Ocupación ilegal de una vivienda y las peripecias del propietario para recuperarla

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Una insólita situación, aprovechando un presunto vacío legal y la aparente apatía policial por hacerse cargo en forma inmediata de la situación, vive el propietario de una finca en la que se introdujeron “ocupas” en el marco de una proclamada acción social en la que se pasa sin tapujos por encima de la propiedad privada.
En este caso se trata de una finca de la zona de Juncal y Lucas Píriz que estaba deshabitada, porque su propietario, un hombre octogenario, la había colocado en una inmobiliaria para vender, lo que no se pudo hacer de forma inmediata porque había problemas de documentación respecto a la sucesión –se estaba esperando la firma de un hermano– que luego se solucionaron, así como la necesidad de efectuarle trabajos para poder ofrecerla a través de una agencia inmobiliaria local.

Sin embargo, en el ínterin, un grupo de personas se introdujo en la casa, hizo arreglos sin conocimiento y mucho menos permiso del propietario, para lo cual forzaron la puerta porque las llaves estaban en la inmobiliaria.
Si bien cuando el tema pasó a conocimiento del afectado y de la inmobiliaria –por intermedio de denuncias de vecinos preocupados por tener extraños irrumpiendo en una casa a pocos metros–, se denunció el caso ante la Policía, esta se negó a intervenir, por lo que se derivó en una serie de acciones a través de la Justicia para tratar que se liberara la casa ocupada ilegalmente.

La ocupación tuvo lugar a mediados de este año –con el agregado de que se “colgaron” de la UTE y OSE– pero cuando el propietario y el representante de la inmobiliaria se dirigieron a la casa para informarles a los ocupantes que debían desalojarla, la respuesta fue que “la ley nos protege” y que “una profesional” les había indicado este camino de la ocupación, porque consideraban que la casa estaba abandonada.

Desde la Policía se envió al propietario a la fiscalía, “porque ellos no podían hacer nada”, por lo que tuvo que iniciarse una acción de desalojo a través de una abogada. Sin embargo, pese a que el juez también se presentó en el lugar en el marco de las acciones judiciales, transcurrió el tiempo sin novedades, por lo que a través de la Inmobiliaria se optó por firmar un comodato por un año con los ocupantes ilegales, hasta el año que viene, “porque por lo menos eso nos asegura por escrito que deberán abandonar la propiedad en determinado plazo”, según la óptica del propietario y la inmobiliaria.

Es decir que ante la indefensión legal frente a los “ocupas” el propietario debió optar por el mal menor, que es tener la supuesta certeza –con respaldo legal– de que cuando expire del comodato en junio de 2023, podrá hacerse nuevamente de su propiedad y disponer su venta, tras más de un año de tener las manos atadas por la ocupación ilegal.

Ante este hecho inaudito, en el que queda expuesta la liviandad con que puede disponerse de bienes ajenos causando pérdidas al propietario legítimo, insólitamente –bueno, no tanto– desde las redes sociales se ha salido a “celebrar” la ocupación ilegal y apropiación indebida en el uso de bienes ajenos, indicando que “La propiedad privada! La realidad es que existen cientos de casas abandonadas y aún hay gente viviendo en la calle. Pasa acá en Paysandú también. La Brigada China María en Paysandú viene sosteniendo una casa transitoria para mujeres en situación de violencia y calle. Hace un año sí, y en un año han pasado 10 mujeres y 12 niñxs!”, además de “los incontables casos que acompañamos sin pasar por la casa!” (la ocupada ilegalmente).

“La colectiva se armó porque las mujeres publicaban en Facebook desesperadas que no tenían a donde ir. El Estado brilla por su ausencia, no tiene un lugar de acogida y no le interesa tenerlo”.
“Una casa que estaba inhabitable como depósito gestionada por la mafia de las inmobiliarias, totalmente abandonada. Hoy, es un hogar un poquito más habitable y por lo menos sin el cielo de techo. A puro pulmón de las mujeres y disidencias de forma solidaria y horizontal!”
Agrega que “Arriba los que luchan! Y los que no luchan y tienen propiedades abandonadas dónenlas a proyectos colectivos”.