Emotivo reencuentro con música de piano

El repertorio fue el mismo que la pianista intepretó en su examen de egreso de la Facultad de Artes (antigua Escuela Universitaria de Música).

Ante un buen marco de público, la pianista sanducera Micaela Techeira ofreció un concierto en la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo. Fue una velada especialmente significativa, por marcar el reencuentro de la pianista con el público sanducero, y por ser su primer concierto tras egresar de la antigua Escuela Universitaria de Música (actual Facultad de Artes). Así lo destacó en las palabras de presentación la profesora Laura Sarlo, de la Comisión del Órgano Histórico. Si bien la Comisión se dedica principalmente a cuidar el instrumento histórico de la basílica, en ocasiones recibe también a pianistas y otros instrumentistas. “Salvo durante la pandemia, Micaela ha venido muchas veces a deleitarnos con su música”, recordó Sarlo. “Este hermoso instrumento que va a tocar hoy es propiedad de Ceupa, pero está bajo la custodia de la Comisión del Órgano. Este año, el concierto tiene una significación especial, porque Micaela acaba de terminar sus estudios. Es licenciada en piano, y su examen final fue con este concierto que nos va a dar esta noche. La presentamos con mucho orgullo”.

Un programa muy variado

“Para mí es muy lindo volver, después de dos años de ausencia”, dijo la pianista. “Y volver a este lugar, que siempre me ha apoyado y me ha abierto las puertas”. El primer bloque del concierto comenzó con una obra impresionista: el Estudio Nº 11, de Claude Debussy, perteneciente a los Doce Estudios para Piano escritos en 1915 por el compositor francés. “Es una de las últimas obras que compuso para piano. Resume lo aprendido por Debussy en toda su vida”, señaló la pianista. La siguiente obra fue la Sonata para piano Nº 15 en Re mayor, Op. 28 “Pastoral”, de Ludwig van Beethoven. Se divide en 4 movimientos, interpretados con gran destreza y expresividad por Techeira.

El segundo bloque, anunciado como “más intenso y serio”, comenzó con “Les Cyclopes”, una pieza que forma parte de una suite compuesta en 1724 por el francés Jean-Philippe Rameau. Basada en un episodio de La Odisea, es una obra muy exigente, que permitió a la pianista lucir su destreza técnica. Luego vino el momento más extraño de la noche, cuando interpretó una obra del siglo XX; el “Cuaderno musical de Annalibera”, del italiano Luigi Dallapiccola. Se trata de una obra serial dodecafónica, compuesta por 11 piezas cortas, en las que los nombres de las notas son reemplazados por 12 clases de alturas, representadas por números.

En la partitura, el compositor pone como condiciones que las piezas deben tocarse siempre juntas, y que el intérprete debe tomarse su tiempo para pasar de una pieza a otra. Es una obra de sonoridades inusuales, que invita al oído a explorar en busca de nuevas formas.

Para cerrar, Micalela eligió el Preludio Nº 10 Op. 32 en Si menor, de Serguéi Rachmaninov, una de las últimas composiciones del compositor romántico ruso.
Los aplausos la hicieron volver al piano, para finalmente despedirse con una obra uruguaya: “Junto al fogón”, de Luis Cluzeau Mortet. De esta forma llegó a su fin un programa realmente muy variado, que permitió al público viajar por diferentes épocas y estilos, y mostró una vez más el talento, la destreza y la emotividad que caracterizan cada presentación de Micaela Techeira.