Ciencia y genes

Carl Zimmer es un periodista y divulgador científico, considerado uno de los más importantes del mundo. Acaba de publicar “Tiene la sonrisa de su madre”, un ensayo en el que trata cómo la historia y los poderes fácticos modifican la genética.
En una videoconferencia, desde su casa en Estados Unidos, Zimmer comunicó sus conocimientos y sus opiniones.

Herencia y genética no es lo mismo. Nuestros antepasados nos transmiten mucho más que el ADN. Nos transmiten estructuras sociales y un entorno que puede afectar nuestra salud, dependiendo del grupo social al que pertenezcamos. Heredamos la historia social y cultural. La genética no puede explicar todo. Los genes son importantes, pero también hay otros factores que modelan nuestra personalidad.
Los virus, las bacterias, pueden modificar los genes. Somos el resultado de millones de combinaciones de genes, pero también de las enfermedades que han padecido nuestros antepasados.

“La genética es la ciencia del ADN y la forma en que este se transmite de generación en generación”.
Según Zimmer, hay que dejar de enseñar genética a través de Mendel. Cita el ejemplo de la altura, “hay miles de genes que influyen en la altura y cada uno tiene un papel increíblemente pequeño, una mala nutrición o enfermedades en la infancia pueden influir en la estatura”. Tenemos que entender lo que los genes pueden y lo que no pueden hacer por nosotros”. Es decir, que los genes indican miles de posibilidades, no determinan exactamente nuestras características.

Todo depende del ambiente. Mi profe de Pedagogía insistía siempre en decir que somos el resultado de herencia y ambiente.

El libro de Zimmer se originó en el 2000, cuando él iba a ser padre y secuenció todo su genoma, para averiguar la influencia de la genética en su futura hija. Pero los resultados, en su caso, no fueron muy claros, porque, por ejemplo, con respecto a la COVID-19, tiene genes que indican mayor y menor riesgo de contraer la enfermedad.

La mayoría de las personas descubre que tienen mutaciones en sus genes, pero con efectos muy leves en sus vidas. Por eso es muy importante entender los resultados. No son concretos y determinantes.
Se han divulgado terribles noticias disfrazadas de ciencia. Los primeros genetistas han cometido muchos errores. Todos intentamos clasificarnos en categorías, de acuerdo por ejemplo, al color de la piel, la textura del cabello, la forma del rostro y después intentamos relacionar la apariencia exterior con la inteligencia o la moralidad, y así cometemos serios errores. Pero si observamos todos los genes que intervienen para cada característica, nos damos cuenta que simplificamos demasiado.

Mucha gente, actualmente, se hace un genotipado, para averiguar sobre posibles enfermedades heredadas.
“Los científicos deben tener en cuenta el contexto en el que se desarrolla la ciencia, no alcanza con los resultados del laboratorio. La ciencia no es neutral, tiene efectos sociales, la historia y los factores sociales modelan la ciencia y pueden provocar efectos inesperados, y los científicos tienen que asumir la responsabilidad de sus consecuencias. Ahora tenemos la tecnología para editar, modificar los genes que se transmitirán de generación en generación. Pero antes de hacerlo hay que ver cuáles son los riesgos potenciales y los beneficios reales. Y creo que tomar una decisión podría llevarnos a problemas graves”, alerta Zimmer.

En realidad, nunca se sabe cuáles serán realmente los efectos a largo plazo, siempre hay posibilidades, pero hay que tomar alguna decisión, considerando siempre que la ciencia no tiene las certezas absolutas.

La investigación genética está relacionada con grandes cuestiones, como el calentamiento global. Hay que producir más alimentos con menos fertilizantes y otros productos contaminantes. Las empresas, sean públicas o privadas, deben analizar detenidamente lo que hacen y sus posibles impactos en el ambiente y en las futuras generaciones.

Finaliza Zimmer diciendo: “Puedo entender lo importante que puede ser para algunas personas tener hijos biológicos, incluso a través de vientres de alquiler, pero quiero advertirles que nuestros genes no son nuestra esencia. Los genes son diminutos segmentos de moléculas con instrucciones para crear más moléculas. Y todo lo que entraña ser una persona es mucho más complejo”.
La tía Nilda