Proyectan ciudad privada en la desembocadura del río Negro, con moneda y Constitución propia

La isla de Lobos más conocida es la ubicada a unos ocho kilómetros de Punta del Este, en el océano Atlántico, y circundarla para ver su fauna se ofrece como un paseo turístico.

La otra, localizada en la confluencia de los ríos Uruguay y Negro, a solo 7 kilómetros por agua de Villa Soriano, hacia el oeste, tiene mayor extensión y su historia cuenta que allí crecieron los primeros ganados traídos por los conquistadores españoles, aunque su presente es algo desolado.

Eso podría cambiar si prospera un proyecto inmobiliario impulsado por desarrolladores e inversores de varios países –argentinos, paraguayos, estadounidenses, sudafricanos, uruguayos, entre otros–, con algunas características peculiares: la comunidad isleña se manejaría con un token propio como “moneda” y tendría, también, su “Constitución”.

Se trata de The Island, a la que sus promotores presentan como una ciudad privada y un “eco-resort”, de carácter “sustentable”, “descentralizado” y con algunos usos de la inteligencia artificial. Según lo planificado, las casas inteligentes convivirán con el hotel de 60 bungalows “de lujo ecológico” y “última generación”, se explica en la web del proyecto que ahora comienza a difundirse.

The Island prevé tener un aeropuerto privado, canchas de tenis, de fútbol y de golf, de 18 hoyos, un centro de convenciones, teatros abiertos y cerrados, un shopping, 20 kilómetros de carreteras, granjas agrícolas y también de cannabis.

¿Por qué en Uruguay?, preguntan desde su sitio en la web sus responsables, para argumentar que es “un país próspero con un entorno político y económico estable, que incluye una larga tradición democrática”. La ubicación es otra razón: solo 120 kilómetros de Buenos Aires y a tres horas de Montevideo. Por otra parte, si bien por tierra puede ser bastante engorroso llegar, es una zona muy concurrida por turistas que llegan desde la capital argentina en veleros y lujosas embarcaciones, que en algunos casos recorren el río Negro hasta Villa Soriano como puerto turístico o incluso recalan hasta Mercedes, a unos 35 kilómetros aguas arriba. Es que además de ser uno de los paseos más atractivos para los porteños que gustan de la náutica, es realmente cerca para hacerlo tanto a motor como a vela, sin mayores dificultades para la navegación.

Serán 333 los propietarios

Dos de los impulsores del emprendimiento aseguraron que ya se inició una preventa de 70 lotes de entre 3.000 y 5.000 metros cuadrados cada uno, que seguirá hasta fin de mes, con la peculiaridad de que se pagan con Lobo$, un token ideado como el criptoactivo de uso corriente en la economía isleña. Esos primeros fraccionamientos tienen un valor total de 5,4 millones de Lobo$, a un precio unitario de U$S 0,75. “La venta viene bastante bien. Estamos vendiendo más que nada a partners: corporaciones o grupos interesados en todo lo que se va a aplicar en la isla, y no mayormente al consumidor final”, según dijo el responsable tecnológico del proyecto, Alex Heikel, a El Economista, de Buenos Aires.

Búsqueda, por su parte, citó al encargado de las operaciones del emprendimiento, Ariel Eiros, quien anticipó que tras esta primera etapa la intención es presentar el proyecto al presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Aseguró además que “todas las autorizaciones están comenzadas” con “distinto nivel de avance”, que en la Intendencia de Río Negro “está casi terminado” y que en la Dirección Nacional de Medio Ambiente “está todo presentado” y no “visualizan dificultades”.

Sin embargo esto no coincide con lo que declaró a Montevideo Portal el intendente de Río Negro, Omar Lafluf, quien indicó que el proyecto está “en cero”, y si bien recuerda que se lo habían presentado dos años atrás, luego sus impulsores “desaparecieron”. “La verdad, no alcanzamos a hacer nada. Yo me había ilusionado porque era impresionante, todo sustentable, ecológico y todo lo demás, y después acá no vino más nadie”, dijo Lafluff. En el mismo sentido, el director nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), Eduardo Andrés López, afirmó que no se inició ningún proceso, mucho menos la habilitación, e indicó que los procesos de habilitación ambiental requieren de una consulta a la intendencia, quien advertirá sobre la viabilidad ambiental, para que la otorgue el Ministerio de Ambiente y en particular la Dinacea. Andrés estimó que es muy difícil que se otorgue una habilitación dado que el terreno es “inundable”.

Según lo planificado por los inversores, la etapa de comercialización seguirá, en junio, con una venta privada de lotes por otros 5,4 millones de Lobo$, pero con un valor de U$S 1 por token, y después –en diciembre– una oferta al público en general por 7,2 millones de Lobo$ al precio unitario de U$S 1,5. En total, se ofrecerán 643 fraccionamientos. Se prevé que un total de 333 miembros sean los dueños de este “club” isleño, como lo describió Heikel. La isla tiene una superficie total de 11 kilómetros cuadrados y según Heikel y Eiros, su actual dueño es un holandés, a través de una sociedad, que negoció con Nicolás Werthein una opción de compra del terreno. Este empresario argentino es presentado como CEO del proyecto y figura en el primer lugar entre los 33 “viajeros” que, si se concreta, desembarcarán como pobladores de la ciudad-isla, según El Economista.