, recría y algo de invernada. Además cría pollos parrilleros y gallinas ponedoras. También entrena perros de pastoreo. “A este proyecto entré ya que para mí es una forma muy buena de poder agrandar un poquito la majada, además son ovejas de raza definida y ya vienen encarneradas, lo que adelanta todos los procesos”, cuenta.
Además, sostiene que “es muy flexible la forma de pago”. Agrega que “el proyecto viene acompañado con asesoramiento técnico, capacitaciones, y además se forma un grupo de productores donde se intercambian ideas y se hacen consultas, y eso está muy bueno”.
Cuenta que su meta es quedar con una majada de una raza definida, reteniendo corderas hembras que nazcan y así apuntar a tener una majada Corriedale a corto tiempo. “La única forma de uno poder acceder a este tipo de vientres con financiación muy flexible, a un precio muy razonable, es mediante un proyecto de este tipo y con el apoyo de todas las instituciones involucradas”, dice.
“Yo soy un defensor a muerte de que hay que trabajar en grupo, es la forma de fortalecernos, apoyarnos y poder ir creciendo entre los pequeños productores familiares”, concluye.
apoyo institucional
Sergio Reyes es oriundo de La Paloma, Durazno, pero desde hace años está radicado en Guichón. Allí se desempeña como docente en la escuela agraria de la localidad. “Por mi formación y por la forma en que nos criaron, siempre estoy vinculado al tema del campo y los animales, siempre tratando de criar algún animal, algún vacuno, alguna oveja, algún guacho”, cuenta.
En cuanto al proyecto dice que “la necesidad nos llevó a trabajar en forma conjunta, como para contratar maquinaria. A todo productor chico se le complica conseguir una herramienta o un tractor para un predio chico, entonces la forma fue juntarnos para contratar un tractor y usarlo juntos… Y este proyecto nos vino como anillo al dedo porque ya nosotros tenemos la necesidad de estar criando, de tener un animal como una caja de ahorro, como un recurso y se nos brindaron ovejas de la raza Corriedale. La Corriedale nos otorgó vientres preñados a pagar a 18 meses, con créditos blandos”.
Cuenta que también salieron beneficiados con la compra de carneros de cabaña. Son borregos de dos dientes, de buen tamaño, y de un nivel genético que para los productores chicos es difícil adquirir: “Eso nos levanta las majaditas que nosotros tenemos. Le estamos incorporando mucha genética, que nos beneficia por la respuesta que vamos a tener después. Hemos tenido animales, muchos melliceros, de las ovejas que vinieron preñadas y los carneros, que son de buen tamaño. La lana, si bien en este momento no está valiendo mucho, es una raza doble propósito que también nos la proporcionaría”.
Según Sergio, otro beneficio es que los productores no sólo cuentan con esos animales que se pagan en cuota, sino que también cuentan con asesoramiento y capacitaciones: “Los técnicos nos asesoran, el SUL, Ruralidad del Mides, MGAP, la gente de la Corriedale. Tuvimos una recorrida por Treinta y Tres, en la gira Corriedale, donde pudimos ver otros productores que nos mostraron sus formas de trabajo, nos abrieron las puertas de sus casas y nos mostraron los números, que al final es lo que a uno le interesa; más allá de que nos encanta el tema de los animales, siempre atrás hay una familia que hay que mantener”, dice.
“Son instancias de aprendizaje que tienen un valor que no es monetario, pero que no es menos importante. Lo que destaco de esto es que estoy viendo una evolución en lo que pasó y en la realidad que tengo hoy, porque si bien nosotros ya veníamos trabajando en conjunto con otras personas, éramos nada más que un grupo de personas tratando de hacer un negocio medio viable. Pero ahora estoy viendo una respuesta de parte de las instituciones. Hoy en día lo que estamos teniendo es respuesta a lo que nos surgió primero por una necesidad, y por la que nos empezamos a unir.
En la actualidad tenemos instituciones que nos están apoyando. Hoy en día es más formal el tema de la oveja, lo vemos de otra forma y nos estamos organizando de otra forma cosas que no hacíamos antes y ahora las empezamos a hacer, porque se encara de otra forma, más seria… por ejemplo hacer una limpieza de ubre para que las ovejas paran en condiciones. Esas cositas son chicas pero empezás a ver cómo se le empieza a dar importancia a este rubro, que lo teníamos medio ahí, como la oveja de consumo; ahora lo vemos como algo de mayor producción, que tiene una cuota parte importante, si lo hacemos bien”.
