Denuncian que obras de UTE dañaron corrales de piedra en Castillo Morató

Aseguran que la torre más cercana dista menos de 120 metros desde los corrales de piedra, mientras que una asesora del BID había recomendado no hacerlo a menos de 500.

Mientras siguen avanzando las obras del tendido de alta tensión de UTE que atraviesa el predio en que se encuentra el casco de la estancia Buen Retiro, mejor conocida como “Castillo Morató”, declarada el año pasado como Monumento histórico nacional, la denuncia por el derrumbamiento parcial de una de las mangueras de piedra se constituye en un nuevo elemento de discordia.

Los propietarios del campo, la familia Morató, denuncia que los daños se produjeron a raíz de las vibraciones que ocasionó la construcción de una de las torres del tendido que une Salto Grande con la ciudad de Tacuarembó, una obra a la que los propietarios se han opuesto desde el primer momento, pero que no han conseguido detener, más allá de las acciones que han llevado adelante tanto por vía administrativa como judicial.

La declaración como Monumento histórico se basó en el posible origen jesuita de los corrales de piedra –muy anteriores a la construcción del casco– que habrían formado parte de uno de los puestos más al sur de la estancia Yapeyú. En ellos, de acuerdo a este relato, se amansaría el ganado capturado en las Vaquerías del Mar.

La obra es financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo, que delegó a una técnica a inspeccionar el lugar y recomendó que no se colocaran torres del tendido a menos de 500 metros de las estructuras y la más cercana, en cambio, está ubicada a unos 113 metros.
Las acciones tanto por vía judicial –donde ya se rechazó una acción de amparo planteada por la familia en el juzgado de Paysandú– como administrativa siguen adelante, pero los plazos son extensos para el ritmo que lleva la obra, afirman los propietarios.