El síndrome de la chica con suerte

A mediados del siglo XIX, el pensador, poeta y ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson publicó varios libros y ofreció numerosos sermones –también era teólogo–, donde hablaba del alma humana y cómo ésta podía a través de la percepción, transformar el mundo. Amante de la naturaleza como era, decía que en ella podemos aprender todo lo que necesitamos sin necesidad de ciencia ni de religión.

Somos, en definitiva, los creadores del mundo y de nuestro destino. Ideas que, para un país en pleno crecimiento como era Estados Unidos en aquellos tiempos, venían como anillo al dedo. Muchas de esas ideas fueron recogidas por filósofos como Nietzsche, Whitehead o Leibniz en un camino que no dejó de ser tortuoso, ya que también fueron la base de ciertos autoritarismos como el del partido nazi, aunque ninguno de ellos habló jamás de una raza superior y el exterminio de los demás.

Pero mal que bien, el pensamiento de que podemos hacer lo que queramos si lo deseamos con la suficiente fuerza, ha llegado hasta nuestros días. Un pensamiento que ha dado para libros, documentales, películas, cursos, polémicas y todo lo que puede dar una idea que, a decir verdad, tiene rasgos de revolucionaria.
Pues ahora tal positivismo naturalista ha tenido un empuje enorme a través de las redes sociales, más particularmente en Tik Tok. Porque han aparecido varias tiktokeras –sí, en su inmensa mayoría mujeres– que pregonan que para conseguir lo que se desea solo hay que quererlo con la suficiente confianza. Bueno, no solo quererlo, sino también manifestarlo.

Pide y se te concederá

En una época en la que todo pasa por exhibir en las redes sociales prácticamente el absoluto de nuestra existencia, obviamente lo de cumplir los deseos no iba a quedar en la intimidad de cada uno, sino que debe ser comunicado a todo el mundo. Así es como, después de colocar sus deseos en Tik Tok y distribuirlos de mañana, tarde y noche, algunas usuarias de esa red afirman haber conseguido lo que querían.

Seguro, al leer esto muchos estarán pensando en el dinero o en lo sentimental y no van descaminados. Pero el asunto va más allá. Porque también hay algunas que dicen haberse vuelto hermosas o “estar buenas”, cuando antes lo no estaban. ¿Cómo es eso? ¿Se pusieron a dieta? ¿Se enclaustraron en un gimnasio? No, nada de eso, o tal vez un poco, pero lo fundamental es que comenzaron a subir mensajes e imágenes en Tik Tok hablándose a sí mismas de lo hermosas que eran, y se convencieron de ello.

Antes de llamar al loquero, hay que pensar también que aquello de lo estético también pasa por el ojo con que se mira. Porque es una verdad vieja como el mundo la que transmitimos la imagen que tenemos de nosotros mismos a los demás, cuando a veces esa imagen no es la real.

Exhibirse es la consigna

En fin, la cuestión pasa por sentirse bien con uno mismo, aunque no sea uno un genio o una beldad. ¿Nada nuevo? Claro que no, pero las redes sociales que ahora son imprescindibles para la comunicación y la vida, hacen que parezcan nuevas incluso unas ideas tan viejas como las de Emerson. Ahora bien, esto ha dado lugar al “síndrome de la chica con suerte” que puede ser leído de una manera positiva o negativa. Porque lo negativo está en que, si se tiene una posición económica acomodada y se desea ascender, es bastante más fácil que cuando no se la tiene. Esto ha dado lugar a una polémica que ha terminado por desencadenar cierta culpabilidad en varias de las usuarias que dicen haber conseguido el éxito a través de ese camino. Pero es otra derivación de la sobreexposición sin la cual ahora parece que no podemos vivir. ¿Se acuerdan cuando antes los deseos no se podían expresar porque si no no se cumplían? Bueno, ahora parece que es exactamente al revés, hay que colocarlos en la web para que todos lo sepan. Del mundo interior al mundo exterior. ¿Qué diría Emerson? Tal vez hasta estaría de acuerdo. Fabio Penas Díaz