
Unas 350 sociedades nativistas y alrededor de 7.000 jinetes desfilaron al mediodía de ayer desde la entrada al Parque Histórico Nacional Meseta de Artigas hasta la meseta donde se encuentra el monumento al prócer, de 37 metros de altura total, realizado por el escultor Juan Azzarini, en la parte culminante del XXIX Encuentro con el Patriarca. La estimación de público ubica la asistencia entre 10.000 y 12.000 personas.
El intendente Nicolás Olivera recibió a autoridades nacionales y departamentales. Asistieron –entre muchas otras– la vicepresidenta Beatriz Argimón; el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado; el ministro de Defensa Nacional, Javier García; los senadores Jorge Gandini, Guido Manini Ríos y María Dolores Álvarez; los intendentes de Tacuarembó Wilson Ezquerra, de Soriano Guillermo Besozzi y de San José Ana María Bentaberri; el presidente municipal de Colón, José Luis Walser; el diputado Juan Carlos Moreno; el presidente en ejercicio de la Junta Departamental, Gastón Berretta; el secretario de la Intendencia, Fermín Farinha; el jefe de Policía, comisario general Eduar Álvez; el comandante del Batallón “Leandro Gómez”, de Infantería Mecanizada Nº 8, teniente coronel Francisco Rodríguez; el prefecto de Puerto, teniente de Navío Luis Zinno; el jefe del aeropuerto internacional Tydeo Larre Borges (Dinacia), capitán (av) Carlos García; varios alcaldes, entre ellos Milton Laurencena, de Chapicuy. Como ocurre habitualmente en ocasión de la jornada culminante del Encuentro con el Patriarca, en las primeras horas del día hubo intensa actividad en las sociedades nativistas participantes. Las que acamparon en la meseta, tras el mate tempranero y algún corte de carne para el desayuno, se dirigieron adonde estaba su caballada para comenzar a ensillar y a engalanar a los equinos, parte esencial de la gran fiesta gaucha que precisamente a lomos se inició el jueves de tarde en Paysandú.
Las aparcerías que mantenían campamento fuera del parque histórico, también preparaban sus cabalgaduras y se aprestaban al ingreso en desfile.
En tanto, desde Paysandú cientos de vehículos se hacían a la ruta –incluyendo decenas de ómnibus– rumbo a la Meseta, para ser espectadores de la mayor concentración criolla.

Así fueron confluyendo en el mismo lugar, en un día nublado, frío en las primeras horas de la mañana, agradable más tarde. La banda “José Debali” ensayaba parte del repertorio que luego presentaría y los encargados de la organización ajustaban detalles.
En realidad parece un desfile sencillo, un espectáculo simple, pero de ninguna manera lo es. Miles de caballos, miles de jinetes, cientos de estandartes y banderas, coloridas vestimentas, la satisfacción en los rostros de subir a la meseta, saludando con sus manos o sombreros, la sonora persistencia del “¡Viva la Patria!”, atraparon a todos, autoridades, público y jinetes. Entre quienes presenciaban, merece destacarse también cientos de celulares que recogían en foto o video un encuentro más de miles y miles con el general José Artigas, hombre que dejó un legado eterno, ejemplo de acción y visión para los orientales. Y entre los participantes algunas figuras conocidas, desde históricos del grupo que cabalgó al Paraguay en 1997 hasta la cantante Catherine Vergnes y el futbolista Cristian Rodríguez. Algunas autoridades de las ya nombradas también subieron a caballo.
Las autoridades tenían su palco y sillas desde donde apreciar confortablemente el desfile. Pero no, todos de pie, saludando, aplaudiendo, señalando con sorpresa a las decenas de niños que llevados a caballo en brazos de sus padres, con su sola participación reafirmaban que pasarán las generaciones, pero el Encuentro con el Patriarca permanecerá.
Comenzó a las 11, cuando ascendieron Blandengues y la Guardia de Coraceros, junto a los abanderados de la Asociación de Sociedades Nativistas de Paysandú. Dos horas después, tras desfilar la última aparcería, se procedió a la colocación de ofrendas florales al pie del monumento y luego el descenso, con rumbo al plaquetario frente a la Casona del Patriarca.
Allí el paso del tiempo ha hecho lo suyo, pues apenas pueden leerse las placas colocadas en las primeras ediciones. En la víspera se agregaron dos más. Una de la Intendencia de Paysandú, firmada por el intendente Nicolás Olivera y el secretario general Fermín Farinha y otra del Municipio de Chapicuy.
Al terminar la actividad oficial, el público se dispersó hacia los patios de comida, donde en sus puestos hicieron fila para comprar el almuerzo. Las sociedades nativistas tenían sus propios fogones. Además, decenas de artesanos y emprendedores ofrecían sus productos.
En la zona de retiro de los caballos, varios camiones se aprestaban a transportarlos hacia sus lugares de origen. Desde la meseta, que había quedado ya prácticamente vacía, hasta donde alcanzaba la vista semejaba un pueblo en plena actividad. Un encuentro, un reconocimiento, el respeto al sitio histórico y la satisfacción de haber participado otro año de un evento que une a todos en el sitio de todos.